Estimado Don Ricardo

Estimado don Ricardo,

Es posible que esta carta sea una impertinencia. Le pido disculpas por ello, pero cuando la lea, podrá juzgar si no es, más bien, un pedido de socorro.

Sí, socorro.

Por causas que todos conocemos y entendemos, usted bajó su candidatura presidencial hace algunos meses. No es mi intención discutir nuevamente las causas de esta decisión, que ya tantos hemos catalogado como una infamia o un error garrafal, si prefieren.

Pero ahora estamos en otra situación, no por previsible menos seria.

El candidato de la extrema derecha marca mejor en las encuestas que cualquiera de los candidatos de centro izquierda. Muchos creen que ello es el camino a la victoria amplia y sin sobresaltos de su candidatura. Algunas  encuestas de dudosa credibilidad así lo indican. 

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El día 20 no debe escucharse voces desafinadas, rumores, descalificaciones y toda otra manifestación dañina para lo que realmente importa: La definición en Diciembre.

En nuestro sistema con segunda vuelta, existe la posibilidad clara de llegar a un acuerdo entre los distintos candidatos de quienes se han definido pública y reiteradamente como de centro izquierda.

Me refiero –claro está- a la Nueva Mayoría, Frente Amplio, Democracia Cristiana, PRO, MAS y los adherentes al candidato Artés.

Habiendo cometido, los dirigentes políticos, todos los errores imaginables, es hora de reflexionar para evitar seguir cayendo en ellos.

En el papel se ve muy fácil: Todos juntos contra Piñera. Olvidar los malentendidos, las descalificaciones y todo aquello que se interponga entre la unidad y el voto en segunda vuelta.

Es preciso decirlo en voz alta y clara: Votaremos por aquél o aquella que pase a segunda vuelta. Con buena cara, con esperanza, abrazos y cantos.

Es, en cierto modo, comprensible que, por errar la primaria, se considere la primera vuelta como tal. Pero el problema es que, por seguir haciendo campaña, insultemos al otro, a quien debemos respetar como nuestra opción para la segunda vuelta.

Es legítimo decir que el mío o la mía es mejor. Pero en democracia gana quien obtenga más votos. Y el 19 de Noviembre en la tarde se hará el recuento y sabremos quién es el o la mejor votado (a). Punto. El 19 de Noviembre los demás candidatos deben ir a casa del triunfador o triunfadora, felicitar y ponerse a su disposición.

Habrá que negociar, exigir que las ideas propias sean consideradas, habrá que ceder en algo, habrá que diseñar un gobierno universalmente respetado que dé cumplimiento fiel al programa común. El día 20 no debe escucharse voces desafinadas, rumores, descalificaciones y toda otra manifestación dañina para lo que realmente importa: La definición en Diciembre.

Nada nuevo estoy diciendo. Pero tengo la impresión de que las decisiones todavía no se han hecho carne. Que sigue habiendo dudas y reservas, acusaciones, contraataques y argumentos pequeños. Todo esto, con la eterna participación de periodistas que desean ver correr la sangre pensando que con ello cumplen su rol profesional.

Llego al motivo de estas líneas.

Don Ricardo, Ud es un estadista de talla internacional. Ud ha hecho un gobierno respetado en todo el mundo. Ud goza del cariño y el respeto de la gran mayoría de los chilenos.

Le pido que asuma -una vez más– su liderazgo. Que se dirija al país en el momento y la ocasión que estime pertinente y en su preciso, directo y cuerdo lenguaje nos invite a continuar por nuestra senda de progreso hacia una mayor equidad. Que le exija a todos los candidatos la unidad necesaria que busca la población democrática y progresista.

Un gobierno de la derecha, en este momento significa retroceso y aumento de la inequidad. Vuelta hacia la educación vista como un bien de consumo, fin a las reformas laborales y previsionales, término a los logros recientes en materia de igualdad entre los géneros y derechos de la mujer. El retroceso en salud. Significa al desenfreno de las clases privilegiadas, marcha atrás en las reformas tributarias. El regreso a una sociedad de clases segregadas, barrios, escuelas, universidades y hospitales para ricos y otros, para pobres. Significa un viraje de 180 grados desde el sentido que han tomado los diversos gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría. Los ricos serán más ricos y los pobres, más postergados .

En cambio, el gobierno de una nueva centro izquierda, llámese como se llame, donde estén representados todos los sectores, nos permitirá que desde el interior y el exterior nos contemplen como una sociedad abierta al progreso, a corregir las desigualdades que todavía son vergonzosas y a luchar decididamente por el progreso social, económico y cultural.

Sé que lo que estoy pidiendo es difícil. Me imagino que Ud está – con plena razón – dolido por lo que ocurrió. Pero también sé que su interés principal es el país, y que su gobierno sea democrático y progresista.

La suya es una voz importante. La gente puede estar de acuerdo con sus ideas o no. Pero no he escuchado nunca una voz calificada que no reconozca su liderato, la claridad de sus ideas, su genuina vocación democrática. Su incansable esfuerzo en pos del progreso no puede ser puesto en duda. Una intervención pública en el sentido que le solicito será escuchada y seguida por un alto número de ciudadanos, todos aquellos que hemos sabido que la palabra suya vale.

Estoy seguro de que Ud ha reflexionado en profundidad este tema. Espero que sus conclusiones sean en el sentido que le estoy solicitando.

Un fraterno saludo, Presidente.