El presidente de la República Sebastián Piñera, ha anunciado que estará presente en el centro de acopio de Cúcuta, Colombia, entregando ayuda comunitaria. Es una decisión que ha recibido diversas críticas desde la oposición debido a que, como es sabido, en nuestro país están ocurriendo incendios y catástrofes que requieren la mayor presencia y dedicación de las máximas autoridades del país. Dichas críticas, a juicio de este columnista, no son antojadizas, caprichosas ni oportunistas. Por el contrario, tiene una plausibilidad política y jurídica.
Desde Daniel Jadue a Tomás Hirsch han venido las réplicas ante la noticia de la visita que hará la máxima autoridad de nuestro país a Colombia en el contexto de la entrega de ayuda humanitaria a Venezuela. El propio alcalde de Cochrane, de Chile Vamos, ha pedido ayuda internacional y acusado el abandono de las autoridades tachándolas de irresponsables. En el sur del país se está viviendo una catástrofe, como es de todos los años, debido a los incendios forestales que han estado descontrolados (este es un problema que, llegado el invierno, se olvida y las autoridades no son capaces de prevenir eficazmente). Son ocho alertas rojas y 28 incendios forestales los que se mantienen activos en el país. Se han registrado 76 siniestros a nivel nacional, de los cuales 41 fueron controlados y 1 ha sido extinguido.El Presidente ha tomado una decisión que importa un enorme reproche desde el punto de vista político y jurídico. Es inaceptable que prefiera viajar a otro país mientras en el suyo las tierras están ardiendo y la gente sufriendo. Ojalá en el curso de la semana ceda y haga caso a las obligaciones que le impone la Constitución como máxima autoridad del país
Ante este escenario ¿es plausible que un Presidente de la República prefiera ir presencialmente a distribuir ayuda Cúcuta considerando que el sur de Chile está en llamas? Sin duda es una decisión que no tiene explicación alguna. Es que no parece lógico pensar que entre dos problemas como son los incendios en Chile y la entrega de ayuda a Venezuela, la máxima autoridad política del país decida ir a por la segunda ¿Cuál es la causa de su preferencia por Venezuela en desmedro del pueblo de Chile que ve cómo se están quemando sus tierras? Bien alguien podría responder que Piñera está sumamente preocupado por los derechos humanos en Venezuela y por eso consideró que era necesario ir él mismo entregar ayuda, pero ese no es un argumento que se pueda aceptar.
Diversos son los países en que la situación de los Derechos Humanos está en crisis. Medio oriente por ejemplo es un caso de referencia. Pero no hace falta ir tan lejos, el 2018 hubo crisis en Argentina y al Presidente en ningún momento se le vio enérgicamente en el Obelisco ayudando a su par argentino Macri como sí lo está anunciando ahora con Venezuela. En Haití lo mismo: no hay gasolina, existe difícil acceso al agua potable, interrupción del suministro eléctrico e inflación. En ese contexto no se justifica su apoyo a Venezuela, en el sentido de ir él mismo a entregar ayuda en busca de las cámaras y la prensa internacional, considerando que ha habido casos similares e incluso peores que también han requerido la ayuda de la comunidad internacional.
Lo que busca el Presidente de la República es, una vez más, desestabilizar la política interna de Venezuela agudizando un problema grave que aqueja al pueblo, utilizándolo para engalanarse internacionalmente. Como la prensa internacional y sus intereses no se encuentran en el sur de Chile, hace oídos sordos a las peticiones de sus partidarios y mandantes que solicitan mayor presencia en la zona. Ante esto, las críticas hacia su decisión son políticamente plausibles. Con esto de deja en claro que lo que se busca realmente no es una ayuda humanitaria, sino ser el foco de atención de las cadenas de prensa internacional.
Empero, también lo son desde un punto de vista jurídico. La Constitución Política de la República, en su artículo 24 le encarga el gobierno y la administración al Presidente de la República. Esto implica que debe tomar las decisiones más relevantes y hacerse cargo de los problemas que afecten el orden público interior y la seguridad de la República. Los incendios en Chile son claramente un problema que afecta el orden público de todo el sur del país y la seguridad de la nación. Es una obligación constitucional la que respalda las críticas hacia su abandono del país en medio de los siniestros en Chile. No es un antojo ni un capricho criticar la decisión de Sebastián Piñera, es exigir que se haga material el mandato que la propia Carta Fundamental le impone. Es más, existen herramientas que son necesarias para dar una mejor respuesta a lo ocurrido hoy en el sur del país. Me refiero a la declaración de estados de excepción constitucional, en específico sobre los de catástrofe o emergencia. Es una facultad que tiene el Presidente de la República para dictarlos en los casos que la Constitución lo prescribe (Artículo 41 y 42). Ante la ausencia del Presidente de la República se hace difícil que sea consciente de lo ocurrido en el sur y le imposibilitará, fácticamente, decretar uno de estos estados, lo que provocará un grave perjuicio a las personas que les debe la mayor atención hoy en día: el pueblo de Chile.
El Presidente ha tomado una decisión que importa un enorme reproche desde el punto de vista político y jurídico. Es inaceptable que prefiera viajar a otro país mientras en el suyo las tierras están ardiendo y la gente sufriendo. Ojalá en el curso de la semana ceda y haga caso a las obligaciones que le impone la Constitución como máxima autoridad del país. La oposición debe hacer énfasis en lo errado de su opción y representarle públicamente que está actuando erróneamente. Esperemos que la situación de las personas en Chile no se siga agravando y que quienes tienen el deber de atenderlos, lo hagan. Esperemos que en lo que va de año, tome una buena decisión.
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