Hoy en el día (mal llamado) homofobia, lesbofobia, transfobia y bifobia 2016 debo aclarar que aún en mis 42 años de vida jamás he sido discriminada debido a una «fobia» que les pudiese causar a los demás el hecho natural de ser una madre lesbiana, compañera de vida de una mujer lesbiana que también es madre de nuestra hija brillante y sujeta de derechos.
Aún no hemos causado miedo a nadie. Al contrario, en lo personal me ha tocado vivir en primera persona lo que es la discriminación arbitraria a lo largo de mi vida en el plano familiar, educacional, social y laboral esto debido a las siguientes razones:Sólo después de contar con un trabajo proactivo por parte del Estado para promulgar reformas que salde su deuda pendientes con la población LGBTQI y familias diversas con hijxs como un piso, comenzaríamos con generar respeto hacia los derechos humanos de la población LGBTQI.
Por un sistema cisnormativo y heterosexista que mantiene una jerarquía de Derechos Humanos, leyes y normas administrativas reservadas para un sólo sector de la población: las personas nacidas heterosexuales y cisgénero, a quienes me referiré como personas garantizadas sus DDHH.
Por un control y omisión intencional de material educativo dentro del sistema de educación y nula representación dentro de las aulas, los textos escolares y currículos educativos que sólo reserva dichos contenidos para las personas garantizadas sus derechos.
Por la injerencia de parte de la religión en asuntos públicos a lo largo de la historia y que ha sembrado denostación dentro de sus enseñanzas entre sus fieles o practicantes al punto de hacerlos capaces de darle las espaldas a sus propios hijxs por ideologías de distintos credos. Claramente hay excepciones a esta regla, pero son una minoría.
Por la falta de acceso a información, formación de ciudadanxs en materia de DDHH dentro de la políticas públicas y educación cívica y la falta de reformas y la elaboración de leyes que son excluyentes y promulgadas con los mínimos y alineamientos políticos que sólo se aplican a proyectos de ley que buscan resolver la desigualdad y la discriminación contra la población sin derechos igualitarios.
Estas son las razones por lo cual aún en 2016, no hemos visto al Estado chileno saldar sus deudas pendientes con la población LGBTQI y familias diversas con hijxs a través de los siguientes puntos:
1. La Ley de identidad de género por vía administrativa y que incluye a lxs niñxs y adolescentes Trans.
2. Derechos filiativos para garantizar los derechos de filiación de hijxs de familias con madres y padres del mismo género que comparten su crianza.
3. Matrimonio igualitario con filiación para que toda persona pueda contraer matrimonio civil si así lo desea y a la vez proteger a sus hijxs en común.
4. Reforma a la Ley 20.609 o mejor conocida como la Ley Zamudio para corregir sus falencias y realmente hacer una transformación que nos sirva.
5. Reformas al Código del Trabajo para garantizar oportunidades laborales para toda persona Trans o lesbiana, gay, bisexual y protección de sus derechos laborales.
Sólo después de contar con un trabajo proactivo por parte del Estado para promulgar estas reformas como un piso, podríamos recién comenzar con generar respeto hacia los derechos humanos de la población LGBTQI.
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