La Empresa Familiar se caracteríza por ser manejada por un grupo de consanguíneos.
Se estima entre un 80% y un 90% del total de los negocios de un pais, en promedio. En el caso de Chile se estima en un 70%. Generadores de un 50% a 70% del PIB y entre 50% y 70% del empleo.
Si en la empresa familiar todo funciona bien, existe confianza entre los miembros de la empresa y con los empleados se establecen lazos afectivos que contribuyen a una relación de trabajo armoniosa, donde los valores de la familia afectan positivamente la empresa.
En otros casos, producto de la ignorancia en el funcionamiento de la empresa, ocurre que los problemas de la familia se trasladan a la empresa, dificultando su funcionamiento.
Una de las principales causas de conflicto en la empresa familiar, y que finalmente atenta contra la continuidad de la misma, es la sucesión, o quién de los hermanos se hará cargo de la empresa cuando el padre ya no esté. Esta cuestión, que a primera vista pareciera ser un problema que sólo es necesario atender y resolver tras la muerte del padre y fundador de la empresa familiar, es de vital importancia. La necesidad de planificar la sucesión desde un primer momento en la empresa familiar y que esta planificación sea llevada a cabo por el creador de la empresa, en lo posible, garantizará las habilidades del sucesor y la continuidad de la empresa familiar. Permitirá también transmitir la visión a los hijos y crear el sueño compartido que la familia tiene de la empresa y de su propio proyecto como familia.
Sin embargo el marco legal chileno permite que los herederos puedan pedir partición de la herencia en cualquier momento, atentando contra el funcionamiento de la empresa. Aun cuando el cónyuge que queda con vida puede pedir la mayor parte de la herencia controlando así la administración de la empresa, esto sólo posterga el problema.
Además, en el aspecto tributario existe la dificultad de los altos impuestos que gravan al herencia, obligando en algunos casos vender gran parte de los activos de la empresa (a veces hasta un 50%) lo que descapitaliza a la empresa familiar.
Lo anterior permite afirmar que el régimen sucesorio chileno tiende a la destrucción de la empresa familiar, por lo que resulta esencial que el dueño de la empresa traspase en vida todos los bienes de la empresa a sus hijos con el fin de garantizar su funcionamiento.
En la actualidad urge modificar el marco legal regulatorio con el fin de hacerlo favorable a la continuidad de las empresas heredadas con la consiguiente mantención del empleo y del ingreso. Esto sería posible corrigiendo dos aspectos legales: a) Desde el punto de vista tributario: Revisar las formas y montos con que se grava a la empresa heredada, b)Desde el punto de vista Civil: Creación de un marco legal para el protocolo de acuerdo familiar con el fin de garantizar las desiciones tomadas por la familia en un consejo.
Existe la creencia de que estos problemas afectan sólo a las grandes empresas. Sin embargo, es válido para todas, no importando su tamaño. Descuidar su continuidad puede convertirse en desempleo. De la misma manera, proteger su continuidad puede significar dar un salto cualitativo importante en el nivel de riqueza de un pais.
———————————————————
Comentarios
27 de octubre
El gran problema es que hasta ahora en Chile no se ha regulado el protocolo familiar, que sería el contrato más importante que la familia podría realizar para darle valor a los acuerdos tomados en conjunto. Hasta ahora solo tenemos un contrato innominado que, a pesar de todo, no es de conocimiento de gran parte de las empresas familiares, y ayuda profundamente a mejorar relaciones y asperezas que las empresas familiares por su distintiva relación, debe aprender a llevar.
Hay que darle validez y un marco jurídico a los protocolos familiares, para realzar el rol de la familia en este tipo de empresas y su preeminencia e importancia por sobre otras modalidades.
0