No pasa día sin que deje de impresionar la total incompetencia en la conducción política del gobierno. El Presidente convoca a un diálogo político y su vocera lo desautoriza descalificando a los invitados. Sólo cuando los establecimientos secundarios en paro o toma se acercan a 200, el ministro de Educación se abre a la posibilidad de diálogo con los dirigentes del movimiento. Pocos días antes, el Canciller abandona el país y el ministro de Defensa, en ausencia de éste y con total desatino, responde a las habituales declaraciones de nuestros vecinos afirmando que nuestras fuerzas armadas siempre están listas para actuar.
Suma y sigue… y sin embargo, la paradoja.
Una y otra vez podemos apreciar como el razonamiento de la derecha se apoderó del debate público.
En educación todo parece reducido a un problema de acceso a becas y créditos, facilidades de pago de deudas, acreditación y hierbas similares. O sea, una cuestión más o menos financiera que puede ser resuelta completamente por el mercado.
En un país cuyo sistema público de salud ha permitido alcanzar indicadores comparables a los de países ricos, la temporada de enfermedades respiratorias es enfrentada mediante un bono que transfiere recursos públicos a prestadores privados. Un verdadero aguinaldo de invierno para el sector privado de salud. Mientras tanto, las autoridades permanecen en un silencio escalofriante frente a la salud pública, sus dificultades y desafíos.
El debate en vivienda, en el segundo invierno que pasarán muchas familias viviendo en campamentos y aldeas (damnificados del 21 de febrero y habitantes del país de los campamentos que nunca acabaron), sigue marcado por la ilusión de que portadores de vouchers elegirán con total libertad la vivienda de sus sueños.
La catástrofe financiera de La Polar pone en evidencia lo que ocurre cuando el sueño de una sociedad basada en el consumo embriaga por igual a autoridades, empresas y ciudadanos. Dejar hacer, dejar pasar. ¿Para qué regular y fiscalizar en serio?
Ahí está el triunfo de la derecha. A duras penas dirige el país. Los partidos que sostienen su coalición son incapaces de producir gobernabilidad. Y sin embargo son sus ideas las que definen el marco de nuestro debate público: el mercado como la única arena en la que los chilenos nos relacionamos, el único arreglo a partir del cual podemos cubrir nuestras necesidades, la solución a nuestros desafíos de largo plazo.
Mientras ese sea el rayado de cancha, la oposición puede seguir reclamando lo que quiera. Poco importa. En el país del gatopardo, aún cuando todo cambie, todo sigue igual.
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Foto: Jesus Belzunce / Licencia CC
Comentarios
15 de junio
Recuerdo los días donde personeros del actual gob. eran fiscalizadores a dedo de las falencias o errores cometidos por gobiernos anteriores.
Mucha gente,cansada de tanto verso sin verbo en lo que a materias sociales se refiere, se la jugó apostando a la derecha, al cambio, a la nueva forma de gobernar; hoy en día, muchos de los que votaron por el cambio están en el muro de los lamentos, anonadados y aún + desencantados de la manera en la que se está dirigiendo al país.
La tonalidad aplicada, salpicada con oraciones sarcásticas y hasta cínicas de parte de rostros de la UDI y de RN, aunque en menos cantidad, es la que nos tiene a muchos contando los días que faltan para que el mandato expire.
A mi que me registren. Yo prefiero diablo conocido que dablo «por conocer».
Se me hace casi insólito observar cómo luego de años de espera, de preparación, con pataleta incluída, este sector gobernante ha ido de bochorno en bochorno, improvisando y mal…
A otra cosa mariposa, a otra cosa…
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16 de junio
María Paz, de acuerdo. Pero para que ésto no sea sólo un tránsito entre diablos conocidos y diablos desconocidos, estoy convencido que debemos atrevernos a mirar el fondo de lo que está en juego. Entre otras cosas, me parece, la manera en que la lógica de mercado monopolizó nuestro marco de análisis.
Saludos,
15 de junio
Curioso que el sr Espejo critique algunas ideas que fueron bien administradas en los gobiernos que él participo.
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16 de junio
Marcelo, no entiendo tu punto. Me parece que hemos caminado lo suficiente como país para mirar con atención y ver qué cosas nos parecen bien y cuáles mal. Entre estas últimas, creo que la Concertación extremó la ortodoxia y se dejó atrapar en una lógica que le impidió avanzar más a fondo en la solución de cuestiones claves como la mala calidad de la educación.
Saludos,
16 de junio
Sergio, estoy de acuerdo con lo planteado, sin embargo, creo que te falta un poco de objetividad y altura de mira para ver que este gobierno tiene el mismo mal olor que el anterior
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16 de junio
Una cosa es estar desencantado de la concertación, asunto que comparto en muchos aspectos, otra es percibir el mismo intenso olor a azufre…
16 de junio
Manuel, pienso que – pitos y flautas más, pitos y flautas menos – la lógica de mercado capturó a nuestros gobiernos más allá de lo que el respeto a la libertad individual y el aprecio por la eficiencia asignativa requerían. Ese tufillo da vuelta por el ambiente y el silencio de hoy frente a la discusión educacional tiende a reforzar el punto.
Saludos,
17 de junio
Sergio: En lo medular absolutamente de acuerdo, el neoliberalismo está expresado en cada uno de las situaciones que señalas. Los gobiernos de la Concertación, nuestros gobiernos, trataron de cuadrar el circulo al intentar por la vía de las reformas desarmar el tinglado montado por la Dictadura, pero no alcanzó, por inercia, por falta de fuerza y en mas de algún caso por haber sido colonizados por ideas ajenas y hoy, los autenticos dueños de este ideario, lo elevan a su máxima expresión. Con todo creo que las marchas de ayer muestran que este sistema tiene sus días contados, los jóvenes de hoy simbolizados por Camila Vallejos (otra vez una mujer nos enseña que las cosas hay que llamarlas por su nombre) están en la pelea en contra del lucro en educación que es el centro del neoliberalismos instalado en nuestro sistema educativo y ellos, tal y como lo hicimos nosotros cuando en los ochenta luchamos por el fin de la dictaduura y la libertad, seguramente triunfaran, a pesar de la derecha y a pesar de los concertacionistas colonizados por las ideas de la derecha.
Saludos cordiales
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17 de junio
Claudio, la idea de la colonización intelectual es una buena figura para describir la situación. Gracias por compartirla. Como dirías tu, «con todo», creo que el esfuerzo gigante que demanda el construir un nuevo proyecto requerirá también de mucho ochentero y noventero desmotivado. No basta con los más jóvenes. Aquí no sobra nadie.
Un abrazo