El PPD y su deber con la Reforma Educacional

El deber de los partidos políticos es propender al desarrollo institucional del país, fortaleciendo la política, fomentando la democracia y en especial velando por el desarrollo de las personas. Es en esto último, que los partidos tenemos una labor esencial, como lo es el reconocimiento y promoción de los Derechos Sociales o aquellos llamados de tercera generación.

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Para poder ser un país como el que aspiramos, debemos fomentar políticas no en base al mercado, ni al principio de subsidiariedad, sino en base a Derechos Universales. Nuestro norte debe ser el incremento progresivo de estos derechos y no su limitación, como es el caso del control de identidad.

Estos derechos fueron puestos a discusión a partir de la revolución industrial donde los desequilibrios sociales eran latentes, posterior a la Segunda Guerra Mundial, los países europeos fomentaron el Estado Social de Derecho, o los llamados Estados de Bienestar, en un intento de mantener el modelo económico, pero estableciendo derechos mínimos para los ciudadanos como lo son la Salud, el Trabajo, la Previsión y la Educación. Es así como nos encontramos ante un Estado que ya no es un ente que meramente permita, no prohíba o universalice derechos civiles en base a la libertad, sino que es un Estado más partícipe, uno que reconoce determinados derechos y se obliga con sus nacionales a respetarlos y garantizarlos, generando así una contraprestación por parte de estos.

Los partidos socialdemócratas y, en consecuencia, los progresistas como el PPD, más que la opción, tienen el  deber de fomentar tales Derechos y generar políticas públicas que permitan garantizarlos de forma directa con los ciudadanos.

El PPD,  en base a su Declaración de Principios del 2012, es un partido de Izquierda y progresista, cuyo ideal de país es una Socialdemocracia con una economía de mercado, pero con derechos sociales garantizados. Como podemos deducir, como nación nos falta mucho para llegar a serlo, ya que un Derecho por definición es absoluto y no dependen de la calidad de la persona, por lo que no podemos pretender que se garanticen a través de subsidios y  bonificaciones.

En definitiva, para poder ser un país como el que aspiramos debemos fomentar políticas no en base al mercado, ni al principio de subsidiariedad, sino en base a Derechos Universales. Nuestro norte debe ser el incremento progresivo de estos derechos y no su limitación, como es el caso del control de identidad.

Es por lo anterior que para que Chile sea un país de Derechos requiere de un elemento fundamental y que se complementa con lo que hemos señalado: Una Nueva Educación Pública. La educación es en sí la plataforma que sirve a una persona para integrarse a una determinada sociedad en distintos ámbitos, tanto en los más evidentes y básicos como lo son el académico y la interacción con otros, como en los más elementales que incluyen el laboral, económico y cívico. Dicho esto, hay que tener en cuenta que si bien somos una nación, Chile en si es una sociedad diversa, y por ello para la debida integración de las personas, necesitamos una Educación que sea para todos y todas, la cual integre a la diversidad multicultural nacional, que para algunos es tan intensa que llega a constituirse en una plurinacionalidad.

Hoy Chile está en un proceso de cambios, un proceso de reformas, tenemos la oportunidad única de avanzar y llegar a ese anhelado Estado de Bienestar y el PPD debe jugar un rol fundamental en ello, no por el mero hecho de pasar a la Historia de Chile, sino porque es nuestro deber como partido de izquierda y progresista el avanzar hacia una sociedad más justa. Somos un partido con poco más de 20 años de Historia, un partido que en sus inicios fue primordial para lograr recuperar la democracia y acabar con la dictadura, así como lo fue para una de las más grandes de las reformas a la Constitución Dictatorial, a través del Presidente Ricardo Lagos y que, aunque algunos menosprecian, no hay que olvidar que gracias a esa reforma se logró constituir una institucionalidad democrática y más sólida, con los estándares mínimos de un Estado de Derecho.

A partir de la democracia Chile ha vivido una serie de cambios, tanto económicos, sociales y culturales y eso se ha debido a la maduración que hemos tenido como sociedad. Uno de ellos fue a partir del 2006, en donde las movilizaciones Estudiantiles han logrado, de forma histórica, poner en mesa la discusión de una de las reformas más importantes en lo que es Educación. En ese sentido el PPD como partido cumple una importante labor y debemos tener la suficiente altura de miras para concretar dicha reforma. Así como fue el Auge para la, por aquel entonces, Ministra Bachelet, lo es hoy la educación para la Ministra Delpiano. La tarea que tenemos es enorme, una tarea magnificente; no es un hecho menor que dicha cartera Ministerial nos ha sido conferida, por lo que es nuestra responsabilidad liderar la discusión, y concretar el objetivo final.

En la perspectiva que integramos un Partido que está jugando un rol relevante, será  nuestro deber, responsabilidad y objetivo, como militantes entregar elementos de discusión, y no solo aquellos que hemos consensuado  legítimamente como Partido, sino también de la mano con los actores sociales que se ven involucrados en esta obra, es decir estudiantes, trabajadores de la educación, docentes y todos aquellos que juegan un rol en la formación de los chilenos.

Como PPD debemos marcar la diferencia y entender que esta reforma no nace desde la institucionalidad misma, no nace de la clase política, sino que es la ciudadanía, la sociedad empoderada y organizada quienes salen a exigirla a las calles. Es ahí donde el Partido no debe quedar atrás, donde debe insertarse en el tejido social y plasmarlo en la Reforma. Lo logramos en el plebiscito del NO, eramos parte de la ciudadanía, con el correr de los años pareciera que nos hemos alejado de donde nacimos. No perdamos el rumbo tenemos una oportunidad histórica de cambiar Chile y decir: Hoy Chile ha cambiado.