Quizás, esta estrategia de gruñir, refunfuñar, persiga golpear en la línea de flotación el supuesto abuso de cambios normativos excesivamente complejos y por su naturaleza opaca, desdibujando la corresponsabilidad fiscal de esta medida. Todo ello con el fin de debilitar la legitimidad de los impuestos, pilar de una sociedad democrática.
Una reforma tributaria es la razón entre lo que el estado recauda vía impuestos y el producto del país. Una ecuación siempre compleja.
Conocido el mensaje presidencial sobre una de las principales promesas de campaña, al parlamento le corresponde abordar esta reforma vital para avanzar en el Programa de Gobierno de Michelle Bachelet 2014-2018.
En efecto, el programa gubernamental estimaba inicialmente -antes del terremoto del norte- en unos 15 mil 100 millones de dólares los ingresos necesarios para enfrentar la reforma educacional y contribuir a reducir la asimétrica distribución de la riqueza. Por lo anterior, urge una reforma fiscal, con mirada de desarrollo sustentable, con el propósito de obtener los recursos indispensables para enfrentar las desigualdades y la reforma educacional.
Esto es, una reforma en profundidad.
Sus elementos esenciales según se ha informado son: Reemplazar el mecanismo del Fondo de Utilidades Tributarias (FUT); reducir algunas exenciones que benefician al segmento de mayores ingresos y grupos de interés; impulsar una política de impuestos verdes; elevar el impuesto a bebidas azucaradas y alcohol (impuestos correctivos); y acciones para reducir la evasión y elusión. Así entonces, la estimación de esta RT-2014 es que recaudaría en torno al 3,02 % del PIB.
Postergarla o podarla en su esencia, tendrá un costo importante.
Algunas reacciones un tanto destempladas de la UDI es ir a la calle con un panfleto contra la RT-2014. Inicialmente, el jefe de la bancada de diputados gremialistas, Felipe Ward, señaló que los volantes se repartirán en esquinas y ferias “es el primero de muchos que vamos a realizar”, indicó. El título del segundo volante reza: “Misil al sueño de la casa propia” el que incluye un gráfico del comunismo tragándose a la Concertación.
Quizás, esta estrategia de gruñir, refunfuñar, persiga golpear en la línea de flotación el supuesto abuso de cambios normativos excesivamente complejos y por su naturaleza opaca, desdibujando la corresponsabilidad fiscal de esta medida. Todo ello con el fin de debilitar la legitimidad de los impuestos, pilar de una sociedad democrática.
Un análisis sereno, debería sustituir las reacciones más espontáneas y las más catastróficas como las indicadas anteriormente. Por ende, un campo de disputa será enfrentar la idea de la legitimidad y la reciprocidad mediante políticas que favorezcan además la formalización del empleo, el fortalecimiento institucional y la igualdad como bases de la RT-2014.
Entonces algunos factores del debate se relacionan también con las siguientes dimensiones:
Primero, complementariamente debería poner énfasis en incorporar al máximo número de trabajadores al sector formal para hacerlos partícipes de las obligaciones y de los derechos que nacen de esa situación contractual, del acceso a prestaciones y servicios sociales de calidad.
Segundo, apoyar la cobertura universal del gasto público, basándolo en un enfoque de derechos. Un sistema de seguridad social y servicios de salud universales, seguramente contribuiría a una relación más estrecha y comprensiva de los ciudadanos con el Estado.
Tercero, un reimpulso a una etapa de nueva transparencia como el libre acceso a la información, mejora de la calidad del gasto público y de la rendición de cuentas.
Cuarto, en este panorama, avanzar en un contrato social sobre la política fiscal es co-sustancial a una política sustentable, compartida por la mayoría de la población, con gradualidad en algunas áreas, sujeta a negociaciones entre actores, pero sin distorsionar su espíritu y sentido igualitario e inclusivo.
Finalmente, a propósito de esta propuesta, recordar lo señalado por Joseph Schumpeter (1954) quien señaló que: “El espíritu de la gente, su nivel cultural, su estructura social, los trazos de su política, todo esto y más está escrito en su historia fiscal. Aquél que sepa escuchar este mensaje podrá entender el trueno de la historia mundial más claramente que ninguno”.
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Foto: Ministerio de Hacienda
Comentarios
11 de abril
Sensatos y necesarios planteamiento sobre esta REFORMA.
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11 de abril
La economía verde, más que una oportunidad, debería ser un requisito para el desarrollo.
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12 de abril
guauuuu, yo ví un alza de impuestos donde Olea vió un cambio estructural de la carga tributaria; yo ví un aumento de impuestos sin mucho destino especialmente en educación excepto humo mientras que Olea vió un cambio de paradigma en la estructura del gasto fiscal…o sea uno de los dos vive en otro país. Supongo que lo dirán los hechos en el futuro.
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13 de abril
Sensato? Es decir no ven una! De partida no veo que tiene que ver la legitimidad de los impuestos. Puede ser igual de legítimos si van a recaudar menos de la mitad de lo que pretenden o ahogar la economía. Además al aumentar los impuestos a las empresas disminuyen los trabajadores del sector formal, no aumentan. En fin. Y esto de sistema de seguridad socia y servicios de salud tipo el decadente “estado de bienestar” que tenían los europeos antes de la crisis? Eso es tan o mas caro que lo de la educación, donde se supone el destino de todo esto. Si es por eso inventamos un “estado de felicidad” y se nos acaban todos los problemas.
Mientras mas leo de este cuento lo encuentro menos sensato
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15 de abril
Comparto que la reforma tributaria, dado que es un instrumento esencial del sistema democrático para materializar las políticas publicas,
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