Hagamos un ejercicio de lógica y consideremos la expresión “democracia representativa” como una sentencia lógica. Podríamos interpretarla como una conjunción de las dos palabras que la componen, una conjunción implícita claro está. Si deseamos saber si esta sentencia es verdadera o falsa a partir de la lógica, debemos analizar la veracidad de sus componentes y situarnos en un contexto determinado. El contexto que elegimos es nuestro delicioso país, Chile, y para evaluar la veracidad de la sentencia debemos distinguir dos situaciones;
-Verdadero: La sentencia sera verdadera si todas sus componentes son verdaderas, pues la hemos considerado como una conjunción. Por tanto “democracia representativa” será una sentencia verdadera en el contexto de nuestro país si y sólo si tanto “democracia” como “representativa o representatividad” son proposiciones verdaderas en el contexto de Chile.
-Falso: La sentencia “democracia representativa” será falsa en el contexto de Chile si y sólo si una o todas sus componentes son falsas, por lo tanto, es suficiente con que una de las componentes de la sentencia sea falsa para que toda la sentencia sea falsa, esto debido a que hemos considerado la sentencia como una conjunción.
Comencemos por “democracia”.
Creo que en Chile eso que llamamos democracia, esa hermosa utopía forjada en la Grecia antigua, ya hace mucho, pero muchísimo tiempo que no existe o, al menos, es muy débil. Luego de la dictadura nos convencieron de que “volvíamos” a la democracia, pero ese concepto nos era un poco ajenos, y dadas las circunstancias de los anteriores 16 años, cualquier situación que nos permitiera expresar más que antes nos satisfaría. Pero poco a poco y tras 20 años de esta “democracia” fuimos observando cómo sucedían y se repetían situaciones que supuestamente no debiesen ocurrir en democracia. Hasta hoy siguen sucediendo y quedan absolutamente impunes.
Pero bueno, permitamos el beneficio de la duda, además que el concepto “democracia” parece ser bastante difícil de evaluar. Así que mejor me declaro “incompetente” para este juicio.
Pasemos a la segunda componente.
“Representativa”. Con certeza y amparado en todo lo que ha sucedido en Chile estos últimos 10 años, lo que menos está sucediendo en nuestro hermoso país es que las personas, el pueblo, la gente, sean realmente representados por quienes se dicen sus representantes, esos usureros de la ciudadanía y mercenarios de privados que componen la clase política. Me basta considerar tan solo 2 ejemplos: Hidroaysen y el movimiento estudiantil. Ambos sucesos cuentan con más de un 70% de aprobación por parte de la ciudadanía, sin embargo, nuestra clase política empuja precisamente en dirección contraria. Esto es absolutamente independiente de quien o quienes estén en el gobierno. La clase política en su totalidad no ha hecho más que representarse a sí misma y a los intereses de su patrones, los grandes inversionistas y empresarios chilenos y extranjeros. El dichoso clásico argumento de que el pueblo no está preparado para tomar decisiones al respecto, queda absolutamente fuera de lugar, pues en los dos ejemplos que mencioné las elites intelectuales y científicas del país han hecho presente su opinión a favor y su rechazo a las posturas de gobierno.
Así, la “representatividad” es falsa en el contexto de nuestro país.
Tras este pequeño ejercicio lógico, la “democracia representativa” en Chile es falsa. Así que debemos dar el próximo paso, “democracia directa y participativa”, plebiscitos y referéndums, una conducta que incluso ha demostrado tener buenos efectos sobre la sicología y el ánimo social de un país al involucrar directamente a las personas.
Pero ellos tienen miedo, no quieren soltar las cinchas ni un centímetro. Se han vuelto adictos al poder y al abuso y quieren más poder y seguir abusando. Y el miedo los puede llevar a tomar decisiones fatales. Y como dijo el maestro Yoda, el miedo es a la ira, la ira es al sufrimiento, el sufrimiento es al odio, y el odio es un paso al lado oscuro de la fuerza. Decisiones terribles pueden ser tomadas…
*Nota: Si desea saber un poco más sobre “democracia directa”, dé rienda suelta a su curiosidad y googlee palabras claves como; democracia directa, reférendum, iniciativas populares. Encontrará curiosos ejemplos que van desde los países top de Europa (Suiza, Noruega, Finlandia) hasta nuestro querido tercer mundo latinoamericano, mezcle las palabras claves con los países y busque con paciencia. Le sugiero también hacer la búsqueda en inglés.
————
Foto: Gas Larrosa
Comentarios
08 de septiembre
A mí particularmente no me bastaría con «plebiscitos y referéndums»… Yo quiero colocar mis propias ideas en el debate nacional… Quiero debatir también las ideas de otras personas… Además, quiero votar por propuestas y no por consultas a la ciudadanía que prepararía la clase política, ya que ellos no me representan…
También quiero que exista una representatividad directa en el Parlamento de los consensos alcanzados por la ciudadanía en los debates que desarrolle en una Cámara Ciudadana Digital, entendida ésta como una Tercera Cámara Nacional y como un instrumento o herramienta para desarrollar una democracia mucho más efectiva y escalable…
Personalmente creo que el horizonte al que debiéramos dirigirnos debiera ser el debate intelectual de la democracia que queremos, para establecer las bases del país que deseamos construir, porque sin democracia no hay ejercicio de la voluntad del pueblo y sin debate no hay razonamientos que justifiquen el por qué debiera emprenderse el desarrollo de tales o cuales iniciativas…
Si Salomón recomendaba a su hijo adquirir antes que todo sabiduría, nuestra nación debiera adquirir antes de todo democracia para alcanzar la sabiduría…
camaraciudadana.cl
fklsdjfklsdj
0
09 de septiembre
Un error común y generalizado es confundir la Democracia representativa en tanto idea o modelo de democracia, con regímenes que se denominan «democracia representativa».
Lo peor, en ese error caen supuestos demócratas, defensores o promotores de la democracia, que contraponen a la idea de democracia representativa, la idea de “democracia popular”. Y eso se debe a una comprensión parcial –y errada- de lo que es Democracia en definitiva, que termina por debilitarla como tal.
La democracia representativa implica no sólo la noción claramente simbólica de la representación, de la delegación de soberanía “popular” a través de la elección y el voto individual. Implica algo más importante.
La Democracia representativa implica una serie de mecanismos y procedimientos institucionales para evitar que el poder –electo- derive –por ley o fuerza- en despotismo sobre los individuos; sea esta “democracia” la de un grupo o casta, como ocurre con la plutocracia o la oligarquía; sino también como masa, en la oclocracia, la dictadura de mayorías.
La democracia representativa como idea, implica tener la noción de que lo que importan son los arreglos institucionales que evitan el mal ejercicio del poder –porque el poder corrompe- y no quiénes son los que lo detentan.
Creer que la Democracia representativa debe ser reemplazada en su totalidad por la democracia directa es desconocer qué es Democracia y sobre todo cómo actúa el ser humano.
Saludos
0
12 de septiembre
Un interesante jercicio lógico conjuntivo. Pero ya de un principio de olía la tautología final.
0