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El escupo que recorre Chile

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El acto de promover en los gobiernos, en las empresas y en las organizaciones ciudadanas un entrenamiento en el respeto hacia el otro humano y el otro ser vivo, conversaciones sinceras, terapias públicas y colectivas, nuevos estilos de liderazgo participativos y la colaboración, hoy por hoy resulta una inversión social imprescindible.

Dice la RAE que escupir es “echar de sí con desprecio algo, teniéndolo por vil o sucio”. Ese fue el gesto del joven aquel que mancilló a Michelle. Pero no importa aquí el rango de la agredida ni tampoco el chico de Arica que seguro ha sido una y otra vez escupido por carros-guanacos. Importa lo innoble de su acto y más aun la señal que habita en el desprecio entre personas, que no son algo. Ante tamaño signo de alerta hay que reflexionar y parar, pues duele Chile. Al tenor del habla en las redes sociales y en conversaciones cara a cara es evidente el actual mal vivir en las emociones de la desconfianza, el miedo y el resentimiento. Tres tesituras profundamente implicadas.

No hablaremos aquí de sus bases estructurales. Por ejemplo, de un país entre los top 3 del mundo en desigualdad social. De la mala salud y la mala educación. De la especulación con el dinero de otros que hacen los administradores de las AFP, que cuando ganan, más ganan ellos, y cuando pierden, lo hacen las personas que obtuvieron su dinero con sudor y lágrimas. De la contaminación de los ecosistemas. De los abusos pautados por la avaricia que linda con la insania de los dueños de la Pulpería Chile (insania: léase “falta de un buen juicio”, y cómo llamar, sino así, a los destemplados dichos de un indignado banquero Awad reactivo ante los límites a sus unilaterales cobros). Ni hablaremos de los políticos “profesionales” ensimismados en sus haberes, casi en una defensa corporativa ante la amenaza que creen ver en quienes promueven una asamblea constituyente y el término del sistema binominal.

Esos hechos, entre otros, alimentan la atmósfera emocional en que hoy moramos. El punto es que de persistir tal estado de ánimo lo más probable será que no resolvamos ni uno ni otro de esos desafíos estructurales, incapaces de vivir en un diálogo social y político en el respeto democrático.

La desconfianza a priori nunca ha construido vínculos. Es la principal fuente inhibidora del diálogo social inspirado en la legitimidad del otro. Es un prejuicio que impone dejar de escuchar y de observar, que atenta contra la escucha activa. Y este prejuicio puede dañar por igual a empresarios, gestores del gobierno, políticos y ciudadanos. Estudios nacionales e internacionales indican que nuestra desconfianza es una de las más altas del mundo: 7 u 8 personas de cada 10 expresan sospecha hacia el otro, sea personal o institucional, a diferencia de 2 ó 3 personas en los países a los cuales querríamos emular.

El resentimiento y el miedo hacen lo propio en las relaciones interpersonales y en el debate político y social. A la violencia en el habla (he ahí los programas de farándula y “serios” entrevistadores y políticos de variopintos colores), agregamos ahora la ausencia de mesura histórica en algunos análisis de la coyuntura, que solo están generando miedo vía anunciar eventuales nubarrones. Veamos solo dos muestras.

Con su acostumbrado “oportunismo reflexivo”, el sociólogo Fernando Villegas hace unas semanas agitó la “tesis” que en el país hoy se presentan las condiciones de una situación revolucionaria. Dijo: “una proporción abrumadora de la población chilena entre los 15 y 30 años aproximadamente tiene cero apego al modelo, considera necesario modificarlo radicalmente o lisa y llanamente destruirlo…” Y agregaba que hoy estarían deslegitimados “todos los componente esenciales del sistema de ideas y valores que sostiene el actual orden social: el lucro, el éxito medido por el dinero y la posición social, el deterioro en credibilidad de su principal confesión religiosa, el virtual desmoronamiento en la fe pública de instituciones vitales como las de la política y la justicia, el rechazo a los sistemas de salud y previsionales, al sistema educacional, a las tradiciones valóricas relativas al sexo y al género, a las normas de comportamiento cotidiano… La palabra ‘revolución’ –o etapa prerrevolucionaria, si lo prefieren- puede ser innombrable, pero no parece haber otra que se ajuste mejor a lo que se siente, se huele y se ve en el aire”.

Junto a la iracundia, el opinólogo –de cuidada melena tipo antiguo casco militar- también alertaba y se mofaba de aquéllos en el poder que se niegan a ver estos signos, confundiéndolos con movilizaciones juveniles o un mero cansancio ante los abusos. Ahora, vale preguntarse cuánto del discurso de Villegas buscaba especialmente generar miedo con el fin de construir realidades. Pues, en su estilo, solo repetía lo que otros lúcidos analistas han venido desde hace rato argumentando; claro que sin enarbolar la palabra tabú ni menos evocando el ya añoso trauma del 73, que, tras 40 años, aún es causa de resentimientos y desconfianzas.

En la misma tecla del miedo, aunque animado por otras intenciones, el periodista deportivo Juan Cristóbal Guarello en una difundida columna escribió que el “principal fantasma del empresario chileno es bien concreto: la Unidad Popular… quienes acumulan riqueza y medios de producción tienen sobradas razones para recordar con espanto los tres años de Salvador Allende en el poder…”. A renglón seguido, cuestionaba la actual “ceguera y ausencia de reflexión entre los empresarios”, incapaces de ver en la ciudadanía movilizada solo la intención de limitar los abusos y así atenuar su propio miedo de llegar a fin de mes. Por eso, Guarello les interpela: “si continúan en esa posición, en cualquier momento el eje de la discusión va a pasar al siguiente escalón (la concentración económica) y después al escalón que viene (la propiedad de los medios de producción). Y cuando tengan a un millón de personas en las calles exigiendo expropiaciones, como salieron un millón a pedir educación de calidad, ahí van a tener para llorar con razón y ganas” Antes dijimos que hay ausencia de mesura histórica en estos análisis, en tanto carecen de la perspectiva que nos muestra que el mundo actual no es el mismo de hace cuarenta años, cuando vivíamos atrapados en una lógica bipolar y del conflicto social excluyente, en Guerra Fría. Hoy asistimos a nuevos y mayúsculos desafíos de sustentabilidad (de continuidad intergeneracional) que a todos nos interpelan; han emergido sensibilidades y líderes inspirados por un ánimo y razón relacional muy distinta a los totalitarismos que antaño cegaron los ojos de unos y otros (tema, por cierto, que escapa a esta columna).

Y el resentimiento, ¿cuánto daña? A la luz de la impronta de las emociones en el vivir, sabemos empíricamente que ellas encarnan en los cuerpos y modelan los modos de vida. En ese sentido, a los individuos el resentimiento los enferma y ciega, a las comunidades las puede empujar a destructivas guerras y a las organizaciones, cuando son invadidas por dicha emoción, les mina su potencial.

El Premio Nacional de Ciencias (2000), Humberto Maturana, junto a otros actores, desde hace décadas vienen reiterando que son las emociones en el convivir las que hacen nuestro mundo. Luego, debería dolernos la pregunta: ¿hacia dónde podría caminar Chile de continuar abrumado por la emoción del miedo, la desconfianza y el resentimiento?

Ante tales “escupos” en el camino (y excúseme el lector lo feo de la metáfora), quiero radicalizar algunas ideas ya antes escritas sobre el desafío de la sustentabilidad emocional: en nuestro amado país es imprescindible un activismo político re-evolucionario de alfabetización afectiva. Es más, esa acción política en pos de la sustentabilidad emocional es condición sine qua non de la acción política capaz de superar los expansivos conflictos que desafían a la sustentabilidad socio-ambiental, así como a la profunda crisis de representación democrática. El acto de promover en los gobiernos, en las empresas y en las organizaciones ciudadanas un entrenamiento en el respeto hacia el otro humano y el otro ser vivo, conversaciones sinceras, terapias públicas y colectivas, nuevos estilos de liderazgo participativos y la colaboración, hoy por hoy resulta una inversión social imprescindible. Tal semilla es nuestra única esperanza de incubar relaciones interpersonales capaces de sustentar una acción política democrática, orientada a transformar las bases estructurales que hoy son las generadoras de injusticias sociales y de la contaminación a los ecosistemas.

Ese re-ensamblaje emocional es el antídoto para el dolor de Chile: el camino es renunciar a la desconfianza a priori, inhibir el resentimiento, lidiar con el miedo y, a contracorriente, educar en un convivir en el diálogo social sobre la base del respeto interpersonal e interinstitucional. Un re-unir emocional que es condición y sinergia positiva para la acción política ciudadana, cuyo juego democrático integral siempre ha sido sinónimo de una inteligente articulación entre la movilización y acción social directa y la participación responsable en los procesos electorales que construyen representación, más la constante fiscalización de los representantes electos.

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30 de mayo

Ufff, por dónde tomar su columna: entre que justifica y no el escupo, entre que estamos inmersos en una basura pero quiere “alfabetización afectiva” ¡en esta basura!, etcétera…

El estado de situación social, de relaciones humanas, políticas y económicas de la inmensa mayoría de este país, de cómo está organizado el modelo de desarrollo, de qué significa Estado de Derecho en nuestro país y cómo esa definición está siendo entendida por la población, justifica plenamente ese acto de protesta, por qué, por los hechos que usted enumeró en el párrafo dos. Ahí, y más, está toda la cuestión de este hecho que habla de la «protesta vía fluidos» que se viene.

Cuando te das cuenta que durante 23 años de supuesta democracia las clases medias y bajas han sido ultrajadas por aquella clase política y empresarial que gobierna saturada por la codicia y el individualismo, me permito decir que un escupitajo en plena cara a la representante “uno” de toda esa aberración política, está muy justificado, más todavía que ahora esa clase se quiere proteger con la “ley mi cabo”, ley que no es para proteger a un paco, sino para resguardarse ellos del “enemigo interno”.

Empecemos por sacar la basura del país para después, eliminado esa «mugre» legal, la alfabetización afectiva. No se puede decir a los chilenos que coloquen la otra mejilla «con afecto».

Saludos cordiales.

30 de mayo

En los extras del Espartaco de Kubrick, creo que fue Peter Ustinov quien comento la escena en que Craso (Laurence Olivier) y Espartaco (Kirk Douglas) se ven las caras, poco antes del duelo entre Espartaco y Antonino. Craso pierde la paciencia, abofetea a Espartaco, el que responde con un escupo. Y entonces Ustinov dice algo que yo no habia notado, con las millones de veces que he visto la pelicula, pero que siempre habia hecho que no me gustara esa escena: que cuando Espartaco escupe a Craso se rebajo y ese gesto le quito mucha legitimidad a la lucha que tenia Espartaco.

Tenemos problemas con nuestra clase politica, y la tentacion de lanzarles huevos, escupos, patadas, etc es muy fuerte. Pero eso no los afecta a ellos, sino a nosotros. Nos convierte en ellos, en unos seres sin respeto hacia los demas. La «ley mi cabo» es una muestra patente de lo mucho que nos desprecian los politicos. ¿Por que tenemos que actuar como ellos? No, esta mal. Es como lo que Ghandi decia «Ojo por ojo y el mundo se quedará ciego.»

El dar la otra mejilla creo que la Iglesia lo tergiverso a su conveniencia, porque Jesus no era para nada un ser humano cobarde o que permitiera que se le pasara a llevar. Mas bien creo que Jesus apuntaba a que si alguien, para conseguir algo o para obligarte a algo te pega, tu dale la otra mejilla, porque es todo lo que va a conseguir de ti. Como el mismo Ghandi decia «La fuerza no proviene de la capacidad física sino de la voluntad indomable.» ¿Que me pegas? Orale, hazlo de nuevo, pero no voy a rogarte, no voy a suplicarte, no voy a llorar, no vas a humillarme, y si me vuelves a golpear seguire mirandote a los ojos y veras pena y compasion por ti, por lo pobre ser humano que eres que golpeas a otro. A eso es lo que se referia Ustinov cuando criticaba la escena de Craso y Espartaco, y tenia razon.

Si nuestras demandas son justas, legitimas y correctas, no podemos caer en actitudes que hagan que esas demandas no sean el centro del debate. No podemos hacerlo, aunque queramos, porque la idea que tienen de nosotros es que somos unos simios que saltamos al son que nos cantan. Es como decia Ghandi «Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia.» El acto de escupir, de arrojar zapatos, de tirar huevos, aunque se lo merezcan, es violencia, y nada se construye sobre violencia. Ghandi lo dijo «Los medios violentos nos darán una libertad violenta.»

Veamonos al espejo como somos: personas con mucha dignidad y mientras mas intentan pisotearlas mas dignos y altivos debemos ser. No vamos a arriar nuestra bandera, no vamos a caer de rodillas, no vamos a rogar, ni vamos a agredir ni a insultar ni a caer en vulgaridades. No seremos como ellos, no nos vamos a convertir en ellos.

Date cuenta que todo lo que esta pasando es porque desde la clase politica quieren que seamos tan chabacanos como son ellos, asi que nuestra lucha tiene que ser en otros terminos, no en los de ellos, no en los que quieren ellos.

Este pobre idiota que escupio a Bachelet no se dio cuenta que con eso se daño su vida y se rebajo. Ya no interesa si tenia motivos o no, si su rabia esta justificada o no. Se rebajo como persona, ya no es digno, porque ante la «bofetada» no se mantuvo a la altura que su critica necesitaba, sino que se rebajo al nivel del agresor. No fue creativo, no hizo su critica usando su cerebro, no actuo como una persona con una demanda justa, sino como un vulgar. Piensalo y te daras cuenta que el pobre tarado de Arica no merece ser apoyado, sino compadecido, porque lo que hizo no tiene justificacion y que si lo apoyas estas apoyando a quienes aprueban una ley aberrante como «ley mi cabo», o a Cecilia Perez, Evelyn Matthei, y un largo etc de politicos groseros, porque ese pobre tarado de Arica y esos politicos son iguales.

30 de mayo

¿De dónde viene ese escupo?

Por cierto no viene de las esferas de poder, sus métodos son más “sofisticados”; no viene de nuestros hermanos de clase que se visten de verde para proteger al mismo poder; no viene ni siquiera de las demandas sociales. Viene de la rabia, de la humillación, del despojo, viene de ese joven marginal que se tiene que drogar para evadir realidad; viene de las cárceles chilenas atestadas de pobres, únicamente pobres; viene de la abyección provocada, de la pauperización provocada, de la criminalización de la pobreza, viene de ese vasto Chile conectado a la matrix y que si es desconectado defenderá a su verdugo.

Chile, descrito por la burguesía misma, es “muy desigual”, pero esas injusticias hay que vivirlas para relatarlas. Constatar ese hecho solamente, los hace colocar una muralla de protección con la realidad.

Los tiempos de colocar la otra mejilla se están terminando. Con esta clase política no puedes ni siquiera dialogar porque la ruta ya fue trazada desde los tiempos de la “independencia” y exacerbada hace cuarenta años.

Como bien lo dice Gabriel Salazar, las clases populares y medias cuando exigieron intervenir en las decisiones país, la oligarquía enviaba a nuestros hermanos de clase para restablecer el “orden”. Son más de 20 las matanzas que esa oligarquía, que hoy se protege con la “ley mi cabo”, le ha proferido al “vulgo insolente” que osa querer gobernar.

Hace 40 años se puso fin a la noble y hermosa gesta de un grupo de chilenos que intentaron colocar al “vulgo insolente” en la creación de su propia riqueza y auto-gestionara su destino y el de la comunidad llamada Chile. Todo eso se terminó con genocidio, con sangre, con matanzas, con campos de concentración, con clasismo. Había que poner la otra mejilla en esos tiempos también, y así nos fue.

Siempre hay que aceptar como normal el destino de millones para favorecer a un puñado de mal nacidos (el capitalismo vino al mundo chorreando lodo y sangre, decía el genio de barba); en ese acto la otra mejilla siempre fue nuestra.

Llegó la democracia, y todos felices, pero no sabíamos que nos estaban desconectando para enchufarnos a la otra fase del “proceso”, en el cual ya no era necesario el genocidio de hecho, sino el genocidio social, ese que habla del despojo tanto del alma como material por parte de los mismos que han gobernado Chile desde la época de la “independencia”.

Los mapuches fueron más visionarios que nosotros, y en los tiempos de la independencia, pactaron con la corona española para luchar juntos contra los “patriotas”, ya que se habían dado cuenta de lo que se venia si los «agentes ingleses» lograban independizar Chile de los españoles. Ganaron los “patriotas”: genocidio mapuche. Lucharon, pero las balas y el engaño pudo más. A ellos los obligaron con el tiempo a colocar la otra mejilla.

Todo ese cuadro histórico-social y real, que hoy mismo se repite pero sin grilletes físicos, sin tener la necesidad ellos de imponer un estado de excepción, sin tener siquiera la necesidad de matarnos, por la mutación de su hegemonía que nos hace chocar entre nosotros, es motivo suficiente para que una mínima reacción como la de aquel joven ariqueño, quien escribe la justifique.

Aquellos que se colocan directa o indirectamente del lado de la pobre Bachelet, no hacen otra cosa que desconocer 200 años de dominación y 40 de exacerbación del mismo, de un sistema que se ha basado en la sangre, vida y las dos mejillas del vulgo, circunscribiendo todo en el pobre fluido corporal de ese joven.

Ese escupo, perdóname, no es nada, absolutamente nada, para todo el crimen que ellos han cometido en contra de las mayorías ignorantes de este país por décadas.

Ese escupo no tiene nada que ver con la reacción rasca de la clasista Matthei, o las chuchadas de la desclasada vocera, nada.

Para entender ese escupo no tienen que mirarlo desde el punto de vista de lo sucio que es en sí ese acto, sino histórico, y no estoy para nada exagerando.

Bachelet representa todo aquello que he descrito, todo. Una linda sonrisa pero que esconde lo podrido, siniestro y cruel de esta maqueta, de este campo de concentración llamado Chile.

Saludos cordiales.

PD: Es cierto, ese “pobre idiota” se embarró la vida, le quitó lo inmaculado a la sacra figura de Bachelet. Será enjuiciado, discriminado, no tendrá trabajo, ninguna universidad lo recibirá, pero antes de tildarlo de idiota, cuestionemos el porqué de toda esa sinrazón que lo eliminará en vida, antes que a sus fluidos…

30 de mayo

No, no hay que cuestionar el por qué de esa sinrazon. Lo que hay que cuestionar es si debe responderse a esa sinrazon con un mismo acto irracional.

Rabia tenemos todos. Todos todos, excepto el 10% privilegiado. Pero si nos ponemos a escupir a la gente, aun a la mas desagradable ¿que estamos haciendo? Nada. Que este pobre tarado haya escupido le destrozo la vida, y hemos perdido a una persona que necesitamos para que luche contra esta sinrazon. Se automargino con su acto, en momentos que todos los que somos el 90% abusado no podemos darnos el lujo de tener bajas en nuestras filas que puedan ser usadas en nuestra contra.

La ley mi cabo es un absurdo, pero ¿tiene justificacion? si, claro, en esos tarados encapuchados, que caen en las tretas de infiltrados y actuan como unos salvajes. Eso nos divide, porque cuando estos encapuchados actuan, la gente se siente agredida y ya no le interesa la lucha, solo que no les afecte. Si hace 20 años hubieran habido menos encapuchados y mas movimiento creativo que hubiera luchado de manera menos conocida y ya con un programa de represion, tal vez no tendriamos el desastre educacional de ahora, pero como habia que tirarle piedras a los pacos y estos tiraban lacrimogenas, al mas puro estilo años 60’s, ahora, 20 años despues, estamos peor. 80% de la poblacion apoya a los estudiantes, pero 50% no esta de acuerdo con las manifestaciones. ¿Y que hacemos? Ah, si, escupir. En la mas guanaco, que derroche de imaginacion.

Todo lo que dice ud es cierto, totalmente cierto… pero los cambios, los verdaderos, los que han perdurado, no han surgido de escupos o patadas. La rabia tiene que ser el impulso para no bajar la guardia, lo que motive a buscar soluciones, no puede ser una vicera que nos ciegue y nos haga cometer esta clase de errores. Porque de estos errores se nutren los que llevan mas de 400 años en el poder. Ellos los buscan, los crean, los necesitan. ¿Como es posible que sigamos cayendo en esos juegos?

Por eso este pobre chico fue idiota, fue tarado. Arruino su vida y empeoro las cosas. Bravo, gracias, era justo lo que necesitamos!!!. Lo siento, pero no puedo mas que sentir una profunda pena por alguien que no entiende la dimension del problema y que cree que agrediendo a un politico la cosa va cambiar.

31 de mayo

¿Quién marginó a ese joven, tú, la sociedad, la matrix, quién? Yo no le he marginado, para mi sigue siendo un chileno que debe desarrollarse y desarrollar esta porqueriza de país. La lucha social tampoco, los colectivos «insurrectos» otro tanto. Lo marginaron aquellos que hacen la risible homologación entre un «fluido» y la vergonzosa realidad histórica de este país.

Esa gente lo margina porque en vuestro fuero interno todavía están atados, incluso sentimentalmente, a la lógica «en la medida de lo posible» que instauró el golpista disfrazado de demócrata.

No se puede, es inadmisible aceptar ese acto de homologar ese escupo a la espuria realidad de este vergonzante país: “responder a la violencia con violencia es un error”, dicen. ¡Pero qué cantinflada es esa por favor! Si un judío escupe en la cara a un nazi, bien justificado está, y eso lo mínimo. Si un palestino escupe en la cara a Netanyahu, ¡me pongo de pie! Si un musulmán ajusticia a los Bush, ¡justicia divina!, etcétera. Es absurdo igualar el dolor provocado por terceros y que se expresan, a hechos objetivos que hablan de barbarie social, como en Chile.

Lo que hago es un acto simple: justificar ese «fluido», desde mi visión y posición de clase, ante tanta barbarie de la «clase superior». Y los hechos me dan toda la razón.

Es imposible, es un atentado a la razón misma, seguir siendo peregrino en medio de un mar de bestias. Es imposible seguir colocando las mejillas aceptando que la realidad es así.

Los actos de la clase política, de nuestra propia vil historia, han sido trazadas entre cuatro paredes. La masacre social en Chile ha sido tejida en el silencio, en el anonimato, en el cual el libro de cabecera de esas bestias es la trampa, el engaño, el abuso, la usura y en último caso, la fuerza (“por la razón o la fuerza”, reza el infame escudo «patrio», lindo escupo en la cara a todos los chilenos).

¡Y ustedes enarbolando las banderas de la equidad de actos…!

Es mucho

En fin.

Saludos cordiales.

PD: Cómo hubiese deseado la familia de Matías Catrileo que el gobierno de Bachelet hubiera escupido a su hijo y no asesinado por la espalada como ocurrió. Cuántos nacionales no hubieran preferido un acto así a ser partes de algún memorial. Cuántos compatriotas no hubiesen preferido ese hecho a esclavizar sus vidas por un derecho humano mercantilizado en esta mierda de país.

31 de mayo

Stop. ¿Marginado? El chico de Arica no es un marginado. No es, que yo sepa, un chico que viva en la calle, ni uno que venga de una familia donde lo hayan violado o abusado o golpeado, ni un delincuente, etc. Hasta donde se, era (a ver si sigue siendo) un estudiante universitario, y no puede ser un marginado si obtuvo tan buen puntaje en la PSU como el. Los marginados apenas estudian.

Es un indignado, pero no un marginado.

Y justificar el escupo (no fluido, no seamos eufemisticos) no es en realidad justificar el merecido castigo a un opresor. Es justificar el resentimiento. Y el resentimiento no nace de entender el problema sino de por qué yo no tengo ese privilegio. O sea, que es envidia.

Si algo uno aprende en historia y mas cuando se estudia historias de revoluciones como la francesa, es que el resentimiento es la peor guia que puede tener alguien que se sienta agredido. El resentido no cuestiona el privilegio de los otros, cuestiona por qué no es privilegiado. El caos revolucionario frances fue precisamente un problema de resentimiento, porque los revolucionarios no cambiaron las cosas, se convirtieron en lo que combatian, o sea, en unos privilegiados. Y no, la cuestion, el problema es por qué hay privilegios y que esos privilegios deben desaparecer.

Escupir a Bachelet o lanzar huevos a Longueira es resentimiento, y los hechos no le dan la razon al resentido, porque el resentido, cuando consigue ese privilegio, normalmente se convierte en un opresor peor que el que siempre los tuvo. Es como O’Higgins: como el no podia ser noble por ser guacho, nadie podia ser noble. La medida, que a primera vista es justa, en realidad es puro resentimiento de alguien que queria ese privilegio, no que combatiera realmente con su existencia.

El resentimiento es mal consejero, y es la razon por la cual estamos como estamos. Porque es muy facil de solucionar el resentimiento: se les da privilegios a esos resentidos y listo, dejan de luchar. El paternalismo. ¿O es que nunca se ha fijado que hay mucho pobre que apoya a los privilegiados? Claro, eran resentidos, les dieron cosas y se acabo el resentimiento.

César Cuello Nieto dijo una vez una cosa que es una gran verdad: “No es que la pobreza genera resentimiento; es la manera cómo se asimila el estatus. No es que todo el pobre es un resentido social, depende de los valores que se le inculquen”. Las personas resentidas se identifican por su falta de estímulo, de metas propias en la vida, tienen una actitud de negar, de estigmatizar, condenar, rechazar todo lo relacionado con su estatus actual. Eso no es positivo, eso es insano para esas personas y para la sociedad.

No justifique a un resentido, no entienda los hechos desde el resentimiento. No sirve para nada, o en realidad solo arruina las vidas de los resentidos y de todos. Y no mezclemos el asesinato de Catrileo con este asunto del escupo. Si Catrileo murio fue porque lo asesinaron a traicion en un acto de represion. No es lo mismo que este indignado ariqueño.

31 de mayo

¡Vuelta, tiqui tiqui ti!

No estoy hablando de «marginal», sino de «marginar». En mi texto está claro el concepto, no lo desvirtúe.

De dónde vienen esos «resentimientos», que los describes como actos negativos del ser humano, en nuestra sociedad. De una clase, de la que abastece a la superior.

El resentimiento es una de las tantas expresiones que indican «algo anda mal en la sociedad», y no es precisamente por iniciativa propia ese resentimiento, más bien provocada y de manera intencional basándose en la condición de poder que se han ejercido las relaciones humanas en Chile.

El pobre si no se ha rebelado en nuestro país es por la simple razón de que está absolutamente desconectado de su propia condición y realidad, ¡provocada! Cómo fluye ésta, intentando sobrevivir usando todos los medios necesarios para precisamente sobrevivir.

Para ver cómo se ha desarrollado Chile, vea las estadísticas de criminalidad, vea la población penal de Chile, vea cómo son las políticas sociales, y se dará cuenta que el tema está enfocado, el desarrollo está dirigido, únicamente para mantener pobreza y criminalizarla en beneficio de algunos. Cavile bien estos hechos:

– La pobreza en Chile es penalizada de diferentes maneras.
– La población penal chilena es sólo pobres.
– Las nefastas políticas del Estado, para los pobres, son vejatorias.
– El enemigo interno no es precisamente Teillier…
– Etcétera.

Hace un tiempo ley el informe de un auditor norteamericano de derechos humanos –intentaré buscarlo para exponerlo en este sitio– el cual se llevó una ingrata sorpresa en cuanto al modelo de desarrollo de este país que tan bien se habla en el extranjero.

Se paseó solicitando información por los diferentes centros de estudios no sólo de la realidad productiva, sino social/penal, llámese gerdarmería, carabineros, sename, etcétera, y llegó a la conclusión que Chile tiene un «vejatorio sistema de desarrollo ECONÓMICO, POLÍTICO Y SOCIAL», ya que al constatar que las cárceles están habitadas únicamente por pobres, algo, indicó el gringo, «está funcionando mal en este país.»

De ahí nace el resentimiento que ese joven expresó, siendo él no un «marginal», sino un tipo con instrucción, pero que habita y constata cómo funciona la máquina.

No se trata de andar escupiendo a la clase política, se trata, desde mi postura, cuando alguien hace ese acto, de justificarlo, porque precisamente el resentimiento en las clases bajas ha sido vendido en un paquete de «la vida es así», siendo que la vida NO ES ASÍ, y en esa venta hay engaño, hay maldad, y esa maldad no se paga con algo tan nimio como un escupo, sino con la justicia.

No estoy mezclando situaciones, eres tú la que insistentemente, tendrás tus razones, las separas y las homologas.

No llegaremos a ningún punto en común en el acto de escupir a alguien que representa al sucio poder chileno.

Saludos.

31 de mayo

El de Arica no se expreso, escupio.

Asimov, en Fundacion, puso en boca de un personaje algo que es cierto: «La violencia es el ultimo recurso del incompetente».

No, no llegaremos a ningun punto comun, porque esta tan preocupado, tan obsesionado con justificar algo que en el fondo sabe que no tiene justificacion, que no entiende que escupir es una estupidez. Injusticias, pobreza, ¿van a solucionarse si andamos escupiendo o tirando huevos a los politicos? Digame eso: digame si escupir o tirar huevos ha solucionado algo en alguna parte. Ud se da mil vueltas en la injusticia social, pero llega a que «pobrecito el de Arica, pobre oprimido, Bachelet se merecia el escupo». Ahora diga ¿y luego que?

No, no llegaremos a ningun punto porque la cuestion es ¿que soluciona el escupir a alguien? Nada, es un vulgar desahogo de alguien que no penso las cosas porque esta tan resentido que no piensa, pero eso no sirve para nada, no solucionada nada, y solo ha hecho que se refuerce la seguridad de los candidatos, lo que significa que ya no se les podra encarar como se debe, o sea, usando todo el show que montan en su desmedro, como hacen otras personas, con muchas mas razones para quejarse. Siga aplaudiendo al idiota de Arica, bravo por lo que hizo.

31 de mayo

Marcela y David, buen debate el vuestro. Además, el diálogo de ustedes, aunque virtual, es una muestra concreta que es posible el diálogo en el respeto, pese a las legítimas diferencias… Abrazos.

31 de mayo

Es que las diferencias entre David y yo no son tan grandes porque compartimos la idea de la situacion, solo que David concluye que esa misma vision es la que tiene el pobre tarado de Arica y yo digo que si realmente la tuviera no habria hecho algo tan estupido.

Esa es la gran diferencia, que David tiene mas compasion y mas tolerancia que yo ante los que arruinan tan a lo bestia oportunidades de aportar a la lucha.

Gracias por leernos a los dos, porque sí, el dialogo que tenemos 🙂

31 de mayo

«Ud se da mil vueltas en la injusticia social, pero llega a que “pobrecito el de Arica, pobre oprimido, Bachelet se merecía el escupo”. Ahora diga ¿y luego que?»

Pero si no es tan difícil entender el porqué defiendo ese acto. Lo he dejado muy claro y argumentado, y si me «doy vueltas en la injusticia social», es porque ahí esta el todo de ese, según sus ojos, sucio acto, agrego yo, al poder.

¿Y luego qué?, pregunta usted. Cierta parte importante de la sociedad , y me incluyo, se está organizando no partidariamente sino políticamente para cambiar, aparte de la clase política, a la misma política.

Varios son los colectivos ciudadanos de clase popular que han entendido que la organización y la unión es lo único que nos queda como norte para, gradualmente, terminar con todas las dictaduras que se nos han impuesto, eso sí, con nuestra absurda y desinformada venia. No ando por la vida sólo justificando fluidos corporales, no.

Razón tiene Asimov, pero con un enorme “pero”. Si la violencia es estructural, si la violencia ha sido el arma UNO en la instauración de la dominación de una mirada de la vida, con la hegemonía de todas las relaciones tanto militares, humanas y económicas, los rechonchos adictos al buen puro pueden descansar en las palabras de don Isaac…

Saludos cordiales Marcela, y un fraternal abrazo.

PD: Fraternal abrazo también al señor Dinamarca.

31 de mayo

No, no hay «peros». No se puede usar la violencia contra la violencia. Eso es ojo por ojo, y no funciona.

Vuelvo a preguntar ¿de que le sirvio al pobre tarado de Arica escupir? De nada. ¿Y por que de nada? Porque ¿exactamente por que lucha? ¿Cual es la causa de su indignacion? No lo sabemos. Oh sí, ataco a Bachelet porque miente… ¿y por eso esta cabreado? Vamos!!

Pero como creo que no entendio lo de la frase de la violencia de Asimov se lo voy a explicar con dos ejemplos.

El primero es el caso de los chicos de la Catolica que funaron el homenaje a Jaime Guzman: sí, hubo huevos y sí hubo agua. Pero estos chicos fueron mucho mas creativos, porque se organizaron, porque se prepararon, porque esperaron pacientemente a que todo estuviera instalado, a que llegaran los politicos, y luego atacaron. ¿Sabemos por qué se manifestaron? Claro, contra la Constitucion del 80, fraguada en esa misma universidad, en esa misma sede, por quien iba a ser homenajeado. Y se comieron la centolla y se bebieron el pisco sour.

¿Lograron algo con eso? Claro. Lograron aterrorizar a los politicos que fueron atacados, porque nunca pensaron que en esa sede, donde murio Jaime Guzman, hubiera alumnos que lo repudiaran; no se logro el homenaje; y si bien han sido sancionados y duramente algunos de los participantes, incluso eso ha sido algo «positivo» porque ha destapado la cara vengativa de los politicos y de las autoridades de la Universidad… y de que de debido proceso no tienen idea.

Una emboscada bien hecha y que puso en ridiculo a esos politicos. Y peor, hizo que les doliera tanto que hizo que se vieran sus verdaderas caras. Ahora hay que mantener el apoyo a los sancionados e impedir que el abuso cometido con ellos quede impune porque no es solo con ellos, es un abuso contra quienes se manifiestan.

Otro caso: el de las estudiantes de Ñuñoa y Providencia. Sí, fueron a paro, y sí, fueron a toma. Pero tampoco era algo que los alcades de esas comunas esperaban, porque en toma estaban algunos establecimientos “emblemáticos” que tienen profundas crisis internas. Asi que estos alcaldes reaccionaron con violencia: cancelacion de matriculas por parte de Sabat y Labbe y humillacion a los que se fueron en toma. Y frase para el bronce de Sabat: «El Internado Nacional Femenino era un puterío. Entraron muchísimos hombres y estuvieron conviviendo ahí durante meses.» ¿Que se consiguio con eso? Que los padres llevaran el asunto a los tribunales, que se tuvieron que pronunciar al respecto, revirtiendo las decisiones de Sabat y Labbe, que fue el colmo para personas tan violentas como ellos. Sabat, si no hubiera cometido fraude, no seria de nuevo alcalde, y Labbe perdio su reeleccion.

La violencia de Sabat y Labbe no fue respondida con violencia, fue respondida con actos. Y como esos actos no eran en sí violentos, hizo que estos dos alcaldes perdieran totalmente el control.

La violencia es el ultimo recurso del incompetente.

La idea no es ignorar la violencia que se ha cometido contra los chilenos durante mas de 300 años. Es que cuando uno usa la violencia, pierde: pierde credibilidad, pierde legitimidad, pierde la razon. No es cierto nuestro lema, no es verdad que las cosas son «Por la razon o la fuerza.» Lo astuto es hacer que el violento estalle, que pierda el control, porque entonces se anula. El violento deja de pensar, todo lo ve rojo, ataca ataca ataca.

Lo dificil es luchar contra alguien con argumentos. No contra alguien que es violento. Por eso el tarado de Arica me da pena, porque si iba a arruinar su vida al menos que fuera por una causa que valiera la pena. No es que el movimiento estudiantil y las demandas mapuche no valgan la pena, es que el escupo hizo que pareciera uno de esos que grita en la Plaza de Armas que el mundo se va a acabar, que no entiende la gravedad por lo que se lucha y que lo resuelve con escupos. ¿Y que logro el tarado de Arica? Que hubiera solidaridad hacia Bachelet, y que nadie tampoco lamentara que José Ancalao renunciara al comando de Gomez. Con la cantidad de descendientes mapuches que hay en politica, Ancalao tenia que arruinarla.

Si se hacen actos de este tipo tienen que ser claras las motivaciones en ese momento, tan claras como lo son las tomas en el Instituto Nacional, o una funa. Si tenemos que elucubrar «ah, lo hizo por esto, lo hizo por aquello» entonces la cuestion estuvo mal hecha. Porque el problema de lo que hizo el pobre tarado de Arica es que se puso a gritar al aire, luego mezclo la lucha estudiantil con la mapuche… ¿que impresion da eso? Que no tiene idea de lo que habla, que mezcla cosas y luchas que tienen que darse en distintos frentes, porque son demandas distintas, y requieren soluciones distintas.

Todo lo que ud dice es cierto, se lo repito, yo estoy de acuerdo con lo que ha puesto. Pero no puedo entender que ud defiende un acto que no tenia sentido, que no tenia argumentos, que fue mal planeado, mal organizado y que tuvo consecuencias adversas a la buscada. Porque todo lo que dice es para justificar a un tipo que, por la forma en que hizo las cosas, habria dado lo mismo que gritara en pro de los estudiantes o por que emitan Mad men en TVN.

El pobre de Arica solo esta enojado con cualquier cosa. Esta enojado, esta descontrolado, pero ni el tiene claro por qué esta asi. No tiene demandas, no tiene soluciones, no es aporte. Alguien asi es lo que sobra en los politicos chilenos. En el caso de los chicos del Instituto Nacional, o de la Catolica, en el caso de las tomas de algunas universidades por el asunto de las becas la razon esta clara, no necesitan ser explicadas porque se preocuparon de que supieramos por que estan actuando asi y no que luego del acto tuvieramos que justificarlo y menos lo han dejado a la interpretacion.

¿Sabe como veo al pobre tarado de Arica? Como ese caso de Law and order en que un chico mato a una profesora y alardeaba de ser musulman y que habia atacado a la profesora porque pervertia las mentes de las mujeres y lanzaba frases a lo loco. Y resulta que todo su cabreo se debia que su exnovia habia abortado. Ni era realmente musulman, ni era misogeno: solo era imbecil, y ademas asesino.

Si deja de analizar al pobre tarado de Arica, si deja de buscar justificarlo, va a ver que lo que logro, el «luego que» que anula totalmente la legitimidad de su acto: convirtio en victima a Bachelet… bravo!!! justo lo que necesitamos. Por eso no puedo mas que decirle «tarado» porque solo alguien asi puede arruinar de forma tan ridicula una oportunidad como la que tuvo para haber contribuido realmente a la lucha social.

31 de mayo

Insistes con homologar hechos y situaciones siendo que no tienen ninguna equidad, ninguna: “ojo por ojo”. Es como decir que hundiré un portaaviones norteamericano con un bote artesanal. No, Marcela, no puedes seguir comparando hechos.

No le entregues más dialéctica a tu argumentación. Di que el escupo es “atroh atroh” y punto. Se acabo el diálogo, pero seguir igualando el escupo con la barbarie del poder, sería todo, Marcela.

¿Bachelet víctima?, ¿ante los ojos de quién?, de su feligresía, sí, del poder, que se cuadró con ella; de su clase, que también se cuadró con ella; parte de twitter, pero para la gente que quiere modificar no sólo el modelo, sino las estructuras del país, ese acto o pasó desapercibido o están en mi postura. Aparte, para victimizar a Bachelet está la UDI, ya que necesitan que ella gane para mantener el orden a todo nivel, y si atacas a la figura maternal con cachetadas de payaso, en la mente del pueblo farandulero que apoya su candidatura, hará razón. El escupo les movió el piso a todos, no se lo esperaban ya que les botó el libreto tanto a la UDI como a la concertación, y quedaron sin argumentos, desnudos, y lo único que tuvieron que hacer fue apoyar.

De verdad me da lo mismo si ella queda como víctima, no es de mi interés, ya que la construcción del nuevo Chile no se está forjando en la imagen sacra de la ex inmaculada, no, sino en el trabajo político diario, que no se observa, pero que tarde o temprano dará frutos.

El tema de la violencia fue entendido. Simplemente lo grafiqué a una escala mayor, ya que ahí reside la cuestión a la que intento llegar para justificar lo que a usted le horroriza.

La lucha no se circunscribe al hecho que discutimos, seria un error. Las luchas sociales van a la conquista del poder. El escupo es una situación más, y punto, que no arruinó nada, más bien creó discusión en cómo se debe enfrentar al poder en ciertas situaciones, acto que a usted pareciera ser la pérdida de la guerra…

Saludos y buen fin se semana.

01 de junio

Bachelet quedo como victima. Y quedo como victima ante todos. Porque una cosa es ser opositor a una persona y otra actuar chabacanamente. Y es lo que llevo diciendole y que ud no entiende: LO CORTES NO QUITA LO VALIENTE. Se puede ser opositor a alguien, se puede estar totalmente en contra a lo que el otro dice o piensa, pero si uno va y termina agrediendo, entonces ya no importa lo que diga.

Yo no defiendo a Bachelet, critico lo tonto del acto. Bachelet quedo como victima ante todo el mundo, porque por fortuna muy poca gente cree que el respeto solo hay que darlo a quien nos cae bien, sino que es una obligacion que tenemos hacia el otro, incluso cuando este otro es bastante despreciable.

Para la gente que realmente quiere modificar las cosas, el asunto fue pura y vulgar groseria. Entienda: NO ES DEFENDER A BACHELET, ES EL ACTO EL DESPRECIABLE. ¿Eso es lo que lo ciega? ¿No ve lo tonto del acto porque tiene tanta rabia contra Bachelet que le da lo mismo lo que se haga contra ella, aunque sea estupido? El escupo fue un castigo a Bachelet por sus actos, ok, supongamos que fue eso. Pero resulta que hay gente que eso no lo ve suficiente, que quiere un castigo peor, ¿que tan peor? ¿Que seria un castigo suficiente? ¿La guillotina, la tortura, tirarla por un volcan?

Eso es lo que me impide siquiera dar una pizca de razon al tarado de Arica. Porque el va y hace algo muy estupido y luego lo intenta justificar con «se lo merece»… bajo su retorcido punto de vista porque siempre que pensamos en que alguien merece respeto y otro no es un punto de vista retorcido y deformado. Cuando se defiende actos como el de este idiota de Arica, diciendo «ellos se lo merecen», en el fondo justificamos los actos que se han cometido con nosotros. ¿Por que? PORQUE QUIENES ABUSAN Y AGREDEN SIEMPRE ACTUAN BAJO «SE LO MERECEN». Y no, esto del respeto no tiene puntos de vista, no es «este lo merece, este no lo merece», porque asi, exactamente asi, es como funcionan los politicos que despreciamos tanto.

Creo que esta demasiado obsesionado con justificar lo injustificable. La lucha no se circunscribe a este hecho puntual, pero no se lucha asi. Todos los abusos, todos los atropellos, todas las desigualdades se basan en la misma idea de faltar el respeto al otro porque «se lo merecen». No, si vamos a cambiar las cosas, el «se lo merecen» va a tener que cambiar. TODOS LOS SERES HUMANOS NOS MERECEMOS RESPETO.

No respetamos a un parlamentario por ser parlamentario, sino primero porque es persona, y luego porque su cargo es de representante de personas, de sus votantes, no porque sea de la UDI o del PPD, o porque sea rico o porque sea pobre, o porque nos caiga bien o porque nos caiga mal. El mismo respeto se lo merece un mapuche, un analfabeto, un barrendero, un medico… TODOS.

Cuando empezamos con «se merece respeto y este no» entonces no entendemos que es el respeto. Si aceptamos que hay personas que lo merecen y personas que no, estamos aprobando una violacion de un derecho humano basico, fundamental. Es como lo que dijo Martin Niemöller: » Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista, Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata, Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista, Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté,
porque yo no era judío, Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.»

No nos merecemos el trato que nos dan los politicos, nos han faltado el respeto como personas y como ciudadanos. Pero no vamos a rebajarnos a su nivel actuando como ellos, teniendo peleitas ridiculas e insultandonos. Demostremos (que es lo que no hizo el tarado de Arica) que somos mucho mas educados, mucho mas pensantes, mucho mas analiticos y criticos que ellos y que somos perfectamente capaces de tomar decisiones y diferenciar en cuales nos convienen y cuales no. Si aplaudimos al tarado de Arica, que solo se perjudico a si mismo porque es lo que pasa cuando se piensa antes de actuar, dejamos de ser pueblo y somos turba.

El escupo arruino mucho. Ud quiere verle un merito que no tiene, porque mancho a todos los estudiantes de antropologia y a todos los de la Universidad de Tarapaca. Los dejo como unos groseros, vulgares, agresivos. El tarado ese no encaro a Bachelet, solo dio rienda suelta a una rabia que ud no puede, porque es asi, no puede asegurar que sea la que ud siente o la que yo siento o la que muchos sentimos contra los politicos.

Si vamos a ganar, y metase esto bien la cabeza, no va a ser asi. Nunca (y deberia estudiar un poquito mas procesos politicos para darse cuenta que es asi) se ha ganado nada actuando sin pensar y llevado por las tripas.

¿Que es lo que hizo grande a Rosa Parks? La injusticia que ella sufria y que todos los negros sufrian eran enormes, la rabia que ella sentia era enorme. ¿Cree que no hubo negros antes que ellas que desafiaron a la autoridad? Y claro que lo hicieron, con escupos, patadas, golpes… ¿Y quien sabe de ellos? Nadie. ¿Y de Rosa Parks? Todo el mundo, porque ella no hizo nada grosero, nada violento, sino que exigio respeto al no levantarse de su puesto porque estaba cansada. Ella, no los violentos. Hasta Malcolm X se dio cuenta que se habia equivocado con lo de la violencia, aunque para su desgracia y la del doctor King y la de Ghandi y hasta la del mismo Jesus, los violentos solo piensan que las cosas se solucionan con violencia. Es raro, pero las personas que no usan la violencia, que respetan a los demas, que respetan y tratan con respeto incluso a sus enemigos, son las que crean los cambios reales y profundos. El resto, es chusma.

Reflexione un poco. No se deje llevar por la rabia. Y no defienda mas a este tarado porque no creo discusion en como enfrentar al poder, porque esa discusion estaba hace mucho, lo que hizo fue dejar claro, pristino, que esa no es la forma. Esa no, nunca.

jose aguila

01 de junio

Los comentarios son muy enjundiosos e interesantes, mejores que el articulo que no hace mas que expresar lo que todos los politologos venen expresando.
El problema es que si hay un sector de la zoologia chilensis que a estado perdida es justamente la de los politologos que, con honrosas excepciones , no han visto una a la hora de cachar pa onde va al pelota.
Ultimamemte se habla mucho de tener «calle», o captar la onda de la calle, en estricto rigor la calle no esta ni ahi con lo que digan los analistas , videntes o futurologos chilenos, la calle tiene su dialecta inedita escrita cada dia y con una tremenda vocacion de lucha.
Eso, la lucha, va in crescendo, la traicion de la concertacion y la guinda del pastel de Pinera hizo renacer las ganas de pelear y eso no lo detiene nadie

01 de junio

Las ganas de pelear nunca se han perdido, lo que creo es que los chilenos dieron una oportunidad a los politicos de que probasen, con hechos, su palabreria en campaña. Se les tuvo paciencia, aunque no mucha porque la traicion politica comenzo cuando se acepto que se atribuyeran la derrota de Pinochet cuando eso fue una victoria social.

Lo que pasa es que antes habia todavia un espacio para el dialogo, y ahora ya no. Ya no hay nada que dialogar, los politicos abusaron demasiado del dialogo para mentir y engañar y la gente ya siente nauseas de dialogar con gente tan mentirosa

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