Para justificarla, a falta de mayor imaginación, muchos vuelven a restaurar el Imperio del Mal, a pesar de que nos habían notificado que se vino abajo hace ya bastantes años.
Cuando ya creíamos que buena parte de los adherentes a distintas banderías políticas del país habían dejado de etiquetar de manera impropia los actos, propuestas o reclamos de los ciudadanos organizados, sean o no estudiantes, vuelve a emerger el espantajo del “comunismo”.
De modo similar se ha utilizado el tema del terrorismo. Como si éste último fuera solo un fenómeno de los últimos años, y solo pudiera adjudicarse a posiciones fundamentalistas o dogmatizantes, provenientes siempre, como no, de fuerzas antisistema, y no también de la propia acción del Estado.
Ambas formas de motejar y descalificar el accionar reivindicativo a favor de otro modelo de sociedad y otra forma de concebir y realizar la política, vuelven a escena tras la incapacidad o desinterés de las elites en comprometer una comprensión más profunda y abierta de lo que se está demandando.
Muchos pudieron creer que este tipo de estigmas- en particular, el de “comunista”- podrían venir en particular de los nostálgicos del pinochetismo. Pero no. Hemos visto a otros personeros de gobierno, así como también del espacio intelectual, haciendo uso de la noción de “comunista” para descalificar sin argumentos las legítimas reivindicaciones o liderazgos que explosionan aquí y allá en el territorio nacional.
No deja de resultar paradójico e incluso risible – si no fuera porque este tipo de descalificaciones pueden llevar a nuevas formas de persecución-, que se haga en momentos que, la verdad sea dicha, el comunismo funciona más bien como horizonte utópico, y no es una realidad histórica en ningún lugar. Incluso más. Habría que decir que nunca fue una realidad histórica propiamente tal.
Lo que ha existido, con sus fracasos y logros, ha sido una cierta forma de socialismo histórico (que algunos han adjetivado como “real”). Tenemos, sí, una crisis del socialismo histórico. Así como también hay una crisis hoy del capitalismo real, aquel que no puede hacerle honor a sus premisas libertarias y mercadistas, porque a final de cuentas, se resuelve en el imperio del capital financiero y sus mandantes a nivel global.
Hay que distinguir entre lo que el capitalismo dice querer (libertad, desarrollo), y lo que efectivamente hace (desigualdad, no-democracia, desagregación).
Hemos tenido – a su vez-, una cierta forma histórica de encarnar el ideario socialista. Situada y concreta, con sus propias limitaciones. Porque, entre otras cosas, en ese momento (por ejemplo, el año 1917) no se tenían antecedentes de realización socialista, y porque se construía no sólo contra fuerzas que, desde el comienzo, tenían como único interés destruir toda posibilidad de éxito de una alternativa a lo existente, sino también, contra las propias limitantes y desajustes de los mismos países donde las revoluciones triunfaron.
El anticomunismo se convierte en una verdadera ideología que impide ver lo que está sucediendo y lo que se está reclamando. ¿Por qué? Porque se usa para desviar la mirada: los problemas que tenemos como sociedad no serían resultado de las fallas, las limitantes, las injusticias que genera este sistema económico, político y social, sino que nada mas obedecerían al accionar de un partido, o a la expresión de unos cuantos desubicados que no creen en la religión del crecimiento económico, de hacer más ricos a los ya ricos, para que haya “chorreo”.
Se trata con estos sambenitos de exonerar de responsabilidad al orden económico vigente que nos rige (en el que se cree como una religión, por cierto), que arroja gente a las calles y que genera desesperanza y desesperación.
Si usted reclama por la injusticia, la falta de democracia, la venta indebida de los activos del país a manos extranjeras, la burla de los bancos y los grandes supermercados, por una reducción en serio de las desigualdades, por el cambio de la constitución autoritaria, entonces, ahora resultará –como en tiempos pasados-, que usted lo hace porque es “comunista”.
Lo importante es sembrar el miedo basado en la ignorancia social y la manipulación. Algo que ya se hizo en el pasado histórico, como no, creando “enemigos” internos a la medida.
Hoy por hoy la razón de Estado es, como dice Galeano, la razón de los mercados financieros que dirigen el mundo y que no producen nada más que especulación.
Este Estado se desprende de casi todo, salvo –lamentablemente-, de su prenda íntima indispensable: la represión. Para justificarla, a falta de mayor imaginación, muchos vuelven a restaurar el Imperio del Mal, a pesar de que nos habían notificado que se vino abajo hace ya bastantes años.
Al parecer, este sistema no puede sobrevivir sin estar inventando un nuevo diablo cada vez que lo necesita para seguir adelante con su talante depredador.
Comentarios
29 de junio
Actualmente se acusa fácilmente y al voleo de comunista o de fascista a cualquiera que opine distinto, o difiera de algunos planteamientos que la mayoría contextual de turno, considera como una verdad.
Basta que alguien diga en medio de la marcha: es un paco infiltrado, para que la masa ejerza su violencia irracional, sin siquiera darse el trabajo de comprobar si la víctima del juicio sumario improvisado, es efectivamente un policía infiltrado.
Y el error como siempre es presuponer una superioridad moral en base a los fines que se dice defender. Entonces, si alguien osa cuestionar los medios propuestos…de inmediato se le considera un enemigo.
Lo que ha existido es el poder coactivo ejercido de manera prepotente para llevar a cabo diversos fines. En eso, el capitalismo y el comunismo –o socialismo real- se parecen. Ninguno ha prescindido del Estado, es decir de la coacción, para imponer sus criterios por la fuerza, generando privilegios y una casta gobernante despótica y autoritaria.
Esa noción, no es anticomunista, sino libertaria, y la levantaron hace siglos los anarquistas, por su desconfianza en cuanto al poder y la autoridad en cualquiera de sus formas, y sin depender de sus detentadores.
Contrario a lo que usted plantea, no todas las críticas tienen por objetivo desviar la mirada sobre lo que ocurre en relación al modelo político-económico, sino para evitar los problemas que siempre el poder concentrado, en manos de quien sea, trae consigo.
Muchos reclamamos por la injusticia, contra el privilegio, la corrupción de la democracia, el mercantilismo moderno, el crony capitalismo, y tenemos claro que la solución no es reemplazar a una casta por otra, tampoco es crear un Estado omnipotente, sino permitir mayores niveles de libertad a las personas.
+3
29 de junio
En el mundo de las falacias argumentativas,es muy común conceptualizar al «enemigo» de la manera que mas satisfaga nuestra argumentación o ideología. También es muy común, estrechamente relacionado con lo anterior, radicar determinadas características (despectivamente descritas o derechamente poco éticas) en la postura contraria (que por supuesto siempre esconde oscuros intereses). «Mejor aun», para nuestro propio festín, si las radicamos en un o algunos sujeto (el mas «malo» claro esta).
Señores de elquintopoder y columnista,¿ no pretenderán convencernos de que esta vieja practica es característica de unos (los «malos») y no de otros (los buenos»)?.
+1
01 de julio
Con Lenin, Mao, Pol POt, Presidente Gonzalo ( creo así se hacía llamar Abigael Guzmán), Kim de Corea, Hoencker, Castro, y tantos otros, pls, ¿que se puede esperar del comunismo, sino muertos?.
Es como que se dijiese que el Nazismo no es malo, sino que Hitler era el malo, ¿cierto?
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06 de enero
en este artículo no se trata de juzgar al comunismo o a los crímenes que en su nombre se cometieron. El autor del artículo critica la utlisación indiscrimanada de la apelación de «comunista» a toda propuesta progresista que implique ponerse a la ideología dominante en la sociedad chilena. Es decir que se puede ser crítico al sistema neoliberal sin ser un agente del comunismo.
01 de julio
En Dictadura los reclamones eran Comunistas, al comienzo de los gobiernos de la Concertación eran Terroristas, al final del Gobierno de Bachelet eran Fracazados, y hoy los que reclaman son Delincuentes.
Verdad que hay algo en común a todos los modelos políticos (y económicos) y es que cuando las élites se instalan en el poder pierden toda su consecuencia y se transforman rápidamente en abusadores buscando satisfacer sus personales necesidades. Desde este punto de vista ningún modelo político (y económico) triunfará totalmente y siempre habrá esta lucha de poder entre grupos y élites de derecha e izquierda.
-1
05 de abril
El anticomunismo, es una ideología política, opuesta al socialismo, comubismo , oensamiento de izquierda y toda creencia que pregone derechos sociales.
Esta ideología es caracterizada por exacerba-
ciob del nacionalismo autoritarismo, supre-
macia racial , respaldo a sistemas dictato-
riales.conservadurismo y dogmatismo.
Desde la fase de » guerra fria» ( 1.960). Hasta actualidad, hemos visto multiples ramas de anticomunismo, e incluso personas se autoproclaman » antipoliticos», practican un anticomunismo encubierto o disfrazado de » amor a la patria».
En Chile, el anticomunismo siemore ha estadp vigente, una solida gráficacion de este hecho, acaecio con la promulgación de la nominada » Ley de Defensa Permanente de la Democra-
cla o Ley Maldita», decretada por el ex- pre-
sidente radical, Gabriel González Videla ( 1.949), otra politica anticomunista y de perse-
cucion contra el Partido Comunista Chilena
Tambien es muy importante,,señalar que con los últimos procesos políticos- sociales de Chile (Crisis SOCIAL de .2.019, Procesos Constitu-
yentes 1 y 2),; la ramificación del.anticomu-
nismo en distintas ámbitos sociales y em sectores de la centro- izquierda chilena.
Este fenómeno, está muy latente y presente en redes sociales.
Los distintos medios de comunicacion masivo ( Con Excepción de medios comunicacionales independientes), tienen una libea editorial » anticomunista encubierta » y que causa perjurio al ciudadano .
Causa temor e incertidumbre.
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