Dime con quién andas y te daré mi voto

El escenario electoral está complejo, por primera vez en mi vida, la lógica, la ética y la cívica generan ruidos en mi cabeza, que me impiden sentirme claro respecto a mi sufragio, por lo mismo, intentando reflexionar colectivamente, terminé escribiendo la siguiente columna.

Datos duros, la próxima configuración del congreso anula toda opción de promulgación o derogación de leyes que no susciten acuerdos, así de simple, por lo mismo, entrar a creer que el ejecutivo podrá hacer colapsar al país, es un tanto descabellado, además, independiente de lo que hoy sostengan los partidos de centro, está claro que ninguno de ellos avalará medidas que pongan en duda su voto duro y fidelizado. Respecto a la Nueva Constitución el escenario no es tan nefasto cómo quieren pintarlo, los constituyentes están escribiendo la nueva Carta Magna, teniendo claro que nos regirá a todos, por lo mismo, dudo que incluyan indicaciones que compliquen su confirmación, independiente de quien resulte electo del ejecutivo, y en este sentido, independiente de que tengamos un Presidente del Apruebo o del Rechazo, mi impresión es que la ciudadanía es capaz de separar las cosas. Por lo mismo, tampoco creo que este criterio deba primar en mi intención de voto.

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Terminé centrando mi atención en el viejo dicho “dime con quién andas y te diré quién eres”, al tener súper presente que elegimos un Presidente y no un Rey.

Entonces ¿En qué me baso? ¿Economía?, aquí el debate es horrendo, una constante lucha de sordos entre ignorantes y fundamentalistas, me explico. El modelo neoliberal es un modelo de economía mixta, por lo mismo, basta corregir la relación entre Estado y Mercado para “humanizarlo”, quienes sostienen que hay que hacer cambios profundos, simple y llanamente mienten, quienes sostienen que ha sido nefasto para el país, también mienten, este modelo proveniente de la Dictadura, ha sido considerado por muchos economistas mundiales, un milagro de la economía, un ejemplo a seguir, permitiendo a Chile crecer en varias direcciones, pero, cómo todo en la vida, no es perfecto, por lo que mejorar las regulaciones, prevenir las evasiones y dar certezas (junto con regulaciones) a los inversionistas, es el mejor escenario a seguir.

Podemos entrar a debatir en el cómo, bajando impuestos, incorporando exenciones, fomentando el ahorro, fomentando la inversión, incluyendo capitales en la competencia, etc… pero entrar a pensar en copiar modelos que han fracasado, no creo que sea el punto aquí, es más, cualquier medida que centre su atención en apoyar a los grandes empresarios ocasionará huelgas de los trabajadores y toda medida que ataque los bolsillos de los grandes grupos económicos, terminará poniendo en riesgo la inversión y fomentando la exploración de negocios fuera de nuestras fronteras, algo que va en contra de los recursos que requiere toda agenda social.

Es complejo, racionalmente puede ser sencillo para muchos, pero cuando uno mezcla las emociones y las vísceras, el voto informado trasciende toda lógica, permitiendo que uno tome consciencia de lo que está haciendo y el país en el que quiere vivir.

Por lo mismo terminé centrando mi atención en el viejo dicho “dime con quién andas y te diré quién eres”, al tener súper presente que elegimos un Presidente y no un Rey.

La cercanía de Gabriel Boric al Partido Comunista complica a todos quienes no consideramos que el Presidente Salvador Allende fue un buen mandatario, quiero dejar claro que respeto la consistencia del PC, tienen 100 años y siguen igual, pero eso no me impide decir que la idea de comunismo y democracia nunca han ido de la mano, independiente de lo que los representantes nacionales quieran establecer, obviando la historia y los actuales regímenes comunistas mundiales, por lo mismo, pensar en Hugo Gutiérrez y Guillermo Tellier en cargos ministeriales, por decirlo menos, me quita el sueño. Ahora bien, respecto a José Antonio Kast los ruidos son similares, me cuesta creer que sea cómo se muestra, ningún demócrata de verdad podría compartir mesa con Ignacio Urrutia, un político que durante toda su trayectoria dependió de la polémica, rodeándose de obtusos adherentes; vivo en su distrito, por eso lo digo, pero más allá de que Ignacio Urrutia quiera ser Ministro de Agricultura, me complica saber que Jacqueline Van Rysselberghe  y Ena Von Baer también están disponibles para ser Ministras, dado que ya no existe el cargo de Intendente.

Quizás la solución (palo para los jefes programáticos) esté en transparentar este punto, no me gustaría ver otro gobierno influenciado por Cristián Larroulet o Álvaro Elizalde, por nombrar algunos de los tantos males que ha sufrido nuestra democracia.

Es complejo el escenario electoral actual, traicionar los principios quita el sueño y al mismo tiempo, cómo dijo Daniel Matamala, la próxima configuración del Senado y la cámara de Diputados, nos obliga a considerar que nuestro próximo Presidente necesita ser más pragmático, que idealista, para no repetir el ciclo que ocurre cada 40 años.

Antes de terminar, los invito a reflexionar, a detener la lógica de “el mío es mejor que el tuyo”, basta de caricaturas y propagandas centradas en el miedo, hay que poner los pies en la tierra y recordar que, sea quien sea el Presidente, cada cuatro años no es posible dar una vuelta de timón.