En septiembre de 2011, 8 países y 9 organizaciones internacionales de la sociedad civil, acordaron en el marco del sexagésimo sexto período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, lanzar formalmente la Alianza para el Gobierno Abierto (Open Goverment Partnership, OGP). Esta iniciativa internacional, tiene por foco ayudar a los países a avanzar en las reformas orientadas a ofrecer más transparencia, participación y rendición de cuentas a los ciudadanos, bajo el pilar transversal de la innovación y el uso de la tecnología actual.
Los países que se han sumado a OGP (77 al día de hoy), construyen colaborativamente entre los gobiernos, la sociedad civil, universidades, sector privado, entre otros, planes de acción con duración de dos años, y que a partir de una serie de compromisos nacionales o subnacionales, dicho país decide avanzar en ciertas materias estratégicas que son mayoritariamente relevantes para los actores principales. Junto con un sistema de monitoreo independiente (IRM, en inglés), se constata el avance de los compromisos acordados, al cabo de los dos años de llevado a cabo el plan de acción elaborado.Chile se encuentra en un momento en donde la demanda de mayor participación e incidencia política y social, pone presión para la elaboración del nuevo plan de acción
Chile, en este contexto, ha sido uno de los países pioneros en esta nueva gobernanza para los Estados. Bajo la primera administración de Sebastián Piñera (2010-2014), el país firmó el compromiso de ser parte de OGP, junto con la elaboración del I Plan de Acción de Gobierno Abierto (2012-2014). El diseño e implementación de este primer plan de acción, estuvo fuertemente asociado a compromisos por parte del ejecutivo, dejando de lado la participación de la sociedad civil, como además otros actores.
De esta manera, hemos transitado por siete años de construcción de un proceso continuo de fortalecimiento de los pilares del Gobierno Abierto (Transparencia, Rendición de Cuentas, Participación e Innovación y Tecnología), por parte tanto del mundo de las organizaciones de la sociedad civil, el gobierno y el mundo académico. Las exigencias cada vez mayores por parte de la ciudadanía, de sus derechos y mejora de calidad de los servicios públicos, como además el cada vez mayor nivel de exigencia de espacios de participación en la toma de decisiones, hacen que la elaboración del IV Plan de Acción de Gobierno Abierto para Chile (2018-2020), sea un enorme desafío para nuestro país.
En esta ocasión, Chile se encuentra en un momento en donde la demanda de mayor participación e incidencia política y social, pone presión para la elaboración del nuevo plan de acción, razón por la cual en la primera etapa, se recogieron más de 150 propuestas de todo el país, a través de una plataforma digital abierta. En esta nueva etapa, habrá mesas de trabajo no solo en Santiago, sino que también en Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso, Concepción, Valdivia y Punta Arenas, dando un mayor volumen de participación al mundo de las organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía. Sin duda alguna, el mayor desafío es interpretar y representar adecuadamente las enormes demandas que tenemos hoy, con perspectiva de los próximos años.
Por ahora, se ha iniciado la segunda etapa de la co-creación del IV Plan de Acción de Gobierno Abierto para Chile, en donde la participación y la confianza son claves para su validación, donde además tenemos una ventana de oportunidades única, luego de casi 7 años de experiencia en la materia. Estamos preparados para dar el gran salto, que es la construcción de un Estado Abierto para Chile. El desafío está ahora por parte de todos nosotros para que eso sea una pronta realidad.
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