Vaya que dura es la lucha contra la delincuencia. Pero seguirá siendo más difícil en la medida que no la combatamos en las dimensiones correctas. Hay que rascar donde pica. No hacerlo es una pérdida de tiempo y recursos valiosos.
La prensa informó en la última semana que, por una parte, dos carabineros fueron dados de baja porque en sus días libres se dedicaban a asaltar. Tal cual. ¿Es primera vez que ocurre? No, no es primera vez. Ya hay antecedentes de carabineros involucrados en otros casos de las mismas características, es decir, asaltar en el tiempo libre.No comprendemos que la «materia prima» de donde obtenemos Carabineros es la misma de donde salen los delincuentes: la infancia y juventud de Chile. Y es esa infancia y esa juventud, su formación integral, es la que está totalmente descuidada.
Por otra parte, 12 carabineros son procesados por realizar detenciones ilegales, apremios ilegítimos y torturas.
Considero que estos hechos son la muestra más clara de lo que ocurre cuando los diferentes gobiernos, al pretender combatir la delincuencia, atacan el síntoma y no la enfermedad. Todas las medidas que se toman en Chile para combatir la delincuencia son cortoplacistas. Somos campeones para encerrar en la cárcel (y que vuelvan a salir, más expertos que cuando entraron), campeones en aumentar las penas, o campeones en «aumentar la dotación de carabineros», esta última, una frase que le hemos escuchado a todos los candidatos presidenciales que han llegado a La Moneda en los últimos 30 años.
Y aquí están las consecuencias. Carabineros que, literalmente, delinquen. Y es que nos empecinamos con ser un estado policial y nos negamos a tomar medidas de largo plazo y en las áreas que corresponde. No mejoramos la educación (la empeoramos). No mejoramos el acceso a la cultura, a la formación integral de la persona. No comprendemos que la «materia prima» de donde obtenemos Carabineros es la misma de donde salen los delincuentes: la infancia y juventud de Chile. Y es esa infancia y esa juventud, su formación integral, es la que está totalmente descuidada. No logramos entender que la delincuencia se combate «cerrando la fábrica de delincuentes», y esa fábrica está en la miseria, en la pobreza, la falta de educación, en la falta de cultura, arte y deporte en la que crece un número importante de la población chilena.
Mientras Chile no entienda esto, seguiremos «rascando donde no pica», y nos seguiremos encontrando con este tipo de noticias en carabineros, y con niveles de delincuencia que no bajan.
Pero para eso necesitamos líderes que piensen en Chile a largo plazo. Líderes que piensen en esta generación y también en la próxima, y no sólo en la siguiente elección. «Estadistas» se llaman. Y aquí brillan por su ausencia.
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