Debemos defender el estado laico y la libertad de pensamiento

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Esta forma de adoctrinamiento es contraria al “libre pensamiento”, resultando en personas con las cuales no es posible dialogar ni llegar a acuerdo con ningún tema valórico, ellos sienten que están defendiendo a Dios

Ya ha pasado algún tiempo de las elecciones presidenciales y una de las conclusiones que podemos sacar es la importancia que están adquiriendo los grupos evangélicos, quienes en estas elecciones y en primera vuelta votaron por José Antonio Kast y en segunda vuelta sus votos fueron en su gran mayoría a Piñera, simplemente porque está en contra de las leyes que consideran “antivaloricas”.

Los evangélicos son grupos bien organizados y disciplinados, un ejemplo de ello es lo que han logrado en la Universidad de Concepción del 2001 a la fecha, con la agrupación “Las Águilas de Jesús”, quienes el año 2005 obtuvieron la presidencia de la federación de estudiantes de dicha universidad en alianza con RN y la DC ganándole a la Izquierda, los titulares de los diarios decían “Canutos le ganan a la zurda”. Llegando más allá y ganaron cuatro elecciones más entre los años 2005 y el 2009, venciendo a Karol Cariola.

Hoy, Francesca Muñoz (RN), una de sus fundadoras y defensora de los “valores biblicos” y de las leyes que, según ella, atentan contra la familia cristiana, es la primera parlamentaria evangélica en la historia de Chile.

Actualmente existen tres partidos políticos evangélicos en formación: Nuevo Tiempo, el Partido Cristiano Ciudadano (PACC) y Unidos en la Fe. Obviamente, si entran en política, es porque en algún momento quieren lograr el poder.

Está bien que opinen en los temas que crean necesario, pero el cuestionamiento que puedo hacer a estos grupos son; se dicen embajadores de Cristo y poseedores de la sabiduría y poder de Dios, por lo tanto se sienten en un sitial superior a quienes no comparten sus ideas. Otro punto son los argumentos que utilizan para cuestionar las leyes que consideran erróneas. Por ejemplo: el 9 de agosto de 2011 Antaris Varela, integrante de la Comisión Nacional de Evangélicos para la Familia, cuando el entonces presidente Piñera anuncia el envío al Congreso del Proyecto de Acuerdo de Vida en Pareja (AVP), dice: “¡Presidente, está legalizando el pecado!”, “Quisiéramos saber en Chile, los cristianos, por qué le da la espalda a la palabra de Dios”. Años después, el 2016 Antaris Varela formó parte del staff de asesores legislativos de José Antonio Kast.

Para entender su forma de pensar y actuar hay que saber que la Biblia es su principal fuente de conocimiento, lo que allí está escrito es literalmente cierto, por eso se les denomina “literalistas bíblicos” o “fundamentalistas bíblicos”. Son personas que están permanentemente escuchando o leyendo temas relacionados con su religión a través de programas de radios o televisión. Incluso, la música que escuchan está relacionada con mensajes religiosos. Junto con esto y para que lo escrito en la Biblia no sea puesto en duda, los pastores aconsejan a sus fieles alejarse de todo aquello que los pueda hacer cuestionar su veracidad.

Esta forma de adoctrinamiento es contraria al “libre pensamiento”, resultando en personas con las cuales no es posible dialogar ni llegar a acuerdo con ningún tema valórico, ellos sienten que están defendiendo a Dios y cualquiera que los refute es un pecador guiado por Satanás y no aceptaran ninguna idea que contradiga su interpretación de la Biblia y su verdad es la única verdad, un pensamiento totalmente anti-democrático.

Amables y pacientes lectores, deberán concordar conmigo que este tipo de argumentos deben estar fuera de las discusiones de nuestra cámara de diputados y senadores. Se imaginan un senado donde se pretenda “evangelizar” y para imponer alguna idea se vocifere o argumente: ¡Es la palabra de Dios! ¡Eres un pecador! ¡Estas del lado del demonio! ¡Esas leyes traen la maldición de Dios a nuestro país!, etc.

En democracia en las distintas cámaras se debe discutir con hechos, con evidencias, con ideas y no con argumentos ni creencias religiosas. Cuando un evangélico dice: lo dijo Dios o está escrito en la Biblia, en la mente de un ateo suena igual a decir: “lo dijo el viejo pascuero o está escrito en la revista Condorito” y por pensar así no es ningún monstruo ni nada parecido.

Debemos estar atentos y tener cuidado ya que mucha democracia, puede destruir la democracia.