Se ha pensado y hablado mucho sobre la situación actual. No siempre en el orden señalado, lamentablemente.
Para elaborar una tesis de cómo salir de esto, hay que comenzar por definir qué es esto. Un gobierno excelente, según el decir de unos cuantos que, sumados abarcan el 26% de la población. O sea, uno de cada cuatro. Esos mismos opinarán que el movimiento social desencadenado por los estudiantes, es un alboroto sin sentido, del que sale únicamente poniendo orden y a la fuerza, si es necesario. Y que es un movimiento que está en proceso de agotamiento y extinción. Paciencia y ya pronto estarán todos en clases, recuperando lo perdido, en otras palabras.
Un 63% , en cambio, vemos que la situación es grave. Que el gobierno ha llevado las cosas de manera torpe y lerda, con medidas desatinadas y tardías cuando no, francamente regresivas y contraproducentes. Cediendo tarde y poco. Hablando mucho y mal. A palos con el águila, como dicen en el campo. No me voy a explayar en detalles, que todos conocemos y que resultan abrumadores en su conjunto.
Pero no hemos atacado la pregunta inicial. ¿Cómo salimos de esto?
– Comprendiendo que “esto” es un fenómeno legítimo e inevitable. Leyendo el malestar del 80% de la población como el producto de fallas severas en el sistema vigente. Confiando en el pensamiento colectivo. Abandonando la idea de que unos cuantos “iluminados” tienen la razón y los millones de ciudadanos que queremos cambiar las cosas estamos equivocados. Es posible que en este aspecto, algunos del 26% comiencen a ver más claro y abriguen las primeras dudas sobre las normas ortodoxas del régimen. Bienvenidos sean.
– No obstante lo anterior, es preciso que comprendamos también la intensidad del movimiento. Igual como el 27 F no acepta ser considerado un pequeño temblorcito, el movimiento actual no resiste banalización alguna. Esto tiene dimensiones enormes, una energía que pensábamos largamente dormida y que no muestra viso alguno de debilitamiento. Por el contrario, se observa incluso un paulatino fortalecimiento de sus posiciones. Los estudiantes han aceptado todos los desafíos y tienen un discurso elocuente, preciso y documentado, que han expuesto con serenidad y claridad. Confieso que lo expuesto en el Congreso en una sesión que es un ejemplo de búsqueda de soluciones, me erizó los pelos y me humedeció los ojos. No estamos frente a mocosos imberbes y desinformados, estamos ante adultos jóvenes que han seguido un proceso de maduración que nos haría bien a muchos adultos.
– Ahora, el punto clave. Lo más difícil, aquello que nos hace verdaderamente fuertes y sabios y nos distingue de los bobos. Saber ceder, escuchar y reconocer que estamos en un camino sin destino. Ceder , cuando se debe ceder, engrandece. La porfía ciega nos torna pequeños. Debemos ceder a los puntos esenciales de su petitorio. Declarar formalmente y por escrito, la intención de abolir el lucro como móvil principal de los actores de la educación. No sigamos esgrimiendo razones artificiales para defender lo indefendible. La educación no es un objeto de consumo. Es una tarea noble y difícil que debe ser desempeñada por profesionales comprometidos, bien considerados y remunerados. Es una tarea prioritaria del Estado, de la cual debe sentirse orgulloso y comprometer todos los recursos necesarios. Es, además, la mejor inversión. Un país será más desarrollado en la medida que su gente sea mejor educada. Será, entre otras cosas, un país más solidario, más amable, más eficiente y de mejor calidad de vida para sus habitantes. ¿Hay alguna rentabilidad más deseable que ésa? Desde luego, no será la que obtienen algunos inversionistas que sólo se interesan por el lucro de su capital invertido. Nada les interesa el problema de su calidad, transarán una y mil veces todos los principios que pregonan por un par de puntos en su rentabilidad, y no obedecen a otro llamado que al del dinero.
Logrados este punto, queda sentarse en una mesa. Alumnos, educadores, economistas, gente de gobierno y de oposición, parlamentarios. A esgrimir razones serias, a elaborar planes concretos, a fijar plazos razonables y breves. A firmar acuerdos que permitan ser fiscalizados. A establecer métodos de control del avance y cumplimiento de los acuerdos logrados.
Ésta es la manera de salir de esto. A ponerse nuevamente en marcha, a intentar recuperar el tiempo perdido que, probablemente no será posible en todos los casos. Si ello se produce, el precio pagado por las reformas será conveniente. Algunos habrán pagado más que otros en término de tiempo y esfuerzo gastados. Pero el país , en su conjunto, habrá dado un paso gigantesco. Se habrá iniciado una nueva marcha. Esta vez, no de protesta sino de alegre avance por un camino seguro que nos invita a ser, de verdad, un país desarrollado. Un país con más opinión, más solidaridad, más participación y también, con más riqueza.
Si nos han acogido en la OCDE – se podrá discutir si era necesario o oportuno- que sea porque queremos participar de este grupo con plenos derechos, porque somos capaces de crecer, capaces de escuchar y capaces de promover a las generaciones que, como esta, nos señala un rumbo. No como invitados de piedra que van a exhibir sus contrastes de miseria y sus vergonzosas realidades que contrastan con la opulencia odiosa de unos pocos afanados en acaparar todas las ventajas sin ofrecer, en cambio, una compensación tributaria justa y adecuada al país que los ha hecho enormemente ricos.
————-
Foto: Cristián Rodríguez – elquintopoder.cl
Comentarios
21 de agosto
Estimado Pedro:
¿Cómo se sale de esto? no es una pregunta que pueda ser respondida fácilmente, es más, me arriesgo a decir que no será respondida por nadie, así de simple. ¿Por qué?..porque somos un país en vías de desarrollo, que por lo visto difícilmente entiende la magnitud del problema; lo expongo de la siguiente manera: Si el problema social, educacional y político que vive el país hoy es tan grande y profundo, entonces este problema no puede haberse gestado hace 2 o 5 años; es el resultado de silenciosas decisiones gubernamentales y personales que han llevado a que la situación colapse hoy. Por tanto, si somos tan brillantes para reconocer que los estudiantes tienen la razón hoy..¿por qué no reconocimos el problema antes?. Es muy fácil hacer análisis sobre los resultados o las consecuencias, pero los análisis y decisiones cuando se necesita políticas preventivas que eviten o bajen la intensidad de las consecuencias, nadie las hizo, o por lo menos nadie que tuviera una cuota de poder; por tanto me permito decir que nadie sabe como salir de esto; y que estaremos a merced de ofertas y demandas hasta el hastío.
http://bit.ly/oPmdN7 Acta 2010 Confech
http://bit.ly/qglCvA y http://bit.ly/qXHm1X Experto en Educación en Finlandia – Conferencia en Chile 2010
http://bit.ly/qjupqr Revisión de políticas educacionales en Chile – OCDE
http://bit.ly/oTlaZL Revisión de políticas educacionales en Chile «Educación Superior» – OCDE
Saludos,
0
22 de agosto
Estimado Pablo Enrique
El título de la columna puede llamar a engaños y es justo y real tu comentario..
Desde luego no soy tan pretencioso como para pensar que la salida es fácil. Lo que sí quise decir es que me parece un buen primer paso. Es fijar un norte y ponerse a caminar. Miles de problemas habrá que enfrentar, presiones, chantajes promesas y olvidos. Lo sabemos.
Pero también es cierto que esta, como cualquiera otra tarea hay que iniciarla con fe y optimismo. Con la convicción de que es posible.
Si lográramos dar este primer paso – cosa que me parece difícil, como a tí – será también posible encontrar medios y caminos.
Finalmente, creo que lo peor que nos podría pasar es caer en la parálisis de que las cosas no pueden cambiarse. Es hoy cuando constatamos que existe la masa crítica, el pensamiento y la voluntad de cambios profundos. No tenemos más opción que unirnos a ese movimiento y aportar.
Un fraterno saludo
Pedro