En diciembre de este año, el orgullo de la astronomía chilena, el satélite de tele-observación Fasat-Charlie cumple su vida útil, por lo cual nuestro Estado, que solo cuenta con el registro de 3 ingenios espaciales en Naciones Unidas, de los cuales sólo se encuentra operativo Fasat-Charlie, corre el serio riesgo de perder capacidad operativa de los beneficios del espacio ultraterrestre; hablo de cosas de provecho de la sociedad civil, tal como telemedicina, teleeducación e incluso la capacidad de monitoreo territorial de forma autónoma.
Más serio es aún el hecho de que la Política Espacial de Chile, no logre efectivizar los sectores con incumbencia en el área espacial. Las potencialidades estratégicas que dicho escenario ofrece, son reconocidas a nivel Internacional en organismos como COPUOS de ONU y es inaudito que, a pesar de tener casos exitosos de desarrollo espacial en países subdesarrollados como nuestro vecino Brasil (y con las múltiples ventanas de oportunidades en el sector económico que ofrece la industria de la Defensa y Aeroespacial), Chile se siga centrando en una economía extraccionista y no en el avance de la innovación y desarrollo en un área donde podríamos establecer liderazgo a nivel regional desde el mismísimo escenario ultraterrestre.El espacio ultraterrestre ha sido la gran ventana de oportunidad de países como India, Estados Unidos, China, Brasil e Argentina, quienes participan en las conversaciones sobre el futuro de la humanidad, buscan mejorar a través de esta política las capacidades económicas y estratégicas de sus países y la calidad de vida cotidiana de sus sociedades.
El nivel de politización de un instrumento que como política pública debe tener el norte de solucionar un problema de la misma índole y establecer de forma clara los lineamientos para la acción de todos los sectores de la sociedad; resta oportunidades de desarrollo de un área en donde Chile tiene historia y algo que decir; es poco probable que Chile tenga una experiencia exitosa de posicionamiento y liderazgo en el área espacial hasta que no se asuma responsablemente que, mientras no forme a una masa crítica pertinente (proceso que puede demorar hasta 10 años, siendo optimista) las FF.AA. tendrán que estar a la par de las negociaciones que involucren la custodia de los objetivos de la defensa de los intereses estatales; puesto que en este sector recae la visión estratégica y de posicionamiento geopolítico regional.
Es cierto que nuestro Ministro de Defensa, en junio del año pasado señaló que iniciará negociaciones con China para adquirir el repositorio del Fasat-Charlie, recién para fines del 2017. Esto quizás en respuesta a las constantes ofertas chinas o bien como parte del Tratado que sostenemos con dicho país en materias de cooperación en diversas áreas, incluyendo la económica y de desarrollo e innovación.
Este es un complejo escenario para Chile ya que China ha incurrido en más de dos actos catalogados como de guerra, en espacio ultraterrestre el año pasado, hechos contrarios al espíritu de la COPUOS y el Tratado sobre el Uso Pacífico del Espacio Ultraterrestre, la luna y otros cuerpos celestes al cual nuestro país adhiere; probablemente una solución que no se habría considerado en caso de contar con el presupuesto necesario para acceder a tecnología satelital de alguno de los Estados fabricantes más cercanos a la postura de la COPUOS.
Suma a dicho problema las inagotables negociaciones para discutir acerca de quién debe operar el satélite, los intentos de compra de los mismos por otros organismos ministeriales, porque al final del día todos necesitamos tecnología satelital para optimizar nuestros procesos de toma de decisión. Así se genera una gran disputa en quién y con qué presupuesto adquiere algo que Chile necesita debido a su complejidad tanto geográfica como las demandas de interconectividad de su sociedad. ¿Serán las FF.AA., el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, el de Relaciones Exteriores? ¿Cómo articular funciones si no poseemos un organismo central, una Agencia Espacial que permita la cooperación multisectorial en beneficio del país? ¿Cómo nos insertamos en un sector industrial que crece del 6 al 9% anualmente?
Es la historia en su proceso reiterativo de ciclos; la suerte de quien tras tropezarse con la piedra se encariña con la misma, primero fue el salitre, luego el cobre, quizás a futuro será el litio. La exclusividad del modelo de economía extraccionista no ha servido para generar recursos a fin de desarrollar e innovar. Nosotros tuvimos la oportunidad al contar con personal capacitado para ello por NASA, quienes cooperaron con la Misión Apolo, miembros de la sociedad civil y de las FF.AA. y la única forma posible el desarrollo espacial es a través de la cooperación multisectorial.
El espacio ultraterrestre ha sido la gran ventana de oportunidad de Estados como India, Estados Unidos, Rusia, Francia, China, Brasil e incluso Argentina, quienes participan en las conversaciones sobre el futuro de la humanidad, buscan mejorar a través de esta política las capacidades económicas, estratégicas de sus países y el desarrollo de la sociedad civil en mejoras para la vida cotidiana.
Finalmente, estimados lectores, mientras en los noticiarios estas cosas tan urgentes no aparezcan, seguiremos sumidos en el subdesarrollo y en el peor de estos: el mental- emocional; venidos a menos, incapaces de soñar con alcanzar las estrellas pues para eso se necesita visión, estrategia y coraje.
Comentarios