En los últimos tiempos; han aparecido personas trans en certámenes de belleza –tanto en el mundo, como en nuestro país- Me alegra, porque supone un tremendo impulso a la visibilización (lo que no se ve, no existe); no obstante, como en todo tipo de situaciones, debemos siempre tener una visión crítica de esos fenómenos; preguntarnos:
- ¿Son hechos realmente revolucionarios y es un empoderamiento real?.
- ¿Es una manipulación efectista del machismo patriarcal?
- ¿Podríamos estar frente a una nueva estrategia del patriarcado (El lobo vestido de oveja)?
- ¿Lo banal de los concursos de belleza?
- ¿Estamos transformándonos nuevamente en una mercancía, manipulada por un patriarcado disfrazado de progresismo?.
- ¿Si miramos desde las bases de un concurso de belleza; sus condicionamientos no son profundamente discriminatorios?
- ¿Es realmente un plano de competencia sostenido en una base irreal?
- El hecho en sí mismo de la belleza en una persona; es una mirada neoliberal que enaltece el individualismo?
- ¿Es una representación neoliberal, de que la mujer puede ser individualista, profesional, libre, trabajadora y a la vez seguir viéndose linda (Femineidad)?.
- ¿Cuál es la concepción de belleza que promueven estos concursos?
- ¿Quién la define los requisitos?.
En 1920, el dueño del hotel Monticello en Atlantic City (Estados Unidos), con la idea de aprovechar el fin del período de verano; propuso la idea de juntar muchachas bonitas para competir por un premio. Eso atraería más turismo a la ciudad y aumentaría las ventas de sus negocios. A los dueños de los periódicos también les gustó la idea y entre todos, hombres empresarios y hombres dueños de periódicos, acordaron que todos los años realizarían un concurso donde a la ganadora (que sería juzgada por hombres) le entregarían US$100 y la coronarían Miss América; considerando que ese mismo año ganaron las mujeres el derecho a voto.
Desde un punto de vista del feminismo, se entiende que por cada espacio que la mujer gana; más diminutas las tiende a hacer el patriarcado, a medida que más ganan en derechos sociales y políticos; más presión hay por la imposición de una estética idealizada; la mujer se somete una opresión patriarcal en donde se critica y debate sobre la belleza (o la supuesta falta de ella) en las mujeres (y ahora, en el caso de las mujeres trans), lo cual es sólo un síntoma del sexismo de una sociedad machista de pseudo empoderamiento de la mujer.Una alternativa para poder cuestionar y dar el paso a una transformación revolucionaria de la sociedad; es terminar con el concepto de relativización y subordinación de la belleza y abrir espacios que pongan en un valor mucho más alto otro tipo de cualidades sociales
Por lo tanto, se busca ocultar con excusas ilusas; con una falsa idea de incentivos o representación de identidad, no obstante; es un espectáculo que pone a la mujer en una posición subordinada a una sociedad machista que disfruta cosificándolas; en donde podemos encontrar atisbos de características estéticas impuestas por el poder colonialista; y además, fuentes de nacionalismo, clasismo, racismo y machismo.
En Latinoamérica, existen muchos certámenes de belleza que incluyen a mujeres de la diversidad; pero, están altamente cuestionados por realizar una evaluación integral de la belleza de la mujer, incluyendo como punto primordial el aspecto físico, reproduciendo cánones de belleza sumamente restrictivos, productores de estereotipos y finalmente de discriminación.
Por otro lado, se pretende dar una falsa visión de que los concursos de belleza son un nuevo y estratégico escenario desde el cual disputar lugares de reconocimiento y equidad de derechos para la comunidad LGBT (en especial trans); no es una buena excusa para dar un trasfondo político Inter seccional; el sujeto “Representante de la Belleza Chilena” es un concepto abstracto sin fondo, en la que muchas en sí mismas se alejan completamente el promedio; además, el mismo hecho de ser preseleccionada, implica haberse sometido a requisitos que en si mismo ocultan ideologías sociales dominantes?.
En este sentido, Simone de Beauvoir (1967) nos dice: “La principal sometida a los mandatos estéticos de la sociedad ha sido la mujer. Sin embargo, dicha pasividad de la mujer no se debe a su particularidad biológica, sino a la instrucción que le han dado. En el interior de la mujer hay un conflicto, entre lo que ella misma es y lo que ha aprendido a ser, lo que debe aparentar ante los demás, pues se le enseña que debe hacerse objeto ante el otro. Vive para los demás, para llamar la atención y agradar, por lo cual debe renunciar a ser libre, a ser ella misma”.
Por otra parte, para Pierre Bourdieu “todo, en la génesis del hábito femenino y en las condiciones sociales de su actualización, contribuye a hacer de la experiencia femenina del cuerpo el límite de la experiencia universal del cuerpo-para-otro, incesantemente expuesta a la objetividad operada por la mirada y el discurso de los otros”.
Conclusión.
Una alternativa para poder cuestionar y dar el paso a una transformación revolucionaria de la sociedad; es terminar con el concepto de relativización y subordinación de la belleza y abrir espacios que pongan en un valor mucho más alto otro tipo de cualidades sociales (Ya sean artísticas, deportivas, profesionales, etc.); además, la idea es liberar a la comunidad trans de la opresión de ser valorades sólo en base a su juventud, patrones de belleza (casi imposibles) y en competencia contra otras personas cisgénero.
De todo lo anterior podemos decir que sólo nos queda esperar que la mujer (incluyendo a la mujer trans) continúe tomando posesión de sí misma, que se revele como sujeto independiente de cualquier validación externa; re descubriéndose como proyecto y siendo cada vez más responsable de lo que ella misma elige ser, aceptando y no buscando aparentar más de lo que ella desea; debemos como sociedad, siempre tener una visión crítica y tensionar estos discursos que instrumentalizan el cuerpo; no pensar en la inclusión como meramente como un acto de democrático.
Comentarios
17 de agosto
Muy acertade, Enid.
Estos espacios, si bien visibilizan; a la vez categorizan, y al categorizar, someten a la reglamentación de las normas del Patriarcado. Creo firmemente que la visibilidad de todes no puede pasar por la generación de normas estéticas, que evalúan y normalizan, resulta que no se puede vaciar de contenido político a las identidades en disputa, y pensar que se trata de un espacio para la emancipación.
Abrazo!
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