Carta de una generación desmotivada con los partidos políticos

Según Wikipedia, por mi año de nacimiento, pertenezco a la generación “Jones”, aquella justo antes de la “X”, que es llamada “la generación perdida”. A diferencia de los que pertenecen a la generación X,  yo sí voté en el plebiscito del ´88 y voté en las elecciones de 1989, y por la historia del país, considero que  votar es un privilegio y un deber ciudadano.

Mi infancia y adolescencia fueron enmarcadas  en colegios privados donde se rezaba cada inicio del día. El paso universitario siguió por el mismo camino. No obstante, al pasar de los años y por mi experiencia vital,  me he vuelto más liberal, más abierta a aceptar al otro y sus excentricidades,  a la espera de que también se acepten las mías. ¿Qué queda de mi educación?  Me veo cristiana. Soy una “apóstol” del dialogo con respeto, creo que cada ser aporta y debiera aportar más a su país  y me preocupa el prójimo, quizás un poco más que al común de mis conocidos y amistades. 

Durante los 20 años transcurridos de gobiernos de Concertación, creí que con mis conciudadanos viajábamos  en una misma dirección. Hoy, tras 7 meses del  gobierno del Presidente Piñera, temo  que me subí a la micro equivocada. El trayecto me tiene un poco ansiosa.

Veo como una virgen de yeso es instalada en los patios de la JUNJI, servicio público de un Estado laico. Desde la región de Coquimbo,  aparecen instructivos sobre el largo de faldas y hombros que se deben tapar. Leo que la píldora del día después debe ser recetada por un médico, aunque cuando al fin se obtiene hora con el profesional,  han pasado varios días. Me entero por la televisión de que los jubilados obtendrán mensualmente unas cuantas pastillas de viagra, en forma gratuita. El Consejo Nacional de Televisión, sanciona un programa que caracteriza a Cristo, por atentar en contra de la democracia. 

Me mareo.

Por otro lado, los políticos de la Concertación, en celebración del 5 de Octubre ( vigésimo segundo aniversario del plebiscito del NO), anuncian un “Nuevo Pacto por la Democracia”. Pero ¿es un protocolo inédito?  Una hoja de ruta que promete escuchar e  incluir  a la ciudadanía… creo haber escuchado lo mismo, durante muchos años. Parece que no era yo, la ciega y sorda.  Ciertamente no fui muda.

Veamos estos partidos de la Concertación. Empezaré por el único que aún no ha tenido elecciones este año, pero se llevarán a cabo a fines del presente mes. 

El senador José Antonio Gómez fue el único inscrito para el cargo de presidente, por lo que quedará al mando del PRSD por los próximos tres años. 

El Partido Socialista, hoy encabezado por Osvaldo Andrade, indica en su página web que la Mesa Ejecutiva del Partido es un organismo que dirige, con atribuciones ejecutivas, la actividad del Partido Socialista de Chile y es elegida por el Comité Central, de entre sus miembros.

Vía un acalorado acuerdo interno, Carolina Tohá quedó a cargo del Partido por la Democracia, sin votación de por medio.

En la Democracia Cristiana, se enfrentaron 3 candidatos, y fue elegido el senador Ignacio Walker.

Son distintas las maneras de ver la democracia y la equivalencia del voto popular (sus propios militantes), dentro de estos partidos.

Sin ser demócrata cristiana, aplaudo su proceso: una persona, un voto. Cuando hay una elección sin contendores, no hay elección. Cuando hay una elección en que mi voto pasa por otro, y es el otro quien elije a mis autoridades, me desmotivo. La democracia que yo quiero es aquella que otorga relevancia y equidad a cada uno de sus ciudadanos.

Por ende, cuando me presentan un acuerdo que indica que serán incluyentes y estimularán la participación, lo siento: no les creo.

Sin embargo en un poco más de 3 años, habrá un/a candidato/a de uno de esos partidos que buscará mi voto. Y el de Ud. Y el de su vecino.

Y yo les digo desde ya: motívenme con el ejemplo y no sólo con un buen discurso. Muévanme con su ¡alma! que tanto le hace falta a este país. Exigiré visión a corto, mediano y largo plazo. ¡Quiero vibrar con mi candidato/a!  Quiero sentirme orgullosa de participar en el proceso. Aplanaré calles, golpearé puertas, reuniré firmas con una sonrisa de oreja a oreja… pero convénzanme de que es usted la persona que deseo se encuentre al mando de mi nación. Si no es capaz de hacer aquello, no cuente con mi voto,  que por lo visto en algunos de estos partidos que conforman la Concertación, ya desestimaron en sus elecciones internas.

Escuchen. Incluyan. Revisen. Convoquen.  Cambien.  ¿Por qué? Porque yo pertenezco a la generación Jones. Yo participaré porque es mi deber. Pero su desafío es cautivar  a la generación posterior a la mía, esa generación perdida, esos que no se han inscrito, esos que creen que la política es una lata, que da lo mismo.  Ellos son en definitiva, rebeldes – conformistas. Y son muchos. Y tendrán voto. 

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Foto: Nuestros sueños no caben en sus urnas – eme é ele á / Licencia CC