Mientras Bárbara Figueroa gritaba en medio de un fuerte forcejeo con carabineros que querían sacarla del hemiciclo, durante la votación del reajuste al sector público, las cámaras captaban su furia como quien está presenciando la mejor parte de una película de acción que hacía minutos no tenía una escena interesante. Figueroa gritaba y los camarógrafos se acercaban más y más para escuchar sus alaridos y así correr donde el editor para contarles la buena nueva.
Y es que la presidenta de la CUT, sin quererlo, cumplió a cabalidad con el libreto. Fue la estrella perfecta de un relato construido por los medios, y siguió al pie de la letra, sin darse cuenta, los pasos que se requerían para continuar con cierta idea errada de lo que significa un partido como el Comunista en Chile.La rabia y los gritos de la dirigente fueron el momento más feliz para una derecha que buscaba hace años encontrar alguna falencia democrática en el que es tal vez es uno de los partidos más leales-sin que eso sea necesariamente un valor- de nuestro espectro político a lo largo de la historia de Chile.
Cuando la escucharon tildar de “maricón” al ministro de Hacienda y acordarse de su madre en reiteradas oportunidades, las voces más críticas de la incorporación del PC al gobierno se frotaban las manos en signo de jolgorio. Ahora era el momento para pronunciar el esperado “se los dije” en toda editorial o espacio que tuvieran en los principales medios de este país. Y así lo hicieron, sin siquiera sonrojarse un poco.
Figueroa fue inconscientemente la gran aliada de los que ven en los miembros del partido de Volodia el totalitarismo soviético o la inoperancia revolucionaria de Cuba. La rabia y los gritos de la dirigente fueron el momento más feliz para una derecha que buscaba hace años encontrar alguna falencia democrática en el que es tal vez es uno de los partidos más leales-sin que eso sea necesariamente un valor- de nuestro espectro político a lo largo de la historia de Chile. Era necesario lograr encontrar algo que encarar, debido a que las dictaduras comunistas en el exterior ya no eran un argumento lo suficientemente sólido, como sí lo fueron en la época de Pinochet, para estigmatizar a la colectividad.
El descontrol, durante un desalojo violento de las graderías del Congreso, fue el gran motivo para instalar el cuestionamiento de una historia democrática que los medios no cuentan y prefieren pasar por alto porque relatarla los puede poner a ellos como los malos de la película. Y ciertamente que lo fueron.
Bárbara Figueroa apareció en las primeras planas gritando esas desafortunadas y odiosas palabras en contra del encargado de la billetera nacional. Su cara y su manera de encarar a Valdés, atribuyéndose ella la defensa de los trabajadores, fue tal vez la parte más sabrosa para un periodismo que trabaja para empresarios antes que reconocerse como profesionales de la entrega de la información. Pero sobre todo para seguir edificando una imagen que no existe y que sólo cobra vida en los textos editoriales de antojadizos y ocultos redactores.
¿Tiene gran responsabilidad Figueroa en esto? Claramente que sí. Sus ansias de dejar en libre curso su rabia, sin hacer cálculos políticos inteligentes, le pasaron la cuenta. Pero sobre todo colaboraron a que se transformara en la caricatura perfecta, para la estructura mediática nacional, de lo que es un comunista en la actualidad. Botando por la borda así lealtades, acuerdos y una suma de factores que convierten al PC, tal vez, en uno de los integrantes más responsables de la Nueva Mayoría, aunque a muchos les duela.
Comentarios
17 de noviembre
Se podría pensar también al revés, todo para la galería, no lo sabemos. En todo caso hay algo en los seres humanos, cuando los focos le apuntan, muchos buscan sus cinco minutos de fama.
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17 de noviembre
Me parece que es tiempo que a esta señora le coloquen la cadena un rato y no la dejen salir a la calle, para que no vaya a morder a nadie.
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18 de noviembre
Recordemos que Bárbara viene saliendo no bien parada de la ultima disputa interna en la bolsa de gatos que es la CUT especialmente al alegir sus representante. Hace ya un tiempo que Arturo Martínez fue elegido democráticamente y entre cuatro paredes fue desechado y pusieron a esta señora. Las turbias maniobras del PC para controlar la CUT (que logró consolidarse un buen tiempo para la DC con Arturo Martinez) han desgastado bastante la imagen de Bárbara. Ella y la PC patalean desesperados por mantener la CUT como sea, ya casi no tienen nada que perder.
Saludos
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20 de noviembre
Es la opinión con más sentido.
22 de noviembre
Segregado y mala clase . Bárbara expresó cabalmente lo que sentíamos miles de trabajadores que observabamos atentos el desarrollo de la discusión. Es primera vez un exabrupto cuando la derecha inmoral nos ha cohartado todo nivel de desarrollo posible. Endeudandonos. Estafandonos etc….latero
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23 de noviembre
Maria, no sé porque Ud. piensa que unos son inmorales y los otros no, quizás no se ha enterado como se llegó a contituir la directiva de esa organización. Respecto a las deudas, creo que todos las tenemos, pero no andamos culpando a otros de ella.
22 de noviembre
Sin mencionar que tambien para seguir profitando de la presidencia de la CUT Barbara Figueroa se valio de la «lealtad» y otros metodos antidemocraticos propios del comunismo, religion de ignorantes que fracasó y fue genocida no solo en el pasado pues lo sigue siendo en Cuba, Venezuela y Norcorea
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22 de noviembre
Lamentable espectáculo el de doña Bárbara Figueroa en la Cámara de Diputados. Siempre es mejor discutir con las ideas claras y llegar a acuerdos con honestidad y armonía, que usar la violencia verbal y la fuerza bruta para imponer las soluciones. Ella le debe al país una disculpa por su actuar.
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