¿Aborto? Terminemos con la hipocresía

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¿alguien puede estar a favor del aborto? Claramente la respuesta en principio es no, pues mal que mal se trata de la vida (o germen de vida) de alguien, teniendo claro esto, estimados lectores, ¿ustedes creen que una niña de 11 años violada debe ser mamá o debe ser niña?, ¿creen que si la madre está corriendo peligro de muerte debe ser obligada a tener el hijo?, o ¿la mujer debe soportar todo un tortuoso periodo sabiendo que su feto es inviable? Yo creo que no. La mujer tiene el derecho a decidir sobre sus derechos sexuales y reproductivos, el Estado poco y nada puede hacer ahí.

Durante las últimas semanas, una vez más se ha puesto en el centro del debate la despenalización del aborto, con apellido claro, se habla de aborto terapéutico y aborto ético, así lo llama la doctrina para referirse al aborto en caso de violación. La pregunta es: ¿puede una mujer en Chile abortar y no recibir ninguna sanción? Lamentablemente en nuestro país se castiga todo tipo de aborto, así somos de los pocos países del mundo que lo prohíbe a raja tabla.

La hipocresía se presenta desde un comienzo, pues el Código Penal chileno sanciona el aborto provocado con violencia, provocado sin consentimiento, y también el aborto provocado con el consentimiento de la mujer embarazada. Además hay tipos penales especiales para sancionar a la mujer que se provoca un “autoaborto” (se castiga con una pena menor si lo hace para ocultar su deshonra, lo que demuestra que vivimos en un país primitivo) y se sanciona también al médico que lo provoca. Los antiabortista o “pro-vida” (cínicamente muchos de ellos a favor de la pena de muerte) señalan que está en juego la vida del que está por nacer, así lo reconoce la Constitución de Pinochet. Lo curioso es que el Código Penal, al sancionar las conductas abortivas no establece al aborto como un delito que atente contra la vida de las personas, sino que atentaría contra el orden de la familia, la moralidad pública y la integridad sexual, acá está el pecado original, ¿no era la vida lo que se protegía?

Chile avanza marcha atrás en muchas materias, y especialmente el caso del aborto, pues recordemos que hasta 1989, el Código Sanitario permitía la realización del aborto en los casos que la vida de la madre corriera peligro. Hoy el artículo 119 reza: “No podrá ejecutarse ninguna acción cuyo fin sea provocar un aborto”. Por lo tanto se castiga cualquier conducta abortiva, sin importar los motivos que estén detrás de tal decisión.

Ahora, ¿alguien puede estar a favor del aborto? Claramente la respuesta en principio es no, pues mal que mal se trata de la vida (o germen de vida) de alguien, teniendo claro esto, estimados lectores, ¿ustedes creen que una niña de 11 años violada debe ser mamá o debe ser niña?, ¿creen que si la madre está corriendo peligro de muerte debe ser obligada a tener el hijo?, o ¿la mujer debe soportar todo un tortuoso periodo sabiendo que su feto es inviable? Yo creo que no. La mujer tiene el derecho a decidir sobre sus derechos sexuales y reproductivos, el Estado poco y nada puede hacer ahí.

Sabemos que cada día se producen abortos en Chile, cuestión reconocida por el propio presidente Piñera, pero lo escondemos debajo de la alfombra. Hay detrás de esto una clara discriminación social, pues las mujeres con recursos, niñas de bien conservadoras, entran a una clínica privada, simulan operarse de apéndice y listo, otras con más recursos viajan al extranjero abiertamente a abortar. Sin embargo, las mujeres más vulnerables de este país, lo hacen en clínicas clandestinas, en condiciones higiénicas deplorables y sin ningún apoyo psicológico. Entonces, por qué no trasparentamos el tema y ponemos la discusión sobre la mesa, sin miedos, sin fundamentalismos y discutimos realmente legislar sobre el aborto en Chile. No sigamos escondiendo algo que ocurre frente a nuestros ojos, saquémonos el velo y preocupémonos del tema.

Con este panorama, creo que en Chile las mujeres se merecen contar (al menos) con la posibilidad para decidir si tener o no un hijo (a), considerando cuestiones terapéuticas o los casos de violación. Vale la pena dejar claro, que nadie está imponiendo el aborto, sólo abogo para que se legisle y se conceda a la mujer la posibilidad de tomar esta decisión de manera consiente e informada, y por supuesto, con el apoyo psicológico que necesite ante tan difícil situación. Acá el Estado si debe intervenir, apoyando a la mujer, pero no imponiendo el aborto, pues la mujer tiene la última palabra, y en los casos que no esté habilitada para tomar esa decisión, detrás de ella hay una familia que puede hacerlo.

En lo personal soy más audaz, y empujo lo límites de la discusión, pues estoy a favor del derecho de la mujer a decidir libremente hasta las 12 semanas de gestación. Que los “pro-vida” no se asusten, ya que estamos a años luz de esto, pero es innegable que al menos se debe partir por algo: aborto terapéutico y aborto en caso de violación.

Debatamos, discutamos y legislemos, que los fundamentalistas del Congreso dejen la biblia a un lado y legislen para todos los chilenos (as), en matrimonio igualitario, en regulación de las drogas y por supuesto en aborto, pues son miles las chilenas y también chilenos, quienes sufren por vivir en un país casi confesional en pleno siglo XXI.