No es fácil ser igual, pero eso hay que decírselo al Estado, a ese Estado que desde su sitial nos mira verticalmente y se pregunta: “¿Qué quieren los pobres? Yo sé lo que quieren los pobres” y lo hace, sin saber con certeza el nombre de la persona, su historia y sus necesidades.
Ya es hora de dar vuelta la página y dejar al conservadurismo en su sitial de minoría que siempre debió haber ocupado, y que solo gracias a la dictadura del tirano se puede ver sobrerepresentado y obstruyendo el camino hacia la auténtica libertad y progreso que Chile merece.