Cuando llegué a mi primer trabajo (hoy ya no estoy ahí y quede debiendo las cuotas), salido recién de la universidad, lleno de ideales y con hambre de justicia social (casi encapuchado). Tuve la suerte de hacerlo en mi comuna y en una unidad (UDEL), donde se trabaja mayoritariamente con personas que viven en el sector rural de Lautaro. Ahí conocí un movimiento sindical puro, donde su mayor afán era difundir y describir las condiciones laborales en las cuales se encontraban los honorarios, no tan solo de la comuna, sino del país.
Muchas veces me senté varios minutos a conversar para interiorizarme de las condiciones laborales en las cuales nos encontrábamos con el presidente del sindicato, me contó la historia política en dictadura, por qué fueron creados, qué venían a cubrir en el estado de Chile y un sinfín de interrogantes que muchos sabían, pero siempre se veía desde lejos porque con la devolución de impuestos todos los años, compensaba que no tuviéramos salud, AFP y ningún beneficio como trabajador.Lamentablemente cuando la vida, el tiempo y el dinero nos hace dejar de lado lo social y nos atemoriza luchar por nuestros derechos, no somos nosotros los perjudicados, son nuestros hijos los que heredan un sistema de trabajo sin condiciones dignas para los trabajadores del estado
El señor presidente (como yo hasta el día de hoy le digo) siempre fue nuestro capitán (si lo llevamos al fútbol), el Claudio Bravo del movimiento. Siempre preocupado de informar, de poner en el tapete comunal y regional al movimiento sindical de los honorarios de Chile. Además de ser un funcionario de muchos años de trayectoria, no lo hacía para él (ya venía saliendo), sino que para nosotros (así lo entendí yo). Su preocupación máxima siempre fue dar a conocer la lucha por el fuero maternal para las mujeres y hombres, la lucha por la salud y la AFP para que la pague el empleador, la devolución de impuestos, la precariedad en los contratos a la hora de despedir gente, La lucha por reintegrar o hacer pagar al empleador los años de servicio (antiguamente nunca antes logrado) etc, etc.
Ahora, se preguntarán, ¿porque hablo en pasado?, presentó su renuncia al cargo a través de una carta argumentando “bajo” (por no decir nulo) apoyo y compromiso de los trabajadores a honorarios de la comuna entre otros motivos. Seguramente el movimiento va a morir a nivel local (desconozco la solidaridad de los colegas en otras comunas).
El teórico alemán Karl Marx plantea que no existe una clase completa si no se tiene una clara conciencia de su situación y una voluntad colectiva de conseguir sus objetivos. La conciencia de clase es considerada un elemento fundamental de la lucha de clases, ya que implica la capacidad de las personas que forman parte de una clase social, en ser consciente de las condiciones sociales antagónicas que los rodean.
En el 2018 la conciencia de clase en el trabajo no existe, increíblemente el autor citado, lo planteó en el 1848 cuando la esclavitud era normal y las mujeres no tenían derechos. Lamentablemente cuando la vida, el tiempo y el dinero nos hace dejar de lado lo social y nos atemoriza luchar por nuestros derechos, no somos nosotros los perjudicados, son nuestros hijos los que heredan un sistema de trabajo sin condiciones dignas para los trabajadores del estado.
¡Sigan fuertes y luchando firmes honorarios de Chile!
Comentarios
05 de junio
Por que el presidente de la ANEF no demanda al estado ya que un epleado publico no puede estar años o meses contratado a honorario?
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