Durante el II Encuentro de la Red de Comunicación y Educación de Chile (ReduCom), realizado en octubre del año pasado, los jóvenes Alberto Gutiérrez y Michael Rosales presentaron su experiencia radial en Radio La Casona de los Jóvenes, de una ONG ubicada en la Villa O´Higgins de La Florida, monitoreada por Jimmy Fernández. Causó un positivo efecto en los presentes las capacidades comunicativas y la claridad de ideas. Qué distinto es conocer una experiencia comunicativa de la boca de los propios protagonistas. Al final de la presentación y durante la asamblea de REduCOM ellos mismos propusieron que fueran los propios niños, niñas y jóvenes quienes expusieran sus experiencias mediales en el pròximo Encuentro. Todes estuvieron de acuerdo en la Asamblea y así se estableció que en el III Encuentro anual de la Red fueran ellos y ellas quienes presentarían los programas respectivos.
En consecuencia el próximo el 30 de octubre entre 9:00 y 13:00 hrs. compartirán sus trabajo en Comunicación y Educación los propios sujetos que construyen la experiencia de los programas. De este modo esperamos ser consecuentes con lo que prometen los diseños educomunicativos enmarcados en esta opción metodológica y valórica. Esta vez no serán los adultos los que relaten lo que hacen niños, niñas y jóvenes en este campo. Esperamos así avanzar verdaderamente en nuestro campo que crece día a día en programas, personas e instituciones interesados en este tipo de prácticas.
Probablemente este giro se relacione con un desplazamiento vital y fundamental en Comunicación y Educación en este siglo. Hemos tendido a transitar desde la educación medial a la educación en comunicación. Hay un eje nuevo, una visión más integral que se aleja del binomio tecnología-educación hacia prácticas que enfatizan las capacidades de los sujetos en materia comunicacional, es decir, se entiende que son las propias personas el foco de la acción educomunicativa y no solo la recepción vía alfabetización en los lenguajes mediales con un sentido crítico (o no).Se entiende que son las propias personas el foco de la acción educomunicativa y no solo la recepción vía alfabetización en los lenguajes mediales con un sentido crítico (o no)
El camino es bidireccional al menos: consumo y producción simbólica. No es que se renuncie a la Educación Medial o Alfabetización -se asume como un momento- sino más bien se corre un poco la cerca. Se integra lo medial, pero con énfasis en las prácticas comunicacionales expresivas de los propios sujetos en el marco de sus domicilios socioeconómicos, políticos y culturales.
En el momento histórico de los llamados prosumidores (productores y consumidores de información), se busca activar lo simbólico no solo en la “recepción” sino también en la “producción” de información y relatos. Y estas acciones comunicativas se realizan a través de distintos dispositivos, en el escenario de las múltiples pantallas, a través de narrativas nuevas como la transmedial. Sin embargo, no es solo un nuevo paisaje mediático, se trata de la construcción de relatos que surgen desde el ámbito cotidiano de los sujetos y sus grupalidades. Nacen de las experiencias culturales enraizadas en la vida diaria, en las biografías individuales tal como hemos observado en el movimiento estudiantil y en el reciente movimiento feminista. Y aún más, las prácticas comunicativas son poliédricas, es decir, incluyen lo analógico y lo digital, el cuerpo y el celular, el lienzo y las redes sociales, las paredes y los youtubers. Todos los espacios de la convivencia de los niños, niñas y jóvenes son espacios de comunicación, son sus ámbitos de producción de significaciones en el contexto de sus ámbitos culturales. Desde ahí se apropian para construir y narrar.
La comunicación mediante la educación supone centrar la acción simbólica en el sujeto y su contexto, implica la generación de narrativas desde la autonomía y la responsabilidad, especialmente si se desarrolla en espacios reticulares. Como dijo Mario Kaplún: los medios no en el medio… más bien protagonizar desde niños, niñas y jóvenes.
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