No sé si le interesa a las autoridades que nuestros niños estén frente a un vocabulario burdo, y a programas donde se muestra bastante violencia, sexo y humor de la cintura para abajo, y lo que sobra de la programación diaria, comerciales.
Cada día que pasa, noto que la televisión pierde más su calidad, pues, entretiene mucho, informa poco, y educa nada. No entiendo la verdad, como es posible que los programas denominados faranduleros, los cuales generalmente muestran la discusión entre el personaje más conflictivo del reality show que está de moda y su personal training, porque este último le quitó su novia brasileña, reciba la atención, sin exagerar, de la mitad del país, que frente a esta cajita proyectora de imágenes, muchas veces sin sentido, se sientan no minutos, sino, horas y horas, para “matar el tiempo”, gritando a destajo, llorando a mares o riendo a carcajadas, ( sobre todo riendo acarcajadas) sin saber en absoluto lo que hacen sus representantes políticos, ( si es que los representan). Aunque hay que ser justos, las persona buscan también “informarse”,sobre todo, para saber el importantísimo dato del Completo más grande y barato de la ciudad; búsqueda, obviamente esencial para el ciudadano, pues, qué sería de él sin esta “información privilegiada”.
No sé si le interesa a las autoridades que nuestros niños estén frente a un vocabulario burdo, y a programas donde se muestra bastante violencia, sexo y humor de la cintura para abajo, y lo que sobra de la programación diaria, comerciales.
No seamos ciegos, muchos niños en Chile salen del colegio a las 4 de la tarde, y llegan a la casa a ver «Tele” para saciar sus deseos de diversión, ayudando a que el niño tenga un lenguaje pésimo, además de obtener cero dificultades para su cerebro. El niño no piensa en nada y no le nace pregunta alguna, comienza a modificar su conducta acorde a lo que ve, y cuando llega a una edad perfecta para trabajar y ganar su sueldo, ya tiene en su mente años frente a la TV, absorbiendo el bombardeo publicitario. Para el gusto del empresario, se ha transformado en un radiante consumidor, uno más a la larga lista.
La televisión, a mi parecer, ya no se puede eliminar de las vidas de muchos chilenos, pues se encuentra arraigada en nuestra cultura, sin embargo, el contenido es modificable, me refiero a poner en horarios estratégicos programas educativos, que sean del gusto del televidente, pero lamentablemente estos últimos no generan los millones de pesos de un reality o un programa de farándula, por tanto no podrían competir en este sistema donde si no vende no sirve, hecho paradójico ya que la educación sí que sirve.
Lo que quiero plantear, es que la televisión es una de las peores enemigas del desarrollo social y una muy buena amiga del desarrollo comercial, estamos frente a una herramienta de comunicación única, que si le damos un buen uso podríamos crecer como sociedad, ya que por medio de ella se puede fomentar el cuidado al medio ambiente, la lectura, el reciclaje, la música, la poesía etc. En vez de promover el consumismo.
Muchos dirán quizás, ¿ cómo se mantendría la televisión sin los comerciales, de dónde saldría el dinero?, bueno, el ciudadano tiene elderecho a la educación y el Estado la obligación de entregarla a todos, sin discriminación alguna, él se tiene que encargar por todos los medios de fomentarla, para que la televisión se transforme en una aliada nuestra y no en una bomba que destruye las ideas.
Comentarios
16 de febrero
Estoy al borde de los 40 años, y me crié con tv, pero siento nostalgia de programas como Plaza Sésamo, Profesor Rosa, Teleduc, Creaciones, Mundo, la entrevista de Raquel Correa, o los miles de Documentales que teníamos en los 80’s.
Hace un par de semanas discutía, por twitter, con una periodista de canal 13 la pérdida del rol Universitario, a cambio de Farándula mañana, tarde y noche. Ella argumentaba que las cifras de sintonía no estaban de acuerdo con mi punto de vista. Si al final a la gente le gusta la estupidez, entonces convirtámoslos en adictos y ganemos dinero pareciera ser el lema de la tv actual.
Me apena ver que para tener algo de cultura, haya que pagar Cable, porque en la tv abierta ya no hay! (aunque hay que buscar cultura también en el cable). Es lo que ha pasado con la educación y la salud en Chile: Si quieres calidad búscalo en lo privado, y págalo!, pero ¿qué hay del 80% que no puede pagar? Que se queden como ignorantes y sirvan para generar ganancias a un pequeño grupo que controla todo!!!
¿Cuál es el país que queremos tener en 20, 30 años más? Hoy tenemos las herramientas, pero al parecer, no la voluntad.
+3
26 de mayo
Aun concordando con tu punto de vista, quiero señalar que existe un conflicto que, a mí parecer, entorpece la solución que planteas en que el Estado debe responsabilizarse y fomentar una televisión con contenido cultural.
El canal nacional (TVN) que es el medio oficial del Estado y financiado en gran parte por el mismo, debe competir con la sintonía de otros canales. Lamentablemente estamos sumidos en una sociedad consumista y sumamente competitiva donde debemos tomar parte de la oferta y demanda y adaptarnos a ella para no sucumbir.
Es claro que no existe una cultura rica en ansias de conocimiento y lo que se privilegia en la televisión actual es la entretención, pero esto no es ilógico si consideramos que las personas, trabajadores y estudiantes, llegan a casa después de un duro día de trabajo y como es obvio su prioridad será relajarse y por qué no, divertirse.
Acá entramos a considerar un factor que puede ser la base del problema en su amplitud. ¿Es la educación y conocimiento aburrido?. A mi parecer, no se han instaurado las instancias y no existe la real voluntad de convertir contenido profundo en entretención, más que por un problema de costo, por un asunto de conveniencia. Quienes poseen la dirección de los canales de televisión, su mantención y sustento, prefieren costear un contenido programático burdo, sexual y superfluo para mantener una mentalidad consumista y socialmente sometida al mercado.
Todo se resume a la educación, la televisión es un arma que puede ocuparse en post de esta o para su destrucción y estancamiento.
El Estado debe garantizar una educación de calidad para todos los nacionales, en su rol comunicativo presenta deficiencias grandísimas al no poder empoderarse de los contenidos a transmitir, tomando como excusa, cierta o no, la competencia.
Si existiese un esfuerzo real y voluntad de cambiar esta situación, podríamos encontrarnos con un real cambio.
Estoy de acuerdo en que el canal estatal debe competir, pero si se cambian las reglas del juego, buscando nuevos mecanismos, ideas y proyectos que fomenten una programación «ideal», de cultura sana y rica en conocimiento desde una perspectiva entretenida, podríamos imponer una televisión diferente y llamativa que posea liderazgo. Esto claramente no sería viable en la práctica por la imposición de la cultura sexual y burda, pero si se implementaran normas, promovidas por el Estado, donde se comprometiera a los demás canales con el interés informativo y educativo en la televisión, imponiendo horarios en que se transmitieran programas con estas características «ideales», podríamos estar hablando de un cambio real y sustantivo en la programación.
Finalmente, el derecho está al servicio de la sociedad.
Si tenemos las armas y la voluntad, ¿por qué no aplicarlas?
+1