Los estudios de comunicación tradicionalmente han puesto su énfasis en las dimensiones asociadas al emisor, tales como el sistema de propiedad, la línea editorial (antes denominada ideología), los contenidos sensacionalistas, la cobertura de la diversidad sociocultural, entre otros. Sin embargo, en las últimas décadas las líneas investigativas han empezado a centrarse en las “mediaciones profesionales”, es decir, aquellas prácticas comunicativas derivadas del oficio aprendido por los periodistas tanto en los medios como en las universidades y que con el tiempo ya forman una suerte de “cultura disciplinaria”.
El ejercicio profesional asociado a los mecanismos de producción de información periodística, deriva en construcciones del oficio que definen el qué mirar y cómo narrar ciertos hechos noticiosos. La verosimilitud asociada a estas representaciones de la realidad crean una especie de contrato entre los medios masivos y sus audiencias, un consenso simbólico de facto que diferencia la noticia de la ficción y que van formando una imagen de aquel mundo al cual no podemos acceder por lo lejano, por las limitaciones de nuestras rutinas cotidianas y por tratarse de una experiencia siempre localizada y microsocial.No hay que esperar más tragedias para observar en nuestras pantallas de televisión cómo se repiten frases manidas, clichés o enfoques sensacionalistas. Hace falta detenerse a reflexionar y consensuar un cierto concepto ad hoc de calidad periodísticas que se instale en el centro de los futuros despachos y coberturas de catástrofes en nuestro país.
Las profesiones relacionadas a disciplinas respectivas están siempre atentas -unas más que otras- a revisar e incrementar la calidad del oficio, a partir de los avances de las investigaciones del área, también de las autocriticas, errores y el escrutinio público. Las prácticas periodísticas obviamente se mueven en este terreno y, especialmente, aquellas coberturas noticiosas asociadas a eventos de alto impacto emocional como son las catástrofes propias de nuestro país.
La Escuela de Periodismo de la Universidad de Santiago de Chile (USACH) en conjunto con el Departamento de Estudios del Consejo Nacional de Televisión (CNTV) realizaron una investigación sobre las prácticas periodísticas en torno al incendio de Valparaíso y el terremoto de Iquique, para lo cual se entrevistó a editores y periodistas que cubren este tipo de eventos. Uno de los hallazgos más interesantes se relaciona con el concepto de calidad propio de este tipo de coberturas. Es razonable sostener que se trata de un ámbito específico autoexigente, incierto y profundamente emocional en que los controles “normales” de la edición son casi inexistentes porque los equipos deben tomar decisiones in situ.
En términos más amplios, la cobertura en terreno de las catástrofes, en primer lugar, sigue el canon informativo tradicional aunque la dinámica de los hechos y lo extraordinario de la situación, presenta situaciones no previstas, especialmente en el tratamiento periodístico de grupos específicos como los niños y niñas, tal como se vio durante el incendio de Valparaíso. Así la línea que divide la necesidad de cubrir periodísticamente en forma oportuna y veraz frente a personas y grupos humanos que han sufrido lo más intensos dolores y pérdidas, queda desdibujada y nos exige una reflexión sobre los límites y alcances del concepto de calidad en este tipo de situaciones.
No hay que esperar más tragedias como las vividas para observar en nuestras pantallas de televisión cómo se repiten frases manidas, clichés o enfoques sensacionalistas. Hace falta detenerse a reflexionar y consensuar un cierto concepto ad hoc de calidad periodísticas que se instale en el centro de los futuros despachos y coberturas de catástrofes en nuestro país, de modo de comunicar efectivamente y ayudar a abrir conciencia.
Comentarios
03 de febrero
Interesante tema que claro que hay que reflexionar, más en un país que cada tanto vive este tipo de situaciones, en medio del reporteo muchas veces no hay espacio y/o ganas para reflexionar sobre lo que se está comunicando y cómo.
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