Turismo de intereses especiales: La visión sustentable de las regiones

Chile se ha propuesto como objetivo país para el año 2020, ser reconocido a nivel planetario como un destino turístico de clase mundial. En la actualidad se trabaja sobre todo en regiones por crear una base de sustentación que permita conseguir el objetivo y construir una oferta atractiva, variada y, por sobre todas las cosas, sustentable. Ante esta gran meta auto impuesta, la industria sin chimenea, como se reconoce la actividad turística, ha alcanzado un carácter estratégico y prioritario en el desarrollo económico y social de las regiones.

El turismo de intereses especiales (TIE) es una forma de hacer turismo sustentado en la identidad cultural y ambiental de las regiones, valorando la calidad escénica-ambiental en relación directa con lo que representa su historia social, contribuyendo para que las comunidades logren el tan ansiado desarrollo económico y social; a los días de hoy se ha transformado en uno de los principales promotores de la conservación del medio ambiente y de la identidad cultural de las comunidades regionales locales y hacer de Chile un destino sustentable y reconocido internacionalmente.

El TIE es un concepto acuñado en la década de los 80, relacionándo a una forma de hacer turismo contraria al turismo de masas al cual estamos acostumbrados, donde los productos turísticos son estandarizados. El TIE es la otra cara de la moneda; es en sí mismo un viaje individual a través de una búsqueda personal de cada cliente, diseñados a la medida de sus gustos y motivaciones personales, dándose preferentemente en Parques y Reservas Nacionales.

El 30 de septiembre de 1907 el Ministerio del Interior emitió el Decreto Supremo 1540 que estableció que

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El TIE se sustenta y se proyecta básicamente en los recursos naturales, la cultura y la historia de las comunidades en su entorno territorial, haciendo de ellos un producto alternativo de alta demanda, ante la creciente humanización del servicio

En 1967, entendiéndose la importancia y la significancia de estas áreas protegidas, Chile suscribió la convención de Washington, obligándonos a respetar los límites establecidos territorialmente y que bajo ningún supuesto o intención, estos territorios podrían ser alterados o enajenados para otros usos, que no podrían ser explotados comercialmente y debían ser protegidos para un uso público sustentable.

A pesar de todo y de los grandes objetivos que nos hemos auto impuestos para hacer de Chile un reconocido objetivo turístico internacional, no hemos tenido la capacidad de crear una estrategia de desarrollo que vaya de acuerdo con esta proyección, sin entender la verdadera importancia y la proyección económica que representan los Parques y Reservas Nacionales en regiones como, Aysén, Magallanes, Los Lagos, Los Ríos, Atacama, Juan Fernández, Isla de Pascua, como patrimonio de la actividad turística y su significancia para la mantención de nuestra biodiversidad y la proyección futura del TIE.

Los Parques y Reservas Nacionales continuamente están pasando zozobras para mantenerse a salvo de las diversas estrategias de desarrollo por iniciativas surgidas desde el mismo Estado, que no dudan en ponerlos a merced de los intereses comerciales, permitiendo que, bajo ciertas circunstancias, puedan enajenarse importantes porcentajes territoriales para solventar desarrollos mineros o acuícolas. Como ejemplo tenemos el Parque Nacional Lauca, donde el 20 % ha sido enajenado para desarrollos mineros y la constante insistencia por parte de la empresa salmonera, por acceder a aguas territoriales del Parque Nacional O’Higgins en Magallanes.

A nivel mundial el turismo ha tenido un crecimiento importante; el flujo de turistas extranjeros aumentó en un 14,4%, iniciando nuevos nichos en la actividad turística que han generado muchas expectativas, especialmente en el mundo regional. Es así como el TIE ha venido captando con los años el interés de los turistas extranjeros como los principales demandantes de este tipo de actividades en comparación directa con los nacionales.

Chile posee un gran potencial escénico territorial dado nuestra diversidad geográfica, para captar el mercado internacional del TIE. La demanda a nivel planetario ha aumentado más que el turismo tradicional y las proyecciones seguirán aumentando a una tasa anual del 15%, haciéndose extremadamente necesario ser claros en lo que queremos y como lo queremos, para no tener un doble discurso teórico como sucede en la actualidad, que no se relaciona con la practica misma de la ejecución.

El TIE se sustenta y se proyecta básicamente en los recursos naturales, la cultura y la historia de las comunidades en su entorno territorial, haciendo de ellos un producto alternativo de alta demanda, ante la creciente humanización del servicio, la búsqueda incesante de nuevas emociones y experiencias de vida, por un público ávido de conocer nuevas realidades.

El desarrollo sustentable de la actividad turística, representa la oportunidad única de hacer las cosas bien y que nos desarrollemos sustentablemente, permitiendo que las áreas protegidas y los espacios cercanos, contribuyan con la prosperidad y el bienestar de las comunidades locales, generando empleos y ingresos significativos, que permitirán bajo muchos puntos de vista mejorar la calidad de vida de las comunidades cercanas, proteger al patrimonio natural, los sistemas ecológicos y sensibilizar sobre la importancia de proteger el medio ambiente.