Esta semana se ha desplegado una intensa actividad comunicacional por parte de la vocera de gobierno con el objetivo de atribuir la responsabilidad en la aprobación del proyecto HidroAysén al gobierno anterior. Señala que el gobierno anterior de detuvo el proyecto HidroAysén y la Ministra de Medio Ambiente intenta probarlo señalando que durante la administración Bachelet se presentaron más de 4.000 indicaciones, es decir, el gobierno tenía la intención inequívoca de poner en marcha al proyecto.
Es increíble el abuso del gobierno en términos comunicacionales. El gobierno anterior no autorizó la construcción de las mega-represas, y a diferencia de éste no entregó instrucciones a los seremis para que votasen a favor del proyecto. Es más, los órganos de la administración hicieron su trabajo como correspondía, lo que se verifica en que varios informes no dieron resultado positivo para considerar HidroAysén como un proyecto viable. La prueba de que durante la actual administración esto no ocurrió de la misma forma se observó en la votación, donde informes negativos de un día para otro aparecieron como positivos.
En cuanto a las indicaciones, el gobierno anterior realizó un gran número al proyecto, y en plena observancia del procedimiento y la ley no aprobó el proyecto HidroAysén mientras estas indicaciones no estuviesen respondidas. En cambio, el actual gobierno decidió traspasar el límite de la legalidad y de la tolerancia ciudadana y dar por aprobado el proyecto sin haberse respondido las indicaciones, saltándose toda la institucionalidad, cosa que lamentablemente se va convirtiendo en el gran legado de este gobierno: la destrucción de las instituciones y el mal gobierno.
La estrategia comunicacional del gobierno es abusiva no sólo por el hecho de responsabilizar a la ex presidenta, sino porque ella, en virtud de su cargo no puede realizar declaraciones políticas, no puede defenderse. Entonces, la estrategia pasa a ser miserable.
El gobierno cree estúpida a la ciudadanía al creer que porque la administración anterior no frenó la tramitación del proyecto HidroAysén (facultad que no tiene, los ciudadanos pueden presentar al SEIA los proyectos que quieran) es responsable de éste.
En cuanto a la estrategia de algunos, que hablan sobre la fiebre ecologista de la Concertación, creo que es una idea bien absurda. Es una cuestión conocida que varios concertacionistas veían con buenos ojos el proyecto HidroAysén. Que el resto no haya estado de acuerdo no significa que ellos sean cínicos o se estén aprovechando políticamente. Sin embargo y si esto fuera así, al menos no se saltaron las instituciones para aprobar un proyecto inviable generando la indignación de la ciudadanía.
El gobierno no puede seguir jugando al “si caigo yo, caemos todos”. Esto ha incluido ahora último a parlamentarios oficialistas como el senador Horvath, nueva víctima de bullying del gobierno y medios masivos por denegar apoyo político a HidroAysén. Los medios se coluden con el gobierno para decidir en este país, quién es cuerdo, racional y republicano, y quienes son los ecologistas fundamentalistas que buscan hacer lo imposible por entorpecer la buena marcha del progreso.
Comentarios
20 de diciembre
Falso, El gobierno anterior tuvo muchas posibilidades de rechazar el proyecto, en vez de hacerlo, siguió en la ruta de pedir más aclaraciones al informe recibido en vez de rechazarlo.
Lo cierto es, es que pudo rechazarlo y no lo hizo.
+1
15 de febrero
Solo un detalle, el gobierno anterior si tenía la atribución de rechazar el SEA del proyecto, en vez de ello se dedicó a pedir aclaraciones, es decir, se dedicó a dar oportunidad a Hydroaysen a que mejore su pésimo informe. En todo caso, me parece bien que no lo haya hecho, y seguramente va a resolver las reclamaciones autorizando el proyecto.
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