Cuando analizamos los conflictos socioambientales, debemos entender que su emergencia no responde a una unicidad de causas o factores, sino que se trata de un fenómeno multidimensional que tiene en su origen una serie de falencias estructurales que hacen complejo su abordaje en el corto y mediano plazo. En el caso de Freirina, la responsabilidad es, a lo menos, compartida.
La última semana hemos visto cómo concluyó el caso de Agrosuper en Freirina: la empresa ha decidido cerrar sus operaciones aduciendo que las medidas solicitadas por la autoridad para mitigar sus impactos harían inviable la continuidad de su negocio. Estos hechos han suscitado una serie de comentarios, respuestas y defensas de las diferentes partes en conflicto. Así hay quienes centran su atención en la pérdida de empleo y otros que asignan responsabilidades a gobiernos pasados, en circunstancias que lo que realmente importa a los habitantes del Valle del Huasco, es vivir en un medio ambiente limpio y libre de contaminación.
Intervenciones como las de la Ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, durante la última semana, aparecen ser, a ojos de la ciudadanía, cansada de tanto abuso y despreocupación de nuestra institucionalidad, francamente irritantes, pues suponen que la calidad de vida, el derecho a vivir en un territorio sin contaminación y el serlos receptores de las “externalidades” del desarrollo, son moneda de cambio frente a la posibilidad de contar con empleo.
Mirando aquello surgen varias reflexiones y cuestionamientos tendientes a la búsqueda de un responsable, pero antes de encontrar a alguien para poner en el banquillo de los acusados, conviene preguntarse, qué se hizo mal en la esfera institucional y como sociedad.
Cuando analizamos los conflictos socioambientales, debemos entender que su emergencia no responde a una unicidad de causas o factores, sino que se trata de un fenómeno multidimensional que tiene en su origen una serie de falencias estructurales que hacen complejo su abordaje en el corto y mediano plazo. Habiendo dicho eso, en el caso de Freirina, la responsabilidad es, a lo menos, compartida.
En primer lugar, existe una responsabilidad de la esfera normativa, entendida, en este caso, como ausencia de parámetros que regulen, por ejemplo, la emisión de olores a través de una norma clara y conocida, lo que posibilita que industrias como la alimenticia y específicamente la de la carne (en todo su abanico de versiones, porcina, avícola, pesquera) y la sanitaria (rellenos y plantas de tratamiento) puedan ser aprobadas ambientalmente, operar y emitir olores sin más cuestionamiento que el de los vecinos. Así, surgen casos como Freirina, Cerrillos (curtiembres), Paine (inexplicable olor percibido desde la ruta 5 Sur), Montenegro (cerdos de Porkland), San Vicente de Tagua Tagua (faenadora de pollos de Agrosuper) o Pelequén (Planta de Colhue).
También se identifica el problema que existe con la evaluación ambiental aplicada a este tipo de proyectos, así como con la ponderación y el establecimiento de medidas de mitigación de impactos. Por ejemplo, nadie cuestiona a los servicios que evaluaron ambientalmente el proyecto de Agrosuper y que permitieron conseguir una resolución de calificación ambiental(RCA) positiva.
¿Acaso los encargados de la evaluación ambiental no pudieron prever que las medidas de mitigación no serían eficientes para disminuir el impacto en la población? Aquí surge un matiz del cual la institucionalidad ambiental en Chile no da cuenta: exceso de trabajo y escasez de recursos para desarrollar una mejor gestión. Lo anterior lo digo con conocimiento de causa, pues a raíz de investigaciones realizadas, he podido conversar con titulares, consultoras e investigadores y la principal crítica que se le hace al sistema va en esa línea: evaluación de proyectos ambientales desde el escritorio.
En segundo lugar, cabe mencionar el rol de las consultoras encargadas de la elaboración de estudios de impacto ambiental (EIA), quienes, en concordancia con su negocio, deben realizar la voluntad del mandante. Paradójicamente este gremio es el menos perjudicado frente a la opinión pública cuando estallan conflictos socioambientales, pero a nuestro juicio, tiene una responsabilidad igual de importante, pues como expertos, debieran saber ponderar los verdaderos impactos asociados a los proyectos, hecho que en la práctica ocurre al revés, estos se maquillan, suavizan o relativizan con el fin último de agradar al cliente.
Ahora ¿qué es lo esperable? Únicamente que hagan bien su pega, necesitamos estudios de línea base que observen el panorama ambiental con precisión, que sean capaces de mirar más allá de lo que la ley exige y cuestionarse quién es finalmente “su cliente”, ¿el mandante o el entorno donde se instalará el proyecto? Nuevamente estamos frente a una ausencia de cuestionamientos que deriva en un problema ético.
En tercer lugar están las empresas, de quienes conocemos -a través de los medios- su comportamiento, a quienes no eximimos de responsabilidades en su calidad de titulares de los proyectos, pero a quienes no podemos atribuirles todas las responsabilidades.
* Antonio Rubio, director de proyectos Fundación Casa de la Paz
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Comentarios
19 de diciembre
«ausencia de parámetros que regulen, por ejemplo, la emisión de olores a través de una norma clara y conocida»
Y esa ausencia no es de este año, ni de hace 10, ni hace 15, ni hace 20. Porque es un hecho que no hay la menor voluntad para evitar la contaminacion desde nunca. En Coquimbo, en Guayacan, el olor a pescados es muchos dias insoportable, y no es por la cercania al mar, sino por las pesqueras.
Y siempre las empresas tienen la misma excusa: es que es muy caro, es que no se puede…
Pues los empresarios deberian recordar que ademas de ganar dinero tienen la obligacion de invertir en la calidad de la infraestructura su empresa. Que no es algo optativo, sino parte de sus deberes. Que los costos de contaminar son mayores que los esfuerzos que hagan por no contaminar.
A veces los empresarios son algo idiotas para entender que si se gastaran todo lo que gastan en sobornar a los politicos lo dispusieran en reducir su contaminacion, tendrian mas tranquilidad y trabajarian sin problemas
+2
19 de diciembre
En ese sentido el pais llora por una norma de olores ahora!!! Sino ocurre lo que describes, que los impactos negativos los sufren los vecinos pero las utilidades???
Claramente falta voluntad por legislar
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19 de diciembre
Se debe indicar también que las empresas que contratan a los consultores establecen los límites de los estudios en cuanto a los alcances y montos involucrados. En el caso de las declaraciones de impacto, por ejemplo, los estudios se hacen desde un escritorio y lo que se busca es justificar el proyecto, pero solo con la información pública disponible (siempre escasa).
Lamentablemente el consultor podría decidir no hacer un estudio incompleto, pero hay que parar la hoya, por lo que la decisión es tratar de exponer todo lo que se ve, sin tratar de agradar los ojos del cliente. Aquí hay una línea delgada, pues algunos consultores se bajan los pantalones antes de que el cliente diga algo. En otros casos, el cliente decide quitar un párrafo o una tabla de resultados (esto me pasó a mi). Las responsabilidades son bastante difusas y dependen de cada caso.
Cómo cambiar esto? No tengo idea. Tal vez debiera firmase una declaración de responsabilidad de parte del consultor y del cliente, de que todos los elementos relevantes han sido incluidos, pero no olvidemos a los abogados, quienes les encanta opinar sobre documentos firmados. Es una cola larga, pero en la medida que se declaren responsabilidades, siempre será más fácil perseguir malas prácticas.
En general, la cultura de este país es regatear ganancias sin importar las consecuencias porque el sistema lo permite y siempre existirán morales «flexibles».
Necesitamos legislar y meter normas porque si no lo dice un papel, entonces pico en el ojo del que mire.
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19 de diciembre
Totalmente de acuerdo con este planteamiento;pero la verdad es que no hay en Chile de parte de las atoridades representativas la capacidad de escuchar al pueblo,solo se escuchan a si mismo ,segun y cómo saquen utilidades ellos para después sostener a los que ellos creen topos,por el camino de la pega,canastas y programas sociales que no dan solución al tema real del pueblo,solo los somete a ser dirigibles por estos seres sin etica ni moral.
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