¿Dónde se fue toda el agua?

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Sabemos que el gran problema del calentamiento global es nuestra culpa, nuestra intromisión y alteración del medio en el que hemos vivido, más o menos desde que se desarrolló la agricultura en adelante, es decir, con el surgimiento del Antropoceno hemos ido interviniendo irremediablemente el clima de nuestro planeta

Hace pocos días, inspirados por la figura de Greta Thunberg, millones de personas en el mundo marcharon manifestándose por los efectos del Cambio Climático y difundiendo el mensaje de “¡no más!” a los países.

Por su parte, el profesor y ambientalista danés Bjorn Lomborg, ha insistido en la ineficacia de manifestaciones como la promovida por Greta y el movimiento Friday For Future

Lomborg, al amparo del Consenso de Copenhague del que fue director, indican que existe la necesidad de priorizar los recursos de la humanidad para afrontar primero los problemas más importantes como combatir el VIH, movilizar la ingesta de micronutrientes y la inoculación global, entre otras, dejando en los últimos puestos, y como un mal uso de los recursos, a la lucha contra el cambio climático, cuyo retorno de inversión sería mucho menos eficiente. Esto porque la mayoría de los países han sido negligentes respecto de dar cumplimiento al Acuerdo de París y Protocolo de Kioto, evadiendo o haciendo nebuloso su compromiso y acción global por la disminución en la producción de CO2, por ejemplo.

Más todavía, Lomborg en una columna reciente culpa a la generación anterior a los “Greta Thunberg” por promover una agenda del terror respecto del cambio climático, cuyos artífices no son otra cosa que capitalistas felices con los movimientos juveniles que se esfuman en la niebla del paso de la edad, sin exigirles un verdadero compromiso con los temas medioambientales.

¿A quién debemos creer? ¿Somos parte de una generación que se ha activado para rescatar el planeta y los compromisos con el cambio climático? o más bien ¿Hemos caído en el saco de campañas de publicidad financiadas por los mismos contaminantes como son las empresas agrícolas multinacionales, tabacaleras, petroleras, mineras, comprometiendo una vez más el futuro de nuestras comunidades a causa de los reflectores y el efecto-masa?

Creo que debemos hacer algunas distinciones para respondernos:

1.- ¿Toda esa agua realmente se evapora? Esta sería la pregunta paroxista para quienes niegan el problema del Calentamiento Global, sí, dicho así; no más “cambio climático”, esa frase edulcorada hasta el hartazgo por los negacionistas y que han promovido al punto de que comunicacionalmente nos refiramos al Cambio Climático antes que a la Catástrofe Ambiental que vivimos. El calentamiento global es real, es un fenómeno evidente, durante el presente siglo la temperatura superficial global subirá probablemente 0,3 a 1,7 °C para su escenario de emisiones más bajas. Esto no se trata de olas gigantescas azotando las costas de Manhattan o el hundimiento de ciudades como Antofagasta, Río de Janeiro o Bristol en cosa de minutos. Pero sí la pérdida de territorios y destrucción de cimientos de las ciudades y sus modos de vida, un aumento en las temperaturas globales, una subida en el nivel del mar, un cambio en los patrones de las precipitaciones y una expansión de los desiertos subtropicales. O efectos más nítidos como los de nuestro país a partir de los incendios forestales y las contradicciones pluviales en el norte grande y desierto de atacama. Todas pruebas efectivas del cambio en el escenario del clima que requieren de acción global.

2) ¿Debemos estar asustados por toda la información que nos circunda respecto a la crisis del agua en Chile y el mundo? o dicho de otra forma ¿Es necesario creer todo lo que dice la ciencia?

Digámoslo de esta forma, el argumento científico es el único argumento que histórica y actualmente nos permite tomar decisiones más o menos acertadas. ¿Cuánto se ha protegido el planeta creyendo en la existencia de un dios? Al contrario los conservadores de estilo CATO Institute, incluso los más sofisticados declaran que ya el planeta está perdido y esperan que explote pronto así podrían ver el retorno de Cristo por FOX News.

El neoliberalismo ha planteado algunas ideas que impulsa con fuerza el discurso ecológico. Más todavía ellos creen que de esta forma se terminará difuminando el discurso por la inaplicabilidad de sanciones, la pérdida de fuerza de los movimientos sociales (sobre todo los que marchan) y, sobre todo, porque al final del día los tomadores de decisión, nuestros representantes deberán pensar en su reelección o en el financiamiento de las campañas de sus partidos y quienes ponen el dinero para esto, no están interesados en la verdad sino, más bien, en que se haga su voluntad.

Como muestra de esto se encuentra la serie de políticos en Chile financiados por las empresas pesqueras y que hicieron lobby para una ley espuria, la presencia de altos personeros de derecha en el lobby y manipulación de acuerdos y decisiones hasta en La Moneda para empresas que gestionan los desechos domiciliarios e industriales, por ejemplo en Antofagasta y por fin, los comentarios públicos de la Vocera de Gobierno achacando a la ciencia (penal en este caso) un rol de menor al sentido común de la encuesta de turno, la apetencia por sobre la evidencia.

3) Si la última movida planetaria es alertarnos por el Cambio Climático, perdón: Calentamiento Global y esto se disolverá con el surgimiento de otro tema que nos movilice ¿Tendremos que esperar los próximos 7 o 10 años a que el planeta explote en mil pedazos?

Sabemos que no. Sabemos que el gran problema del calentamiento global es nuestra culpa, nuestra intromisión y alteración del medio en el que hemos vivido, más o menos desde que se desarrolló la agricultura en adelante, es decir, con el surgimiento del Antropoceno hemos ido interviniendo irremediablemente el clima de nuestro planeta, que vive y vivirá a pesar de nosotros, casi sin importarle. Eso lo sabemos.

Lo que desconocemos y en eso el terror de movimientos como el de Al Gore o incluso el film de Di Caprio han contribuido impactando en una generación de personas que no vivieron el peligro inminente de la guerra fría, impresionables y asustadizos, que han optado por dispararle a sus compañeros de clase porque no logran identificar quién o qué es el real enemigo. Sí en eso estamos a ciegas aún y quizás sea para espantarse más todavía.

No es necesario estar asustados, pero sí despiertos. Lomborg no se equivoca pero tampoco acierta del todo. Toda acción para contribuir a la vida de nuestra especie en este planeta los próximos 100 años por difusa que parezca es siempre mejor que la inacción. Si creyéramos sólo en lo que Lomborg nos señala estaríamos como hemos estado durante los últimos 50 años, prisioneros de un establishment comunicacional que se ampara en supuestos carentes de evidencia.

Hemos creído por 50 años que el problema ecológico no es de interés en las comunidades y que, por el contrario, el crecimiento económico es la única vía para solucionar nuestros problemas. Por tanto, estaríamos dispuestos a resignar nuestros bienes más preciados por el sólo derecho a sobrevivir, como si fuera un cuento de Dickens que se repite una y otra vez sin escapatoria. Eso es lo que algunos quisieran hacernos creer. Pero las investigaciones que se han realizado en Inglaterra o en España e incluso leyendo con mayor profundidad estudios de opinión semestrales realizados en Chile demuestran que existe una demanda comunitaria silenciada por la protección del medio ambiente y un apoyo cada vez menor al crecimiento económico como medida de solución prioritaria de nuestros problemas. Es decir, si le pregunta a sus vecinos que le diga si debe darse prioridad al crecimiento económico siempre versus darle prioridad a la mitigación del calentamiento global siempre obtendrá resultados a lo menos interesantes.

Al fin, son muchas las cosas que desconocemos y las que creíamos conocer y dábamos por obvias no lo son tanto. Hoy que se conmemora el Día Mundial del Agua, más que pasacalles multicolores de las empresas sanitarias queremos respuestas, saber si debe ser un negocio monopólico en Chile, conocer por qué se prioriza la industria agrícola, ganadera, minera antes que  el consumo humano de agua potable, queremos saber cómo enfrentaremos la desaparición del agua, por qué se insiste en frases como “crisis hídrica”, como suponiendo que pasará como una estación del año siendo que el agua simplemente desapareció, ya no está. Queremos alertar a nuestras vecinas y vecinos de los efectos de haber sido y seguir siendo zonas de sacrificio a causa de los contaminantes de las termoeléctricas y saber cuándo estarán listas las ERNC para que sean una oportunidad real de inversión para los países y entreguen los resultados que esperamos.

De esas miles de cosas que no sabemos y queremos saber, poco podemos hacer con inmediatez más que marchar, exigir y traer estos temas a la conversación, las clases y los debates en prensa y redes sociales. Pero con lo que sí sabemos y la ciencia está de nuestra parte, podemos tomar decisiones y actuar para conseguir nuestra permanencia en este planeta sin sentarnos a esperar la enfermedad, el hambre o la muerte.

Hoy sabemos que queremos tener derecho al agua para consumo humano, antes que la industrializarla, queremos la permanencia de la biodiversidad antes que secar o contaminar con relaves las napas subterráneas, que buscamos equilibrar el planeta no para que no estalle, sabemos que no, sino para seguir viviendo en él.