Ser negacionista significa negar un hecho verificable y demostrado científicamente, simplemente porque resulta incómodo o no va con las creencias o es inconveniente a intereses particulares. Podemos citar a los negacionistas del holocausto causado por los nazis en la II Guerra Mundial, los que niegan la teoría de la Evolución, quienes niegan que la Tierra es un esferoide, otros niegan la pandemia del COVID-19 y los que niegan la emergencia climática.
Algunos negacionistas argumentan que son invento de una o más agrupaciones de gran poder, integradas por élites políticas y económicas, como es el sionismo internacional, la masonería, los illuminati o alguna otra agrupación secreta que, contradictoriamente, ellos conocen muy bien gracias a innumerables vídeos de YouTube y grupos de Facebook (burbujas de realidad).Lamentablemente, negacionistas y lobistas hacen sentir su influencia en las decisiones finales de las distintas Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y logran atenuar o minimizar las acciones que debieran implementarse
En el caso del cambio climático, los negacionistas no creen que sea por causa de la actividad humana. Pero no tiene en cuenta que científicos de todo el mundo llevan décadas estudiando como los gases de efecto invernadero actúan para causar un calentamiento que permite tener un planeta con capacidad de poseer agua en todos sus estados y albergar vida.
Los negacionistas crean campañas de desinformación contra la ciencia climática, con el objetivo de sembrar la duda en una ciudadanía poco informadas. También tiene sus lideres políticos como es Jair Bolsonaro, el no considera prioritario luchar contra el calentamiento global.
Es verdad que el CO2 constituye una pequeña porción de la atmosfera, pero no podemos guiarnos por esta variable, piensen en el cianuro, una ínfima cantidad causa un efecto en cadena en nuestro organismo que nos mata en pocos instantes. Por los mismo, el CO2 a pesar de ser poco, ejerce un importante efecto en el clima de la Tierra, ya que su presencia permite retener parte del calor del planeta e impedir que este escape al espacio, es el efecto invernadero.
Al comienzo de la revolución industrial se quemaba carbón vegetal y desde fines del siglo XIX las emisiones comienzan a ser principalmente por el petróleo y gas natural. Actualmente, cerca del 86% de las emisiones de CO2 las origina la quema de combustibles fósiles para la producción de energía y materiales y el 14% restante es por los cambios en el uso de la tierra gracias a la deforestación y quema de bosques.
Sobre el aumento del CO2 en la atmosfera, este gas creció de manera relativamente lenta desde la revolución industrial (1850) hasta mediados del siglo XX. Pero, en 1950, las emisiones globales pegaron un salto, pasando de 4.000 millones de toneladas de CO2 a 6.000 millones. En 1989 llegaron a los 22.000 millones de toneladas y el 2019 se emitieron 36.400 millones de toneladas de este gas. El 2020 y producto de la pandemia del COVID-19, tuvimos una disminución en más de 2.000 millones de toneladas, emitiendo solo 34.075 millones de toneladas.
Un dato para negacionistas climáticos, nuestras emisiones anuales de CO2 ganan a todos los volcanes juntos, que en un año lanzan entre 270 y 320 millones de toneladas.
Tantos años emitiendo millones de toneladas CO2 a la atmosfera, causo que su concentración subiera de 280 ppm, en la edad preindustrial a superar los 417 ppm el año 2021, que resultan ser los más altos en varios millones de años.
Los resultados científicos, que aparecen en el último informe del IPCC, tienen sumamente preocupados y aterrados a los científicos, muestran claramente la influencia humana sobre el clima, influencia que va aumentando y sus efectos se aprecian en todo el planeta. Por ejemplo, los últimos 7 años (2015 a 2021) son los más calurosos desde que hay registros.
A los negacionistas hay que agregar el lobby de quienes resguardan los intereses de las empresas de combustibles fósiles, el sector industrial con más representantes que cualquier otro país en la COP26, son 503 personas que defienden a empresas del petróleo, carbón y gas, sumando más que las 8 delegaciones de los países más afectados por la emergencia climática: Puerto Rico, Myanmar, Haití, Filipinas, Mozambique, Bahamas, Bangladesh y Pakistán.
Lamentablemente, negacionistas y lobistas hacen sentir su influencia en las decisiones finales de las distintas Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y logran atenuar o minimizar las acciones que debieran implementarse de forma rápida y urgente. En resumen, los negacionistas y lobistas al desinformar nos ponen en riesgo a todos, incluso a sí mismos.
Comentarios
16 de noviembre
«las conclusiones del informe de síntesis sobre todas las contribuciones nacionales presentadas, se estima que el nivel agregado de gases de efecto invernadero será un 13,7% superior (al nivel de 2010) en 2030. Es decir, las actuales promesas de reducción de emisiones siguen sin cumplir los objetivos del Acuerdo de París, lo que sitúa al mundo en la senda de un aumento de la temperatura de 2,4 grados, lo que provocará impactos climáticos significativos, incluso irreversibles.»
0