Fiscalía y mis dudas

Cuando me leyeron mis derechos en la Comisaría de Cartagena, luego de haber sido detenido en el Tabo, me informaron respecto de la labor de Fiscalía en el proceso de investigación que se iniciaría en mi contra. Terminado el párrafo pedí por favor que volvieran a leerlo. A pesar de conocer lo básico de su función lo leído por el agente policial en ese momento me tranquilizó. El organismo persecutor debía investigar todo aquello que pudiese incriminarme y lo que pudiese exculparme del crimen que estaban imputándome.

---

El 7° Tribunal Oral en lo Penal por unanimidad me absolvió un dia 8 de Julio de 2014 y condenó en costas a Fiscalía señalando que no existían méritos en la acusación así como la falta de rigor en la búsqueda de nuevas teorías que pudieran dar luces respecto de lo ocurrido.

Fui trasladado a Santiago, donde pasé la noche en un recinto policial en Av. Italia. Una cabo a cargo del turno de noche me vio afligido e inició una conversación. Me contó que se acercó porque vio inconsistencias en el procedimiento que llevó a mi detención. Me dio detalles de cómo se supone que debía haber sido, pero entre el estado emocional que me embargaba y las cientos de imágenes que se cruzaban por mi mente se me hacía imposible retener el relato. Lo único que me quedaba meridianamente claro es que faltaban elementos tanto probatorios como jurídicos, y a pesar de eso yo estaba detenido.

A la mañana siguiente fui llevado al Centro de Justicia donde pasé varias horas con personas de diversa procedencia. Mantuve mi cabeza ocupada tratando de repasar todos los hechos. Al cabo de un rato me llevaron junto a otros detenidos a un pasillo que tenía varias ventanillas. Al otro lado estaban los Abogados Defensores Públicos. Traté de conversar con el abogado que me tocó, pero me detuvo en mi afán de establecer posibles defensas desde mi ignorancia legal diciéndome que la Fiscal contaba con una carpeta de muchas páginas y nosotros contábamos con una hoja donde se resumía el caso.

En el Tribunal repleto de prensa la Jueza fue categórica al establecer que no existían los argumentos para siquiera iniciar una investigación en mi contra. La Fiscal muy ofuscada declaró que apelaría, la Magistrada le dijo algo así como «¿Y te vas a presentar a la corte con estas mismas pruebas?» dejando en claro que consideraba su decisión como un capricho. La fiscal presentó las mismas pruebas y yo quedé con arresto domiciliario.

Dos meses más tarde debido a un informe -test de credibilidad- emitido por una psicóloga de Viña se revisaron mis cautelares en el Tribunal de Garantía. El Tribunal sopesó la prueba y no la consideró relevante. Cinco días más tarde la Corte de Apelaciones ordenó revocar dicho veredicto y se ordenó la prisión preventiva.

Estuve 17 meses privado de libertad.

Las primeras diligencias indagatorias pedidas por fiscalía, antes de ser detenido, dieron como resultado que no se podía establecer ninguna participación de mi persona en los hechos que se investigaban y sugerían a Fiscalía: “ampliar la investigación al círculo cercano de amistades y a la familia”. En una de las audiencias el fiscal a cargo desechó estas diligencias por ser «hechas por personas» por tanto resultaban “subjetivas»

Pedimos varias veces e insistentemente pericias que fueron negadas sistemáticamente por el fiscal a cargo (la primera fiscal dejó el caso) lo cual nos llevó a elevar solicitudes al Fiscal Regional, quien luego de ver la importancia de dichos peritajes accedió a los mismos después de 6 meses.

Fuimos derribando uno tras otro los pilares que sustentaban la prisión preventiva en cada audiencia celebrada para cambiar la medida cautelar. Fiscalía siempre ametrallaba con los consabidos «peligro para la sociedad, arriesga una pena de 15 años y peligro de fuga» aun cuando yo mismo me presenté en el centro de justicia cuando se decretó la prisión preventiva evitando el show mediático y el dolor de mi familia. Nunca se concedió el cambio de medida cautelar. La corte de apelaciones en la última revisión preguntó cuándo era la fecha del juicio y al encontrar que estaba muy cerca (4 meses) prefirió que «esperara» el juicio dentro.

Un día, cerca de las 5 de la mañana, me sacaron de la celda y engrillado me trasladaron hasta las dependencias de la fiscalía Oriente. El fiscal a cargo en ese momento me hizo tomar asiento en su oficina. Me realizó algunas preguntas pero fue al grano prontamente. Me preguntó si alguna vez me habían ofrecido un procedimiento abreviado. Curiosa pregunta, pues fue él quien varios meses antes había pedido tanto recurso en conjunto con mi anterior abogado, al cual sacamos del caso por sospechar que no era muy honesto conmigo. Esa audiencia quedó fijada y nos presentamos con el nuevo abogado solo para decir que no. Cuando le dije aquello ni se inmutó, y prosiguió con su oferta que implicaba declararme culpable, y él arreglaba que yo me fuera al día siguiente de la audiencia que se celebrara para tales efectos, para mi casa.

Le respondí que me parecía insólito que si pensaba que era culpable de violar a una niña de 13 años con Síndrome de Down pudiese pensar en dejarme libre, lo que me llevaba a colegir que él no creía realmente que fuese culpable de tal atrocidad y si así era ¿por qué carajos pedía que me declarara culpable?…. Paradojal por donde se mirase.

Me dijo que había una posibilidad de un 50% de quedar preso, que la condena era de 15 años, que tenían suficiente para condenarme. Le respondí que solo había una forma de terminar esto y que por tanto íbamos a ir hasta el final. La conversación terminó ahí.

El fiscal abandonó el caso dos semanas antes del juicio.

Aunque íbamos preparados no fue necesario presentar ninguna prueba de las que teníamos. Toda la teoría del caso se desmoronó con la sola presentación de las pruebas de fiscalía.

La menor en la sala especial, y frente al tribunal declaró que su papá le contó que yo la tocaba, el padre no supo contestar las preguntas, la madre quedó en evidencia de las mentiras que dijo durante todo el proceso. La psicóloga que hizo el peritaje usó una técnica inventada por ella, que no está validada por ninguna institución y que no cumple con los estándares mínimos de rigurosidad científica. El perito del Instituto Médico Legal dio a conocer el resultado del peritaje hecho dos días después del supuesto delito, es decir, 21 meses antes del juicio y que señalaba la imposibilidad del acontecimiento.

El 7° Tribunal Oral en lo Penal por unanimidad me absolvió un día 8 de Julio de 2014 y condenó en costas a Fiscalía señalando que no existían méritos en la acusación así como la falta de rigor en la búsqueda de nuevas teorías que pudieran dar luces respecto de lo ocurrido.

Las dos fiscales y el fiscal que tuvieron en sus manos este caso estaban en antecedentes de todo esto desde el comienzo, no obstante siguieron buscando que se me condenara, no por afán de Justicia, ni la búsqueda de la verdad, no por querer reparar algo que se había roto, no.

¿Cuál es la lógica con la cual opera Fiscalía?