Cada pueblo tiene los gobernantes que se merece. Chile tuvo su Pinochet porque los pésimos gobiernos anteriores se lo hicieron merecer, desde los gobiernos conservadores de derecha que se dividían el país entre unos pocos, hasta el primer experimento de izquierda que no sembró nada más que ineptitud y una lucha de clases sin otro fin que hacer lo mismo que los anteriores, pero al revés. Pero Chile aprendió. Sufrió la represión, la persecución y el crimen hasta que la oposición tomó sus propias riendas y creó una coalición cuyo mayor mérito fue enfrentar en conjunto lo que se quería erradicar. Y hoy goza de buena salud gracias a ello, gracias a un doloroso aprendizaje de casi dos décadas respirando con dificultad, de boca en el suelo con una bota en la garganta, con miedo a desaparecer camino a casa un día cualquiera, con la impotencia de no tener instituciones que velaran por la justicia y una larga tristeza de no ver luz en el horizonte.
Han pasado meses y la estúpida guerra de “dictadura sale con votos” versus “dictadura sale por presión internacional” se consume la mente de los venezolanos, cuyos líderes no hacen nada más sino escupirse unos a otros.
Por eso no entiendo a Venezuela. El escenario ha sido el mismo, con gobiernos que se repartieron el país pedazo a pedazo turnándose cada tantos años. El que gobierna elige el setenta por ciento de los jueces y el otro se queda con el treinta. Al próximo gobierno cambiamos. Y así con todo, con los puestos que abrían el camino a la corrupción y al dinero fácil. Tengo la Aduana por seis años, luego te la devuelvo. Tengo los contratos de obras públicas, pero luego te los entrego. Abusas con impunidad, pero no te persigo mucho para que no te enojes, porque en unos añitos más, sé que va a ser al revés. Así se manejó la política en Venezuela, como una hacienda ganadera, hasta que se terminó por abrir la puerta a Chávez con la esperanza de que algo cambiara. Y todo cambió, pero para enrumbar al país hacia el barranco y hasta hacer que el país comenzara a morir de inanición, de abuso, de miedo, hasta que los corruptos se dieran el gusto de secuestrar a la nación. Ya no se trata de manejar la hacienda, sino de transformar a todo el territorio en un penal y cambiar autoridades por narco traficantes, se trata de someter, de matar el orgullo y la dignidad porque de otra forma se es asesinado. Y nadie paga los muertos.Han pasado meses y la estúpida guerra de “dictadura sale con votos” versus “dictadura sale por presión internacional” se consume la mente de los venezolanos, cuyos líderes no hacen nada más sino escupirse unos a otros.
En Chile las fuerzas más disímiles se unieron para bajar al tirano. Desde la izquierda intransigente hasta la siempre tibia Democracia Cristiana se dieron cuenta que no había otro camino más que la unidad, más que el sacrificio de las expectativas personales, más que los sacrificios del yo por el triunfo del todos. ¿y que aprende Venezuela? … nada. Nunca desde la toma del poder por parte de Chávez se había vivido un momento en el que el mundo entero repudiara frontalmente a Maduro y su banda. Nunca se había tenido un apoyo tan decidido de países fundamentales como Argentina, Brasil, Colombia y Chile para repudiar a los narcomandantes y amenazarlos con no reconocer su farsa, sin embargo, nunca se había visto un lanzamiento de basura y desprecio tan cruento y despiadado entre quienes se supone deben caminar de la mano. ¿Cómo es posible que la oposición no lograse encontrar un candidato único?
Sólo por la codicia y la intransigencia. He visto a políticos opositores llamar imbécil al Secretario General de la OEA y a intelectuales serios llamar “bolsa” al exalcalde Ledezma. He visto los tweets más crueles contra la Fiscal Ortega, quien con su carga de enormes culpas, fue la primera en declararse en rebeldía abierta y trabajar seriamente para sacar a los bandidos de Miraflores. He visto adecos insultando a posibles candidatos y a Ramos Allup siendo insultado, he visto a Borges vilipendiado y a María Corina tratada de sifrina. He visto tratar a un militar rebelde de fraude, de montaje y de chavista encubierto, y lo vi pasar del loquito que se tiraba en paracaídas con un perro, hasta el mártir incomprendido que se inmoló por su país … pero sólo fue respetado después que lo volaron en pedazos. ¿Qué espera la oposición en Venezuela? Ni ellos lo saben.
Tratar de sacar al cartel del gobierno por los votos no es posible sin unidad. Tener un candidato como el actual es lo mismo que no tener nada, pues su credibilidad y liderazgo no existen. ¿no había nada más que hacer? Por supuesto que sí, pero se prefirió hacer lo mismo que cuando Chávez, abrir la puerta y mirar para el lado. Pero es inútil, porque no se produjo unidad, no se produjo una fuerza contundente y, por el contrario, día a día se siguen mostrando debilidades.
¿Será que Venezuela merece otra vez que le roben las elecciones en forma descarada? ¿Será que no hay otro sueño posible más que imaginarse a los Marines desembarcando en Falcón? ¿será que alguien cree, de verdad-verdad, que aún ganando las elecciones podría un presidente sin coalición política gobernar más de un día sin ser aplastado como una mosca? ¿será que la ambición es más fuerte que la cordura, y que las facturas pendientes entre opositores son más fuertes que el deseo de salir de esa cárcel? ¿en qué ayuda quien llama a la abstención? … en nada. ¿en que ayuda un intelectual que escracha a los abstencionistas aprovechando su espacio en los medios? … en nada.
Han pasado meses y la estúpida guerra de “dictadura sale con votos” versus “dictadura sale por presión internacional” se consume la mente de los venezolanos, cuyos líderes no hacen nada más sino escupirse unos a otros.
Si piensan que la salida de Pinochet fue fácil, con sólo una elección, es porque no saben cómo se llegó a eso, cómo se luchó por eso, cómo se planificó y los sacrificios que se hicieron en pos de ello. Y no es la señora sentada en casa la que va a mostrar el camino, no son los estudiantes, que ya lo intentaron y fueron asesinados, no son los que dejan de trabajar por hacer la cola y someterse al carnet indigno para alimentar a sus familias. Son los que se lanzan bostas en vez de reunirse, planificar y actuar. Los que debían hacer y no decir, los que debían dar ejemplo de unidad, de inteligencia y de arrojo, y siguen sin hacer nada más que llorar … y seguir lanzando basura.
Un candidato… uno solo … y no pudieron.
¿Quién va a ganar? Maduro … “de bola” diría mi amigo Frank, campaneando su caballito frenao en una vereda de La Pastora. Si pudieron hacer que Chávez gobernara estando muerto, seguro van a lograr que este muerto siga caminando.
Comentarios
26 de abril
Estimado amigo, suscribo casi por completo lo expresado salvo por su caricatura de la “Tibia DC” que dicho sea de paso sino fuera por esete partido no habria sido posible la transici’òn vivida en orden en Chile. Por tanto creo que se requiere colocarla en un estatus distinto a la caricatura señalada.
Un abrazo fraterno
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28 de abril
Venezuela no tiene un desenlace porque hasta la oposición es socialista, o sea nadie quiere renunciar al socialismo, el gobierno en eso sí los representa a todos, nadie aterriza a la realidad de reconocer que eso no funciona. El futuro de Venezuela son hambrunas y quizá guerras hasta que llegue un generación que asuma eso que nadie asume ahora.
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