¨La violencia en México no sólo no cesa, sino que es ya incontenible¨. Así comenzó la editorial publicada el 21 de mayo por el Semanario Católico Desde la Fe, de la Arquidiócesis Primada de México.
México presencia una seria crisis de seguridad en dos de las profesiones más antiguas de la humanidad, mismas que se remontan hasta los tiempos romanos. De acuerdo con a la organización Reporteros sin Fronteras, en México, desde el año 2000, han sido asesinados 105 periodistas. Una cifra tan crítica que convierte a México en el tercer país más peligroso para los periodistas por encima de Irak.
«México es por sexto año consecutivo el primer lugar en crímenes de odio contra sacerdotes, religiosos y laicos de América Latina.»
Esto es una preocupación legítima, misma que se alza después del asesinato del director del Periódico Ríodoce, el periodista sinaloense Javier Valdéz y el intento de asesinato perpetuado en la Catedral Metropolitana de la Arquidiócesis de México al Presbítero José Miguel Machorro Alcalá que fue apuñalado en el cuello mientras realizaba la Santa Misa.
De acuerdo con el Centro Católico Multimedial de México, desde 1990, en México han sucedido 59 delitos en contra de miembros del clero católico. Una lista aterradora que empieza con el asesinato del arzobispo de Guadalajara Juan Jesús Posadas Ocampo en 1993.
Existe una relación colateral entre estas dos profesiones vitales para una sociedad: el anuncio y denuncia del mal y los crímenes en los que yace una sociedad.
Es imperdonable el hecho de que este territorio sea hostil ante periodistas y sacerdotes.
En la indignación nacional, Enrique Peña Nieto, presidente de México, dirigió un discurso demagógico al pueblo mexicano en el que dijo que su gobierno es respetuoso ante la libertad de expresión…respetuoso ante la libertad de expresión cuando en su sexenio van 38 periodistas y 17 sacerdotes que han dejado de existir bajo circunstancias violentas.
Durante este discurso presidencial, el representante mexicano pidió un minuto de silencio en honor a Javier Valdez, mismo que no tardó en ser abrogado por todo el público presente que demandaba justicia por la impunidad.
Parece ser que las autoridades mexicanas no se han dado cuenta que los discursos ya no sirven frente a la situación en la que se encuentran nuestros periodistas y sacerdotes.
Gustavo Antonio Rangel, periodista Católico de la Diócesis de Teotihuacán, declaró que México es por sexto año consecutivo el primer lugar en crímenes de odio contra sacerdotes, religiosos y laicos de América Latina.
Como conclusión, el Seminario Católico Desde la Fe, de la Arquidiócesis Primada de México lanzó las siguientes preguntas al aire: “¿Quiénes están detrás de la obstrucción de la justicia? ¿Cuáles son esas maniáticas colusiones de las autoridades y el crimen? ¿Por qué se ha hecho tan fácil matar a periodistas y sacerdotes en México?”.
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