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Gadafi, el Tirano Mártir

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¿Era Gadafi un dictador sanguinario como lo describía la prensa occidental?

Cuando empezaron a llegar noticias sobre las manifestaciones en Libia, y las acusaciones contra el coronel Gadafi, me di el trabajo de investigar dos temas: la represión de esa primera manifestación en la plaza central de Trípoli, y el historial de derechos humanos de la dictadura. Sobre lo primero descubrí que la acusación de los rebeldes, de que la aviación libia había bombardeado desde el aire a los manifestantes matando a más de mil doscientos de ellos, era total y enteramente falsa. Nunca hubo un bombardeo aéreo. Una comisión del Parlamento europeo visitó Trípoli dos días después y no encontró ni cráteres en la plaza, ni impactos de bala en los edificios adyacentes ni nóminas de heridos o muertos en morgues y hospitales de la ciudad ni testigos de los hechos. Sí hubo una manifestación, y fue reprimida. El gobierno reconoció dos muertes.

En cuanto al historial de derechos humanos de la dictadura sólo encontré, como el hecho más cruento de toda su historia, la matanza de -se dice- más de mil reos en una cárcel libia. Ocurrió en 1996 en la cárcel de Abu Salim, después de un motín organizado por militantes fundamentalistas de al Qaeda y otras organizaciones terroristas. No se conocen las circunstancias precisas de la masacre. El gobierno libio accedió a formar una comisión de investigación independiente de esos hechos hace solo dos años, en 2009, pero no se ha emitido todavía ningún informe, ni creo que se haga ahora nada que se acerque a una investigación fiable. Es dudoso achacar esta matanza al coronel, aunque no hizo nada para castigar a los culpables.


Más impresionante, en mi búsqueda, fue que Human Rights Watch había emitido dos informes muy favorables a la situación de derechos humanos en Libia en 2009 y 2010 y que estaba colaborando con el gobierno libio en la creación del nuevo Ministerio de Derechos Humanos.

¿Cuáles son las grandes violaciones a los derechos humanos cometidos por el régimen libio? Siempre se menciona el atentado terrorista sobre Lockerbie en 1988, pero los periodistas y comentaristas suelen olvidar que este atentado fue una represalia por el ataque aéreo de Ronald Reagan contra Trípoli y Bengasi en 1986, que causó numerosas víctimas civiles, entre ellas una hija del coronel.

Y en venganza también por el atentado fallido de la OTAN contra su vida en 1980, cuando aviones caza norteamericanos derribaron un avión de pasajeros italiano al que confundieron con el jet de Gadafi. En ese ataque murieron 32 personas. Gadafi recurrió al terrorismo para responder a los ataques terroristas de Occidente. Ojo por ojo.

Obviamente Estados Unidos y la OTAN han mentido y manipulado las informaciones sobre Libia de la mano de agencias y periodistas mediocres e interesados. Libia, uno de los diez países más ricos del mundo en los años ochenta, se describe con los mismos términos con que se describe otras dictaduras, como si Gadafi se hubiese enriquecido a manos llenas mientras mantenía a su pueblo en la miseria -como en Egipto o en el mismo Estados Unidos. Sin embargo, la verdad es que Libia era un país desarrollado, con el ingreso per cápita más alto de la región, con la mejor distribución del ingreso, con la tasa de alfabetización más alta de África, con la esperanza de vida más alta, con un presupuesto nacional que destinaba casi el 40 por ciento a la educación, con una increíble y moderna infraestructura que Occidente ha destruido completamente y en el primer lugar del índice de desarrollo humano del continente.  

Antes que caracterizarse por la violación a los derechos humanos, la dictadura de Gadafi se caracterizó más bien por una ahogamiento casi absoluto de los derechos civiles. En el artículo en wikipedia se menciona sobre este aspecto el informe del Departamento de Estado de Estados Unidos de 2007, en que se acusa al régimen libio de violar los derechos humanos, que el informe detalla: malas condiciones de vida en las cárceles, detenciones arbitrarias y abuso del régimen de confinamiento aislado de los reos, persecución política y detenciones indefinidas y sin cargos,¿Suena conocido? Pero no menciona masacres ni exterminios ni persecuciones sistemáticas contra grupos de la población. De hecho, el coronel Gadafi fue un dictador mucho menos cruel y mortífero que el mismísimo Premio Nobel de la Paz, el primer presidente negro de Estados Unidos, Barack Obama, que en dos años de gobierno ha causado la muerte de decenas de miles de civiles inocentes.

El estado de cosas nos suena conocido porque la descripción que hace Occidente de Libia se podría aplicar perfectamente a sí mismo: detenciones arbitrarias, indefinidas y sin formulación de cargos, torturas y asesinatos, malos tratos en las cárceles y campos de concentración (Guantánamo, Abu Ghraib), aislamiento permanente de los reos, persecución política, cárceles secretas, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales (cerca de dos mil en los últimos años cometidas por fuerzas paramilitares norteamericanas -el llamado Ejército Secreto de Virginia del Norte), etc.

La salvaje ejecución del Gadafi sigue la política introducida por el presidente Obama, de atacar y destruir a los gobernantes hostiles y sus familias. De momento, es la mayor contribución de Obama a la nueva política norteamericana que fomenta el exterminio de los opositores. El coronel Gadafi es el tirano mártir de esa política. Ciertamente, el terrible e inevitable hecho que originó esta rebelión por encargo y final asesinato del coronel, fue que Libia despertó la conocida y criminal codicia de europeos y norteamericanos, esas dos culturas que pierden los estribos y el norte moral cuando oyen el tintinear de monedas.

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23 de octubre

El hijo mayor de Gadafi dirigía la Fundación Gadafi, que emitió un informe hace un par de años sobre la situación de derechos humanos en Libia similar al que emitió Human Rights Watch, según la misma hrw. El tipo es un importante defensor de los derechos humanos. Él facilitó el ingreso de HRW al país. Seguramente lo matarán ahora.
http://www.dailystar.com.lb/News/Middle-East/Dec/12/Gadhafi-Foundation-slams-Libyas-human-rights-record.ashx#axzz1bWcTVTI2

http://www.hrw.org/en/news/2010/02/11/postcard-fromtripoli

24 de octubre

Totalmente de acuerdo, menos mal que alguien investigas y no se deja llevar por la informacion periodistica que quieren nos llegue totalmente manipulada …hay mucho gente en el mundo sabiendo ya quien es es realmente el asesino criminal y terrorista del mundo y no es otro que el presidente tan negro como su alma el de EE:UU

25 de octubre

Me cuesta entender esta columna. O peor aún, creo entender el argumento de que Gaddafi no era tan malo y más malos eran los que lo atacaron. No entiendo que la evaluación de las víctimas de la represión al alzamiento se evalúe en función de lo que el mismo régimen reporta. Con ese criterio, jamás una dictadura ha matado a nadie. Tampoco entiendo que sea relevante para entender la matanza de Abu Salim –caso también denunciado por HRW-, el que las victimas pertenecieran al LIFG u otro grupo terrorista, como si eso justificara o explicara en algo el asunto . Y claro, no hubo investigación ni reportes, porque occidente no quiso incomodar a un productor de crudo. Menos aun entiendo la explicación del “ojo por ojo” para explicar el atentado del Lockerbie (o para estos efectos los muchos otros en que Gaddafi estuvo directamente o indirectamente implicado). Con ese criterio, el asesinato de Bin Laden estuvo justificado pues fue ojo por ojo.
No creo que la cuestión sea acá si el actuar de occidente ha sido consecuente o no respecto de la dictadura Libia, pues claramente no lo ha sido (incluidos los adalides del socialismo internacional). No creo que nadie tenga dudas respeto al doble estándar de occidente al respecto. El punto es si eso basta, como pareciera sugerirlo la columna, para justificar, disminuir o relativizar el carácter cruento de la dictadura de Gaddafi.
Quizá porque el autor se concentró solo en dos hechos, la represión en la Pza Central en Trípoli y el historial de DDHH de su régimen, se le pasaron por el lado otros elementos importantes, como el apoyo sistemático de Gaddafi a cuanto grupo terrorista afloró en un momento (cuestión que paró mágicamente cuando compró su blanqueamiento), o a dictadores africanos (incluido Idi Amín y otras joyitas), la represión sistemática de sus opositores, el saqueo sistemático a las arcas públicas, el enriquecimiento ilícito y el estilo de vida faraonesco del Dictador o la total ausencia durante cuarenta años de construir alguna institución estatal independiente del Coronel y su familia.
Que Libia era el mejor ranqueado de los países africanos: Una buena forma de ver el vaso medio lleno. La alternativa es preguntarse por qué un país tan rico como Libia, con una población tan escasa, con influencia regional, y un régimen que gobernó (más de 40 años) sin contestación interna, es decir un país no comparable a ningún otro de la región, no es hoy un país desarrollado sino apenas uno capaz de vivir de sus commodities, sin ninguna capacidad instalada (ni política, ni institucional, ni de capital humano) para salir de esta guerra atroz.
El antiamericanismo me parece una postura válida, aunque no la comparto en esos términos, pero reducir todo el problema de 42 años de dictadura en Libia a eso lo considero un argumento triste.

25 de octubre

1) ¿Era Gadafi un dictador sanguinario como lo describía la prensa occidental?

“Deconstruyamos” la pregunta ¿Dictador?: Claramente sí era dictador. Alguien que permanece tanto tiempo en el poder, lo es. No es un demócrata.

¿Sanguinario? Si aplicamos el esquema numérico que tanto gusta a algunos -según conveniencia y el gobernante al cual lo aplican- donde dos muertos no equivalen a miles. Podríamos decir que no era sanguinario.

Pero si exigimos un criterio ético y universal, y lo aplicamos sin depender del gobernante y sus etiquetas, matar a una persona o matar a varios, es igual de sanguinario.

Y claro, podríamos solapadamente justificar una matanza, diciendo que como eran fundamentalistas, su muerte vale menos. Pero, ¿no es acaso eso lo mismo que decían en Guantánamo?

Y claro, lo otro es desligar responsabilidad diciendo “Es dudoso achacar esta matanza al coronel, aunque no hizo nada para castigar a los culpables”. Pero insisto, apliquemos los criterios sin importar la etiqueta del gobernante y la cosa cambia.

Pero hay algo que genera más ruido, y es la justificación de la venganza como modo de actuar de los gobernantes cuando se dice: “Gadafi recurrió al terrorismo para responder a los ataques terroristas de Occidente. Ojo por ojo”.

Pero entonces, las brutalidades cometidas en venganza, por parte de cualquier gobernante, tendrían que estar justificadas. Es decir, el autor justifica el terrorismo de Estado de todo aquel que mal utilizando el poder estatal lleva a cabo su capricho vengativo contra otros.

2) Por otro lado, no sabía que el ser catalogado de dictador o déspota, dependía si en el ejercicio del poder el sujeto se hace rico o no. Todos los dictadores terminan haciéndose ricos.

Tampoco la dictadura se define en base al bienestar de los individuos o el ingreso per capita, sino en base al nivel de libertad con que cuenta un régimen dado. Por ejemplo, para disentir del gobierno. ¿Podían hacer eso en Libia? No.

Y claro, para evadir eso, se separan los derechos humanos de los derechos civiles. Pero los derechos civiles son parte de los derechos humanos.

Pero insisto, hay que aplicar criterios éticos de manera universal. Parece que aquí no se hizo. No hay dictadores buenos o malos, sólo dictadores.

25 de octubre

Estimado Florencio,
Usted me atribuye argumentos que no me pertenecen ni defiendo. No he escrito en ninguna parte que Gadafi no era tan malo, que no me parece tampoco la manera de decir si era o no un buen gobernante. Describo una situación y un contexto. Cuando algunos describen a Gadafi como un dictador sanguinario, olvidan a menudo agregar que sus principales enemigos, que fundan sus ataques en violaciones imaginarias o no a los derechos humanos han sido o son, como el Premio Nobel de la Paz, igual o peor de sanguinarios. No he dicho ni creo que decir esto implique que se exculpen los crímenes del régimen.
No creo que crea correcto denunciar la matanza de Abu Salim sin referirse a las circunstancias ni a las víctimas. ¿Usted cree que hay que referirse a la matanza de Abu Salim sin mencionar que las víctimas eran militantes islámicos de al Qaeda? ¿Cuál es el temor? ¿Que si uno dice que eran islámicos pareciera que su asesinato se justifica? Yo no pienso así. Sólo he dicho que mientras que Occidente asesina a militantes islámicos sin forma alguna de juicio y sin saber siquiera si se trata de militantes que hayan cometido algún delito por el mero hecho de que son militantes o simpatizantes islámicos, haciendo así tabla rasa de un principio occidental básico, ese mismo Occidente reprocha a Gadafi recurrir al mismo oficio para terminar con la amenaza islámica. Usted preferiría que no hubiese dicho que eran militantes islámicos. A mí me parece que decirlo es elemental, pero tampoco se infiere nada de ello. A usted le parece que se justifica así el crimen. A mí no. Sólo describo ese hecho.
Yo no inventé el ojo por ojo. Sólo digo que me parece que Gadafi buscó vengarse por el asesinato de su hija y por el atentado. Yo pensaba curiosamente que esto lo sabía todo el mundo, pero la prensa no lo menciona, como si el atentado de Lockerbie hubiese sido algo así como un rayo a mediodía, surgido de la nada o de la mera malignidad del dictador que un buen día despertó de mal humor y mandó a matar a sus agentes al buen tuntún. Tampoco justifico yo el asesinato de bin Laden ni justifico los atentados que este cometió. Me limito a proporcionar el contexto en que ocurrieron ciertos hechos.
El apoyo de Gadafi a grupos terroristas es similar al apoyo de Occidente a otros grupos terroristas. No sé que hay que inferir de esto.
Hay cosas que usted afirma que creo que debiesen ser investigadas. No me gusta decir nada que no pueda sustentar o referir. No sé si Gadafi era ladrón ni si es malo ser ladrón en un mundo de ladrones. No se si saqueó las arcas públicas. No creo nada que no esté fundado en alguna investigación seria. No repito nada que haya oído en la tele ni leído en diarios nacionales, porque sé que no vale la pena. No me interesa ni me concierne si vivía como pachá, en carpas, con mujeres o sin ellas, o si andaba en camello. No es relevante para mí (aunque sí es interesante, claro).
Según las informaciones que se encuentran en wikipedia, cuya lectura recomiendo, Libia era en los años ochenta uno de los diez países más ricos del mundo, el más desarrollado el continente, con la mejor distribución del ingreso, en el primer lugar del índice de desarrollo humano de África, con el más alto ingreso per cápita, con uno de los más altos niveles de alfabetización (el 83%), con educación pública gratuita de gran calidad, con servicios médicos gratuitos. Poco antes de la agresión occidental había fundado el ministerio de Derechos Humanos con la ayuda de HRW, que emitió dos informes positivos sobre la situación de ddhh en el país (sin dejar de criticar sus falencias, obviamente). Espero que no usted no piense que decir esto justifica el régimen libio.
Si yo hubiese callado o dejado en el tintero que las víctimas de la matanza de Abu Salim eran militantes islámicos (terroristas de al Qaeda), que el atentado de Lockerbie en 1988 fue ejecutado en venganza por el bombardeo de Trípoli y Bengasi en 1986 y el atentado contra Gadafi de la OTAN en Italia en 1980, si no hubiese dicho que el Premio Nobel de la Paz Obama ha cometido más crímenes que Gadafi, que el secuestro de personas y su detención indefinida sin cargos ni juicio ni derecho a defensa, con torturas y ejecuciones extrajudiciales, no son inventos libios sino que prácticas habituales de Occidente a partir de 2001, que el régimen libio cometió innumerables violaciones a los derechos humanos en el marco de su colaboración con Occidente (incluyendo a Estados Unidos) en su lucha contra el terrorismo islámico, mi artículo no habría sido escrito por mí, que así entiendo las cosas, si no por otra persona, quizás usted mismo.
Agradezco que se haya dado el trabajo de comentar.

Amado de Mérici

25 de octubre

Estimado Jorge Andrés,
Como expliqué en la introducción, mi escrito es un informe de una investigación sobre la veracidad de dos cosas: 1 La matanza en la plaza mayor de Trípoli, que según la oposición (los ex rebeldes) en ese momento costó la vida a mil 200 personas. Según lo que descubrí la matanza no ocurrió nunca. 2 El historial de derechos humanos del régimen libio. Originalmente yo pensaba que encontraría miles de datos y hechos: campos de concentración, campañas de exterminio, cárceles secretas, torturas generalizadas, ataques contra grupos de la población civil (como en Estados Unidos hoy, o como durante el régimen de Pinochet). Pues bien, no encontré exactamente nada. Casi todas las denuncias se refieren a hecho acaecidos después de febrero de 2011, o sea en el contexto de la rebelión armada -es decir, en circunstancias en que los crímenes de ambos bandos deben ser descritos en el marco de crímenes de guerra. No me cabe ninguna duda que en 42 años deben haber habido violaciones a los derechos humanos, graves y menos graves. Por ejemplo, cuando un policía golpea a un ciudadano y le pega con un palo en la cabeza, eso es una violación de derechos humanos -pero no es sistemática ni afecta a un grupo de la población civil, es decir, no es delito de lesa humanidad. Esas violaciones, digamos de todos los días, no constituyen delitos de lesa humanidad. Con esto ciertamente no estoy justificando que se cometan ni grandes ni pequeñas violaciones. Sólo estoy describiendo una situación para poder entenderla. Que un policía mate a una persona (por ejemplo, el asesinato del niño Manuel Gutiérrez) no convierte al régimen o gobierno que sirve en un violador sistemático de derechos humanos en el sentido definido por el derecho internacional.
Usted dice que yo justifico solapadamente una matanza. Yo no hago eso. Eso lo concluye usted. Yo sólo digo que las víctimas eran militantes fundamentalistas. ¿A qué conclusión habríamos llegado si yo no hubiese dicho que eran fundamentalistas? Si no lo digo, algunos habrían querido imaginar que Gadafi mató a 1200 monjas carmelitas, por decir algo. ¿Para qué sirve empeñarse en no querer saber quiénes eran las víctimas? Lo que yo digo -sin que esto signifique ninguna inferencia- es que en contexto de la lucha contra el terrorismo islámico, aparte de la práctica destrucción de Iraq y Afganistán, Occidente ha cometido muchos más crímenes y en los últimos años Estados Unidos ha ejecutado extrajudicialmente a cerca de 2000 mil personas (por su Ejército Secreto de Virginia del Norte, que es un nombre de fantasía porque, como fuerzas paramilitares secretas, su nombre no es público; así le llaman los que saben de su existencia).
Sobre la responsabilidad del coronel Gadafi en la matanza. Para mí no es lo mismo que las autoridades carcelarias hayan cometido esa matanza reaccionando ante un motín a que la matanza la haya ordenado el propio Gadafi. Nada de eso se sabe. El régimen admitió investigar los hechos en 2009 (por petición de una organización de derechos humanos encabezada por un hijo de Gadafi, y otros grupos) y no se emitió ningún informe. Por el hecho de que no se sabe nada, lo que me parece reprochable es que el gobierno no investigó ni castigó a los eventuales responsables.

Saludos cordiales,

Amado de Mérici

25 de octubre

Estimado Jorge Andrés (segunda parte)
Yo no inventé el ojo por ojo. Es de conocimiento común, se supuso y se supone hoy que el atentado contra el avión de pasajeros en Lockerbie, que el régimen reconoció finalmente, fue en venganza por el bombardeo de las ciudades de Trípoli y Bengasi en 1986 (por Ronald Reagan) y en venganza por el atentado contra Gadafi en Italia en 1980. En ambos casos murieron decenas de civiles. Ni Reagan ni los militares de la OTAN fueron juzgados nunca. Aún es tiempo, porque esos delitos no prescriben. Pero no creo que Occidente lo haga. ¿Usted quiere que yo condene el ojo por ojo? ¿De qué serviría? No es mi tema.
Usted tiene sus propios criterios para medir o juzgar a un gobierno. A usted le parece que se han de medir según permitan más o menos libertades. Yo prefiero una aproximación más integral. No había libertades públicas en Libia, como tampoco las hay en innúmeros países de la región y en el mundo. ¿Pero cree usted que, por ejemplo, la mantención del campo de concentración de Guantánamo justificaría la destrucción -de la manera en que Libia fue destruida- de Estados Unidos o de Francia o de Inglaterra? ¿O se refiere usted a otras libertades, como por ejemplo la libertad de apropiarse de los recursos naturales nacionales para privatizarlos y venderlos al extranjero para enriquecerse uno mismo? Esto último no entra en mi definición de libertad.
Los derechos civiles son otra cosa que los derechos humanos. No es una conspiración mía para enturbiar el asunto. Con su definición, todo es un derecho humano. Así, si un policía agrede a un manifestante es lo mismo que un ejército torture y ejecute sistemáticamente a todo un grupo de la población, digamos a los judíos, a los comunistas o a los gitanos. Con ese modo de ver las cosas, no llegaríamos a ninguna parte. Todos los países del mundo serían dictaduras, todos los presidentes dictadores, y todos malos: Gadafi sería lo mismo que Obama, Obama lo mismo que Hitler, Hitler lo mismo que Pinochet, y Pinochet lo mismo que el cabo Millacura, y el cabo Millacura lo mismo que mi sobrino Pepe que le pegó un puñetazo a un vecinito. Así no se llega a ninguna parte.

Saludos cordiales,
Amado de Mérici

25 de octubre

Estimado Jorge Andrés,

Personalmente, creo que la intervención en países es más urgente cuando se violan derechos humanos básicos (como el derecho a la integridad, a no ser víctimas de violencia, a no ser torturados ni mutilados) que cuando se violan derechos civiles (por ejemplo, cuando no hay elecciones democráticas, ni libertad de prensa o de expresión, ni de reunión, etc.) La distinción me parece fundamental. Si no, el Premio Nobel de la Paz podría decidir bombardearnos por el crimen que cometió el cabo Millacura, o, por qué no, por negarnos a derogar el sistema binominal, que usurpa la voluntad ciudadana y falsifica los resultados de las elecciones. Yo creo que torturar a prisioneros, sacarles los ojos y asesinarlos a golpes o con venenos como hacía el general Contreras no es lo mismo que no tener libertad de reunión. Es decir, no creo que por el hecho de que un país no respete los derechos civiles, deba ser invadido y destruido. No me parecería que el Premio Nobel bombardee Santiago porque no somos una democracia. No me parecería bien que nos bombardeen porque en un incendio en una cárcel de mi país murieron más de ochenta reos. Imagine usted este escenario: si creemos en teorías conspirativas, el incendio de la cárcel de San Miguel fue provocado; si ocurrió, es porque lo ordenó el presidente Piñera mismo; y lo ordenó porque la mayoría de los reos eran evangélicos; por tanto, Piñera es un dictador que comete atroces y sistemáticas violaciones a los derechos humanos. ¿Qué le parece? Eso es una ciencia ficción enfermiza. ¿Y si fuese verdad y el presidente fuera un demente? Aun en ese caso, yo no admitiría que una potencia extranjera destruyera nuestras ciudades. Hay otras maneras más civilizadas, si usted quiere, de resolver los conflictos.

Saludos cordiales,

Amado de Mérici

26 de octubre

Estimado Florencio, agradezco sus respuestas pues son instancias para debatir e intercambiar apreciaciones. Hay varios elementos y distinciones en esta discusión que deben considerarse.

1) En primer lugar, la distinción entre un régimen democrático y una dictadura o régimen autoritario, no se establece en relación a si tal régimen comete o no, crímenes de lesa humanidad.

Un régimen se considera una dictadura por la existencia de una autocracia, sin separación real de poderes, falta de elecciones libres y competitivas para la transferencia pacífica del poder, falta de libertades civiles, políticas y económicas, la ausencia de la aplicación de justicia y derecho de manera independiente, etc. Cuando falta eso, es fácil que surjan atropellos a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad.

Incluso, un régimen democrático también puede -en cuanto que no es infalible- incurrir en delitos de lesa humanidad. Y generalmente lo hacen cuando llevan a cabo guerras “defensivas” o ahora “preventivas”, de manera externa.

Si se fija, nadie discute acá que las grandes potencias han pasado a llevar derechos humanos en distintos momentos y lugares, y lo siguen haciendo a costa de la vida de civiles inocentes. Lo que se discute es la pretensión de colocar a Gadafi como una especie de paladín contra tales actos, y de negar que fuera un dictador. Y la verdad es otra. Gadafi era un autócrata, muy ligado al poder Occidental.

Usted me dice que casi todas las denuncias corresponden al período de revuelta. Pero eso, no indica nada en realidad, porque uno podría pensar que es en ese momento cuando se abren espacios para denunciar al régimen.

De hecho, la muerte de los fundamentalistas en la cárcel, sin investigación y sanciones de por medio, indican que la aplicación del derecho era deficiente. Usted podría decir que eso también pasó en Chile. La diferencia es que la comisión que investigaría estaba a cargo ¡del hijo de Gadafi!

2) En segundo lugar, no veo por qué relaciona Guantánamo con la injerencia Occidental en Libia. Y tampoco porque recurre al muñeco de paja, al hablar de “la libertad de apropiarse los recursos naturales nacionales para privatizarlos y venderlos al extranjero para enriquecerse uno mismo”.

Guantánamo es un ejemplo de lo que le explique anteriormente, es una cárcel donde se cometen atropellos y ninguna potencia dice nada.

Pero otra cosa, es que un pueblo se alce contra quien los rigió por más de cuatro décadas de manera autocrática, que de hecho, se hizo rico a costa de los recursos naturales nacionales de Libia.

En cuanto a la libertad, la libertad es estar libre de coacción. Eso que usted llama libertad de apropiarse de recursos naturales, como se lleva a cabo hoy en día, no es libertad, es imperialismo, mercantilismo. Sustentado en el poder coactivo del Estado, ya sea para “privatizar” entregándole a los amigos el negocio, o para convertir los recursos en propiedad de un politburó, que luego transfiere su riqueza a los cercanos.

3) En tercer lugar, no hay derechos civiles sin respeto a los derechos humanos. Los derechos humanos no se definen ni establecen en base a cantidades, sino de manera individual.

Un policía sólo puede agredir a un manifestante, si este está in fraganti cometiendo un delito o un desacato. Sí lo hace de manera injustificada, debería tener el derecho de impugnar tal acto ante un tribunal, para que sancione dicho actuar. Si además, esa práctica se vuelve habitual en la policía, y los tribunales no dicen o no pueden hacer nada, el Estado estaría pasando a llevar un derecho civil, y humano finalmente.

Y claro, usted dice –con muñeco de paja de por medio- “Con ese modo de ver las cosas, no llegaríamos a ninguna parte. Todos los países del mundo serían dictaduras, todos los presidentes dictadores, y todos malos”.

Pero no –y quizás está es su complicación con ese modo de ver las cosas- todas los dictaduras serían malas, sean de derecha o izquierda.

Y ahí está el punto. Si usted divide entre derechos civiles y humanos, es fácil llegar a la falacia de que hay “dictaduras buenas o dictablandas”. O de decir “Yo creo que torturar a prisioneros, sacarles los ojos y asesinarlos a golpes o con venenos como hacía el general Contreras no es lo mismo que no tener libertad de reunión”.

Pero no. Una dictadura, se denomine como se denomine, no es buena. Es brutal.

En una democracia en cambio, se puede interponer recursos, los tribunales fallan en contra del poder ejecutivo o legislativo, o contra el actuar de las policías, etc. En una dictadura, quien investiga la muerte de unos presos, es el hijo del gobernante…o sea. Ni siquiera se puede denunciar.

En base a eso, su argumento de que “el Premio Nobel de la Paz podría decidir bombardearnos por el crimen que cometió el cabo Millacura, o, por qué no, por negarnos a derogar el sistema binominal”, es una falacia.

De hecho, nadie está diciendo que un país deba ser invadido por no respetar derechos civiles. Lo que digo es que no se puede pretender decir que un régimen es democrático cuando claramente es una autocracia.

Y no estoy de acuerdo con las intervenciones. Generalmente son de orden imperialista, ya sea para “imponer derechos civiles, o para mantener la revolución”.

Y no confunda cosas hablando de su sobrino que le pegó al vecinito. Hablamos del monopolio en el uso de la fuerza, y el uso de la coacción de manera organizada. Hablamos del Estado, y por tanto de los gobiernos que ejercen esa fuerza.

En una democracia, ese uso está al menos normado, se establecen límites, tanto para gobernantes como gobernados. En una autocracia eso es impensado.

Saludos

26 de octubre

Estimado Jorge Andrés,
Es usted el que dice que el régimen de Gadafi era una democracia, no yo. Le recuerdo que el título de mi investigación es ‘Gadafi, un Tirano Mártir’.
Dicho esto, no creo que sea posible describir el caso libio como una rebelión popular, porque no lo fue de ninguna manera. A menos que usted define las rebeliones populares como la destrucción de un país por potencias extranjeras.
Tengo los peores presentimientos sobre Libia: durante el ataque a Trípoli, y tras la ocupación, los llamados rebeldes (dirigidos por comandantes norteamericanos e ingleses) cometieron decenas de masacres de inmigrantes subsaharianos. Hoy nos enteramos que los rebeldes han empezado a masacrar a los sospechosos de simpatía con el régimen de Gadafi (más de 300 asesinatos en un día) y que el propio Gadafi fue asesinado tras ser torturado. Estas conductas no las tolera y ni deja impunes un régimen que se pretende democrático. Eso se parece mucho más a una dictadura que a un proyecto de sociedad democrática.

Saludos,
Amado de Mérici

26 de octubre

Estimado Amado, no he dicho que el régimen de Gadafi sea una democracia o que lo que hay hoy en Libia lo sea. ¿Dónde lo digo?

Por otro lado, en cuanto a lo que dice del concepto de rebelión popular, entonces ninguna rebelión popular ha sido tal en los últimos 100 años, puesto que en todas han participado extranjeros, apoyándolas.

Creo que sigue mezclando argumentos, puesto que el actuar brutal de quienes se imponen en una revuelta es frecuente. No depende de quien les apoye. Así, ha ocurrido en muchos alzamientos populares, revoluciones, golpes de Estado, donde quienes se imponen asesinan brutalmente a los simpatizantes del régimen derrocado.

Por eso, cuando algo se impone por la fuerza, siempre surgen dictadura, no buenas ni malas, sino dictaduras brutales.

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No se justifica el interés público que exige la constitución, para mantener la concesión minera en Chile a empresas extranjeras. Su sola existencia es contraria al interés nacional
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#Economía

A 52 años de la Nacionalización de la Gran Minería del Cobre en Chile

1 Acabo de participar en la “Fourth Chilean Conference on Philosophy of Physics”/ IV Conferencia Chilena en Filosofía de la Física, del 11 al 13 de marzo de 2024. Lo escribo en inglés como fue publi ...
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#Cultura

Consideraciones iniciales de una filosofía de la física actual

Si por estas cosas curiosas de la vida, llegara a prosperar esta operación comercial, enfrente de la angosta vía local Camoens de Vitacura, se habrán reemplazado 6 viviendas ya demolidas por 7 oficinas, ...
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#Ciudad

En Chile ''los de arriba'' mandan a todo evento

La segregación social y la desigualdad económica exagerada destruye democracias y sociedades y aumenta la delincuencia. Una solución que considerar para construir sociedades prosperas y justas, es limita ...
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#Sociedad

Cuando el Estado está ausente, la delincuencia se hace presente