Aquí en Europa, muchos esclavos fueron forzados a construir grandes edificios y monumentos. Hermosas estructuras que hoy turistas de todo el mundo vienen a visitar, pero que parecen no reflexionar que en sus muros, se encuentra el sudor y la sangre de los hombres cuya vida les fue arrancada en función del progreso europeo. Hoy, los hijos de los hijos de aquellos que fueron esclavizados o colonizados, emprenden nuevamente el viaje hacia Europa. Esta vez, no a punta de la espada, sino del hambre y el terror de las guerras, que muchas veces son financiadas por los mismos países europeos. Dejan sus tierras y vienen con sus hijos en busca de esperanza, de vida. Sin embargo, el continente que alguna vez los conquistó, los recibe hoy con indiferencia, cárcel y muerte.
Entre 1650 y 1860 fueron secuestrados desde sus hogares en África más de 10 millones de hombres y mujeres para ser utilizados como esclavos. Muchos de ellos fueros traídos a Europa. En los siglos XIX y XX, franceses, italianos y británicos se establecieron en Somalía. En 1890 Italia coloniza Eritrea. Los países europeos conquistaron las tierras de África y América con la espada en la mano derecha y la cruz en la izquierda.
Aquí en Europa, muchos esclavos fueron forzados a construir grandes edificios y monumentos. Hermosas estructuras que hoy turistas de todo el mundo vienen a visitar, pero que parecen no reflexionar que en sus muros se encuentra el sudor y la sangre de los hombres cuya vida les fue arrancada en función del progreso europeo. Hoy, los hijos de los hijos de aquellos que fueron esclavizados o colonizados, emprenden nuevamente el viaje hacia Europa. Esta vez, no a punta de la espada, sino del hambre y el terror de las guerras, que muchas veces son financiadas por los mismos países europeos. Dejan sus tierras y vienen con sus hijos en busca de esperanza, de vida. Sin embargo, el continente que alguna vez los conquistó, los recibe hoy con indiferencia, cárcel y muerte.
518 personas provenientes de Somalía y Eritrea, entre ellos mujeres y niños, viajaban en el barco que naufragó y llegó a las costas de Lampedusa. 155 han sobrevivido, 181 cadáveres han sido hasta ahora encontrados. Más de 250 yacen en el fondo del mar. Junto con ellos, desaparecen las esperanzas de vida. Muere ahí el derecho de todo hombre no solo a sobrevivir, sino que a vivir con dignidad.
Mientras tanto, Bruselas dice que es responsabilidad de los países los problemas de inmigración y no de la Unión Europea, como si el sentido de la Unión Europea se agotara en la economía y el progreso, pero no en el valor de la vida y el sentido de la sociedad que se pretende construir.
En Italia existe una ley que prohíbe ayudar a los inmigrantes que intentan llegar nuevamente a Europa. En España y Francia se construyen cárceles especiales para los inmigrantes. En el Reino Unido, Alemania y el resto de Europa prefieren taparse los ojos y hablar de la economía y el progreso.
Este es nuestro mundo, donde levantamos leyes que prohíben a los seres humanos a actuar como seres humanos, a los hombres a comportarse como hombres, donde es un delito aspirar a la vida, la libertad, la dignidad. Esta es Europa, que considera que el valor de la vida no es un derecho inalienable a todos los seres humanos, sino sólo a algunos según su nacionalidad, que recibe a los inmigrantes con indiferencia y los deja morir sin compasión.
Mientras tanto, aquellos a los que sí se nos reconocen estos valores, dormimos profundamente en la Europa del progreso, cuna del arte y la cultura, símbolo del desarrollo. El progreso a costa de otros nos ha transformado en durmientes y mientras soñamos, los ideales de vida, libertad y dignidad yacen en el fondo del mar o en las cárceles europeas.
Comentarios
08 de octubre
La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 no fue hecha para los inmigrantes en general, fue hecha para los europeos que emigraban y nada mas. Esa fue la respuesta que recibieron varias organizaciones de inmigrantes cuando se debatio en España sobre las denegaciones de asilo. Y lo mismo pasa en Belgica, en Francia… Es la respuesta de muchos gobiernos europeos. O sea, chillan como histericos cuando le pasa algo a un europeo en el extranjero, pero no dudan un segundo en matar a los que migran a Europa, porque lo que esta pasando en el Mediterraneo es eso, asesinatos de personas, simplemente porque Europa ya no las necesita.
Una realidad que muy pocas personas realmente quieren ver.
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