Las empresas transnacionales existieron aisladamente desde el siglo XVI. Tal vez en aquella época la más ostensible haya sido la Compañía Británica de las Indias Orientales. Con el tiempo irían apareciendo otras de similares características de la mano del capitalismo moderno.
En el siglo XX, luego de la Segunda Guerra Mundial, las multinacionales se desarrollaron exponencialmente, y mientras que entre 1960 y 1980 fueron señaladas como explotadoras de recursos naturales y humanos, desde 1990 en adelante pasaron a ser promotoras del bienestar y desarrollo especialmente en los países periféricos. (Gullo,2018)
Este tipo de sociedades comerciales, tienen su sede social o casa central en el país en el que fueron fundadas, pero sus filiales se extienden por todo el planeta. En las mismas se realizan actividades mercantiles de compra y venta, así como también las tareas de producción, pudiendo mudar dichas plantas industriales al país que más les convenga, financieramente hablando. Las fusiones y alianzas entre ellas les permiten alcanzar un enorme poder e influencia en la economía mundial.En su permanente expansión difunden criterios económicos, lineamientos políticos y valores culturales que terminan forjando patrones sociales
La dinámica y actividades de este tipo de firmas son bastante complejas, pero alcanza con saber que conciben al mundo como su mercado potencial, piensan la economía globalmente, y su administración central junto a la elaboración de estrategias, se llevan a cabo en sus países de origen sin influencia de sus sucursales. Por lo general, los grandes beneficios económicos los absorbe mayoritariamente la casa matriz, mientras que las consecuencias de las pérdidas monetarias se trasladan fundamentalmente a los países donde están instaladas las filiales.
Estas corporaciones son, hoy por hoy, el principal vector catalizador de la globalización, toda vez que en su permanente expansión difunden criterios económicos, lineamientos políticos y valores culturales que terminan forjando patrones sociales, en especial en los países donde instalan sus bases de operaciones transitorias. Al inmiscuirse en las esferas políticas de dichas naciones, atentan contra sus propias soberanías. Por lo tanto, estas compañías pueden ser consideradas como verdaderas diplomacias paralelas y privadas. (Gullo,2018)
Algunos de los casos más paradigmáticos de dicha influencia política sobre los gobiernos de los países en que se encuentran sus sedes, lo representa, por ejemplo, las acciones coercitivas desarrolladas por la International Telephone & Telegaph (ITT), durante el ascenso y la caída del régimen democrático de la Unidad Popular en Chile, en 1970. Inicialmente, dicha compañía intentó evitar el acceso al poder del mandatario Salvador Allende. Fracasada esta estrategia, desarrolló otra más fuerte tendiente a su derrocamiento, sugiriendo en las altas esferas gubernamentales de EE.UU. un plan de estrangulamiento económico y sabotaje diplomático hacia aquella nación. (Selser,1974)
Otro caso que evidencia el delictivo accionar de esas corporaciones transnacionales, es el acontecido en Guatemala a comienzos de la década del 50. Por aquel entonces, el militar y político Jacobo Arbenz asumió el poder y se propuso transformar su país, hasta ese entonces sumido en la miseria y el atraso. La medida de gobierno más importante fue promulgar la reforma agraria, lo cual afectó enormemente los intereses de la empresa bananera United Fruit Company (UFCO), ya que la misma mantenía sin cultivar la mayor parte de sus 220 mil hectáreas de tierras y de ese modo le terminaron expropiando el 64 % de las mismas. En 1954 la CIA, con el patrocinio de la UFCO, organizó y dirigió la operación Washtub que culminó con el derrocamiento de Arbenz. (Galeano, 2007)
Hay otros casos como el de Chevron en Ecuador, Shell y Standard Oil en la guerra del Chaco (entre Paraguay y Bolivia), Dow Chemical en India, Barrick Gold en Argentina, DeBeers en la guerra de Sierra Leona, DuPont en Cuba, Pfizer en Nigeria, Botnia en Uruguay, Nike en Vietnam, Wall-Mart en la isla Saipán, Reebok en Pakistán, Trinitech International en el Congo, Nestlé en Costa de Marfil y Monsanto en India, entre muchos más.
Es evidente que en el concierto de las relaciones internacionales, las empresas transnacionales son actores de suma importancia ya que planifican e impulsan la arquitectura económica y social de las áreas donde operan, organizan las fuerzas laborales a su antojo, controlan arbitrariamente los flujos financieros en combinación con los grandes bancos e influyen en la política interior de muchísimos países conforme a sus propios intereses. (Salbuchi,2001)
Bibliografía
-Gaelano, Eduardo (2007), “Las venas abiertas de América Latina”. Buenos Aires, Catálogos.
-Gullo, Marcelo (2018), “Relaciones Internacionales: una teoría crítica desde la periferia sudamericana”. Buenos Aires, Biblos.
-Salbuchi, Adrian (2001), “El cerebro del mundo: la cara oculta de la globalización”. Córdoba, El Copista.
-Selser, Gregorio (1974), “Una empresa multinacional: La ITT en los Estados Unidos y en Chile”. Buenos Aires, Granica.
Comentarios
30 de septiembre
Es muy interesante este tema y queria saber que papel juegan los bancos y el estado(si me pueden contestar o ya hay un articulo al respecto),tengo entendido que las empresas cada vez tienen mas poder,que muchas marcas que parecen dar variabilidad al mercado son en realidad de unas pocas multinacionales,el estado juega para su propio beneficio pero ha perdido poder y los bancos igualmente buscan sus propios beneficios y primero sale efactado el pueblo antes que los tres poderes antes mencionados,lo ha demostrado la crisis del 2008.Me gustaria que tocaran mas el tema para profundizar y entender mejor la sociedad si es posible y de ante mano gracias por el buen contenido que hacen publico,saludos.
0