Israel ha perdido cualquier estatura moral en el conflicto, pues ha sido derrotado por su propia brutalidad. Una cosa es tener una razón que justifique ir a la guerra, pero otra es deducir de ello una razón adicional para cometer crímenes durante esa guerra.
Luego ya de un mes de ofensiva terrestre en la Franja de Gaza, el ejército más sofisticado del medio oriente, ha provocado la muerte de más de mil setecientos seres humanos ajenos al conflicto. Adicionalmente, según acaba de informar la ONU, un cuarto de esas víctimas son niños.
¿Cómo se puede explicar este resultado tan devastador? Aparentemente existe solo un razonamiento a disposición. Si el ejército de Israel demostró desde el comienzo adolecer de capacidad forense como para liquidar un combatiente palestino, sin junto con ello asesinar colateralmente cuatro civiles gazatíes, entonces necesariamente ha asumido y aceptado desde un principio la premisa patente de que su ofensiva iba a significar inevitablemente la vida de una inmensa cantidad de gente inocente, y en una proporción desoladora, niños.
Pero sucede que los niños no votan, no marchan, no saben nada de propaganda política, no instigan a los dóciles, no sesionan en parlamentos de guerra, ni despiden a sus soldados con una bendición por la mañana. Ellos sólo mueren. Durmiendo por la noche junto a sus padres en refugios inermes de la ONU, mueren de un bombazo, desprovistos de toda dignidad humana.
Es por esto que Israel ha perdido cualquier estatura moral en el conflicto, pues ha sido derrotado por su propia brutalidad. Una cosa es tener una razón que justifique ir a la guerra, pero otra es deducir de ello una razón adicional para cometer crímenes durante esa guerra.Crímenes que ofenden a la humanidad entera. Esta distinción elemental, propia del discurso de la ética aplicada a los conflictos bélicos, ha sido completamente socavada desde ese bando. El mero “no pretender” las muertes civiles, excusándose en la teoría especiosa de los “escudos humanos”, no constituye una posición que pueda ser vindicada por la condena que hacen los mismos israelíes al terrorismo de Hamás.
Mientras Netanyahu insiste en volver a la norma del desprecio institucionalizado por la vida palestina, en Washington, donde cuelgan las llaves de la redención política de toda una etnia, esperan con virtudes teologales que la terapia de la guerra logre curar definitivamente el malestar, deshaciéndose del paciente.
Comentarios
11 de agosto
Los crímenes de Israel son la vergüenza del mundo.
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26 de agosto
Israel intenta desplazar y hasta exterminar a los palestinos que no acepten «integrarse» como ciudadanos de cuarta categoría al régimen sionista que los oprime brutalmente. Entonces, no es aceptable que por ingenuidad u oportunismo, pecando incluso de democráticos u objetivos, algunos pretendan mostrarse como neutrales en un conflicto donde no podemos serlo. ¿Porqué no corresponde buscar un equilibrio? Ocurre que la relación de fuerzas es tan dispar que ni siquiera estamos ante una guerra sino más bien frente a un genocidio donde las primeras víctimas son los niños, esos que como nos dice el autor de esta artículo no pueden defenderse porque atraviesan su más tierna edad, porque por lo mismo no votan, no marchan, no conocen de propaganda o de mercadotecnia ni despiden a sus soldados cuando se van al frente de batalla. Los niños solo son víctimas y mueren como tales.
Por último, si tuviéramos que preguntarnos porqué Estados Unidos continúa financiando al gobierno de Netanyahu a pesar de conocer la doctrina militar del sionismo que busca adueñarse de la Palestina histórica en su totalidad, no nos queda más que reafirmar que el imperio lo hace porque el sionismo es su principal aliado en Oriente Medio y porque en ese sentido comparte plenamente sus objetivos, sus valores y una visión del mundo tremendamente fundamentalista, donde la vida del hombre no vale nada cuando ésta se interpone a sus intereses geopolíticos, aunque sean niños. Por eso no podemos ser neutrales: estamos ante crímenes de lesa humanidad y de una buena vez la comunidad internacional debiera actuar en consecuencia aunque nunca lo haya hecho ni en este ni en ningún otro conflicto.
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22 de julio
Mi querida amigaLos sue os solo se cuelpmn cuando a las 2 de la ma ana una mujer me dice «de acuerdo». El resto es simple utopia o descarnada realidad.Siempre suyoUn completo gilipollas
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