Como votantes, podríamos exigir que los candidatos se alineen a posturas a favor de la diversidad sexual, a través de propuestas que vayan más allá del matrimonio igualitario, en el marco del ejercicio pleno de los derechos internacionales. Ello, ya que el matrimonio entre parejas del mismo sexo a ratos se considera el idilio simbólico en los derechos de la diversidad sexual.
Porque el agua desbordó el rio, porque el licor rebaso la alcántara, porque el tiempo se nos hizo chico. Los derechos ciudadanos de la diversidad sexual, no pueden esperar más. Estamos entrando en una nueva era humana, una fase distinta de exploración psicológica y tecnológica. Triunfan en el mundo los discursos de la sustentabilidad, la paz, los derechos y el futuro. Cada día es más impopular no estar a favor de la rueda del destino.
No es una moral social apta para los privilegiados lo que alcanza la victoria, sino las reflexiones éticas del auto-cuidado, el espacio para sí mismo, el respeto por el otro y la interacción social fraterna.
La diversidad sexual es hoy menos una cultura reactiva a lo heteronormativo y más una simbología de alternativas de futuro. La diversidad sexual representa hoy el triunfo de la razón y el presente de la lucha que emana del espíritu y del acierto.
Quienes abogamos en esta pacifica lucha, esperamos con escaso optimismo que los privilegiados que ostentan el poder, comprendan no mínimamente, sino que óptimamente, qué significa la discriminación, el prejuicio, el estereotipo y el rechazo del que somos víctimas. Porque sí, somos las victimas de siglos y siglos de odiosidad. Torturas, muertes, insultos, son algunos pequeños descriptivos que sinceran lo que hemos padecido.
El presente año, los monopolios de los discursos los tendrán aquellos que tienen oportunidades de acceder al poder, hay elecciones. Es aquí, donde la comunidad de gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales, adquiere relevancia, pues votamos. Más especialmente cuando después de la trágica muerte de Daniel Zamudio, el movimiento de la diversidad ha adquirido mayor visibilidad.
Como votantes, podríamos exigir que los candidatos se alineen a posturas a favor de la diversidad sexual, a través de propuestas que vayan más allá del matrimonio igualitario, en el marco del ejercicio pleno de los derechos internacionales. Ello, ya que el matrimonio entre parejas del mismo sexo a ratos se considera el idilio simbólico en los derechos de la diversidad sexual. Cuestión que perfectamente puede nublar nuestras mentes, y posponer materias igual de fundamentales, como la identidad de género, la educación sexual y las enfermedades de trasmisión sexual.
Más allá de ser votantes, somos ciudadanos y antes seres humanos, cuestión no menor, pues la ciencia jurídica nos reconoce derechos intrínsecos, inalienables e intransferibles.
“Porque yo pago los mismos impuestos que tú”. Tal, típico argumento posmoderno que intenta legitimar los derechos de la comunidad GLBTI. Mal ejercicio teórico y reflexivo decimos desde aquí. Porque no se trata de “como yo doy, merezco también lo mismo”. Y tampoco se trata de reducir la defensa a la constitucionalidad de la igualdad legal. Otro típico argumento de carácter posmoderno, en este caso de carácter jurídico.
¿De qué se trata, entonces? Es el tercer ojo abierto, es el mundo que va en esa dirección y esa dirección nos traerá paz y justicia social. Es la dirección de la felicidad delos seres humanos. ¿Y después de la felicidad? Después nada, porque la felicidad es lo último, dirían los filósofos griegos. Es entonces, una cuestión de carácter filosófica y la filosofía, se preocupa de lo trascendental y con eso nos debería bastar. Y lo trascendental, va inevitablemente hacia el futuro, más allá del frágil tiempo presente. Vanguardia pura.
Cruzar las barreras del pudor, instalar una mirada, desafiarnos de verdad a nosotros mismos. Los candidatos a cargos políticos buscan acceder al poder y su consiguiente monopolio de la violencia; esperan así realizar las modificaciones que el país requiere, ¿y antes? Pues antes a los candidatos solo los dominan los discursos, el palabrerío, la retórica y muchas veces el silencio.
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Comentarios
28 de marzo
Interesante artículo. Felicitaciones a los activistas de ACCIONGAY.
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