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#8M Hacer visible lo invisible

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El Día Internacional de la Mujer Trabajadora del 2021 nos encuentra aún viviendo una pandemia y nos convoca, en este marco, al reconocimiento del liderazgo de las mujeres y los esfuerzos que hacen para llevar a sus comunidades y organizaciones hacia un futuro igualitario en un contexto de crisis sanitaria, económica y social.

Hemos avanzado mucho desde la huelga de las trabajadoras textiles de 1908 en Chicago y Nueva York, en la que protestaron por las penosas condiciones de trabajo y de la Conferencia de Copenhagen, en 1911, donde Clara Zetkin propuso esta conmemoración internacional.

Gracias a la determinación y capacidad visionaria de muchas mujeres en la historia de la humanidad en distintos tiempos y culturas hoy, en la mayoría de los países, tenemos derecho a votar, a estudiar, a trabajar, a emprender, a viajar solas, a decidir libremente nuestro estado civil y a planificar nuestras familias, entre otros derechos civiles, sociales y políticos.

Atrás han quedado las restricciones legales que nos prohibían contraer matrimonio inmediatamente después de divorciarnos o las normas de esos códigos en las cuales se nos describía como incapaces de comprender los asuntos públicos y estábamos en el mismo nivel que los bienes muebles.

Las mujeres nos encontramos en la primera línea de la crisis del Covid-19 como trabajadoras de la salud, cuidadoras, innovadoras y organizadoras comunitarias. También hay mujeres entre los líderes nacionales más ejemplares y eficaces en la lucha contra la pandemia.

No obstante, el camino aún es largo y nos requiere alertas y en movimiento. La crisis ha puesto de relieve tanto la importancia fundamental de las contribuciones de las mujeres, así como el impacto negativo del desigual reparto de la carga doméstica, el aumento de la violencia machista – en crueldad y recurrencia – y la obstinada invisibilidad que aún cubre nuestros aportes y experiencias.

Este 8 de Marzo propongo dejar de lado nuestras divergencias y unirnos para conmemorar la historia de nuestra lucha como género y manifestarnos por lo que aún nos indigna. Les invito a hacer visible lo invisible, a nombrar lo que nos duele y lo que nos restaura la esperanza, porque lo que se comparte, existe. Por ejemplo, podemos comenzar con:

Nombrar a Ariana, Bartolita, Pamela, Brenda, Mariana, Yorka, Herlin, Stefanía, Kimberly y Damaris, víctimas de feminicidio en lo que va del 2021 en Chile, cuyos nombres se añaden a la lista macabra de las muertes por violencia machista que suma y sigue sin parar a lo largo de nuestro continente.

Promover la lucha de las defensoras de derechos en todos los ámbitos. Las que se la juegan contra la precarización de la vida que implican las guerras, el racismo, la trata de personas, el narcotráfico, la violencia sexual, la depredación del medio ambiente o la contaminación del agua.

El 8 de Marzo es una jornada de solidaridad y memoria que fortalece nuestro poder para cambiar la narrativa, desafiar el status quo y sacudir las cosas.

Construir memoria sobre el rol que nuestras ancestras tuvieron en forjarnos como mujeres. Las mujeres de la historia y de nuestra propia historia, cuya sabiduría nos acompaña y fortalece.

Reconocer a las mujeres que se organizan en barrios y territorios para movilizar personas y recursos a través de la Olla Común en tiempos de Covid-19, cuyo accionar es indispensable para sostener nuestras comunidades.

Dar espacio a las voces de las mujeres discapacitadas, aquellas que viven con problemas de salud mental y las de grupos históricamente marginalizados. Ellas tienen un lugar en todas las instancias de decisión. No son meras beneficiarias de nuestros activismos y políticas, sino sujetas políticas y ciudadanas diversamente iguales.

Valorar lo que las mujeres de nuestra vida nos entregan día a día. El apoyo cotidiano que recibimos de nuestras amigas, hermanas, colegas e hijas, lo que nos enseñan  sobre ellas y nosotras mismas.

El 8 de Marzo es una jornada de  solidaridad y memoria que fortalece nuestro poder para cambiar la narrativa, desafiar el status quo y sacudir las cosas. Las mujeres somos motores inamovibles de los cambios sociales.

Hagamos visible lo invisible, para que nuestras acciones y experiencias se conozcan y aporten a la creación de un legado que inspire a los pueblos a soñar más, a aprender más, a hacer más en pro de sociedades inclusivas, a buscar la igualdad como un requisito del buen vivir y la realización personal a través del bien colectivo.

Todas las Mujeres. Todos los Derechos. Todos los Días

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Vanessa Rivera de la Fuente

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1 Comentario

Rodrigo

Vanessa, te recuerdo que si hay mujeres en la primera linea de la salud, tambien hay hombres, o no los hay? Te lo pregunto, porque al parecer todo indica que asumes que no porque no aparecen en tu discurso. Solo se leee mujeres, mujeres, mujeres. No han muerto doctores, enfermeros, etc. En los hospitales no trabajan hombres. Puras mujeres. Si se trata de esto, como claramente se desprende de tus propias palabras, lo unico que vale la pena hacer VISIBLE es tu ESTUPIDEZ.

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