La principal causa del Cambio Climático es la emisión humana de carbono fósil a la atmósfera, pero la emisión de cada persona es diferente y es proporcional a su propio nivel de consumo e ingresos, por lo que todos sufrimos los daños de largo plazo iniciados principalmente por una minoría más rica.
Las emisiones de carbono fósil a la atmósfera nunca han sido castigadas y es por esta sola razón que los combustibles fósiles siguen reinando, continúa agudizandose el Cambio Climático y se hace más difícil la vida marina con la acidificación de las aguas.
Pero las malas noticias pueden empeorar, el deshielo de los polos toma un curso no lineal y hoy los científicos empiezan a visualizar un catastrófico aumento de varios metros en el nivel del mar entre fines de siglo y comienzos del próximo, junto con la eventual detención de la circulación termohalina en los océanos polares.
La Ciencia ha demostrado que esta vez y por causas humanas, el planeta se acerca a la certeza de repetir un evento de extinción masiva de sus formas de vida, por lo que en algún momento los congresistas norteamericanos se verán obligados a reconocer la ciencia, la cual se opone a los intereses de corto plazo de sus respectivos auspiciadores económicos y finalmente, probablemente en forma tardía y desesperada, se iniciará una carrera por la des-carbonización global con aplicación de violentos castigos a los precios de los combustibles fósiles.
Es por esta razón que las economías que logren dejar atrás los combustibles fósiles en forma anticipada, gradual y con justicia social; sufrirán menos y estarán más blindadas, que aquellas que no realicen este esfuerzo con la necesaria previsión y visión de futuro.
La clave para dejar atrás los combustibles fósiles sin frenar la economía es aplicar un impuesto de aumento progresivo al contenido de carbono fósil de todos los combustibles en su primera facturación y devolver todo lo recaudado en partes iguales a todos los residentes legales.
Se trata de un impuesto de fácil recaudación, puesto que las empresas que importan y/o venden combustibles en Chile están acotadas y la devolución total e igualitaria también es simple, ya que la Tesorería General de la República tiene amplia experiencia en la devolución de excedentes de impuestos de primera categoría.
Un poco más compleja, pero necesaria, es la aplicación de este mismo impuesto a la Huella de Carbono de todas las importaciones y la devolución del mismo a todas las exportaciones destinadas a países que no aplican este gravamen.
La Huella de Carbono de cualquier producto o servicio importado se expresa en Kilos de CO2 equivalente y se obtiene al multiplicar el precio CIF en dólares del producto por la intensidad de carbono que registre la economía del país de procedencia, la cual es una variable que se expresa en Kilos de CO2 equivalente por dólar de PGB.
Ningún país ha pasado una ley de impuesto al carbono con recaudación neutral aún, pero en algún momento muchos tendrán la necesidad de hacerlo y es allí cuando Chile podría empezar a cosechar ventajas, porque el recambio tecnológico que se requiere a nivel global es gigantesco y el precio de la tecnología limpia y sustentable probablemente subirá cuando su oferta sea menor a la demanda.
Si Chile inicia su lucha por la independencia de los combustibles fósiles antes de que las economías desarrolladas lo hagan, Chile correrá con ventaja hacia su desarrollo económico y social sustentable
Además de las ventajas económicas, el Impuesto al Carbono con Recaudación Neutral impulsa un salto significativo en materia de desarrollo sustentable, de justicia social y de disminución de la brecha entre ricos y pobres.
Debido a que el Impuesto al Carbono castiga la Huella de Carbono de todos los productos y servicios junto con devolver equitativamente lo recaudado a todos los residentes legales; los individuos que consumen más carbono que el promedio asumen el costo y los que consumen menos carbono que el promedio, reciben el beneficio de una indemnización por daños futuros que es de mayor monto que el aumento de costo de vida que les genera el impuesto.
Como el 15% más rico de los chilenos emite lo mismo que el 85% restante, la gran mayoría de los chilenos resultará beneficiada con una indemnización por los permanentes daños futuros que gatilla el exceso de emisiones de la minoría más rica.
Las emisiones presentes de carbono fósil a la atmósfera incrementan cada vez más el agudo desbalance energético del planeta y dejan a las futuras generaciones impotentes frente a una situación cada vez más violenta y fuera de control, ya que la naturaleza demora miles de años en retirar el exceso de CO2 desde los océanos y de la atmósfera y reducir así su daño a la vida marina y terrestre.
A medida que el precio de los combustibles fósiles sube por ley en forma programada pero inexorable, las energías alternativas se hacen cada vez más competitivas, la balanza de pagos y la deuda externa se tornan más saludables y además, nuestros productos de exportación podrán competir mejor por llevar una menor Huella de Carbono.
La única forma de que los chilenos permitan la existencia de un impuesto que haga subir el precio de los combustibles fósiles en forma progresiva hasta niveles que obliguen una rápida transformación tecnológica en la infraestructura energética y de transporte del país, es que la recaudación de este impuesto sea devuelta total e igualitariamente entre todos los residentes y no sea utilizada para financiar gastos del fisco.
Si Chile inicia su lucha por la independencia de los combustibles fósiles antes de que las economías desarrolladas lo hagan, Chile correrá con ventaja hacia su desarrollo económico y social sustentable; esta es una oportunidad de partida anticipada que Chile no debería dejar pasar.
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ajforno
Ademas de los argumentos expuestos y a proposito de la actual discusion sobre las bajas pensiones, el impuesto neutral al carbono aumentaria significativamente y con total respaldo juridico y moral, los ingresos de todos los chilenos que mas lo necesitan, esto es, no solo los ingresos de los adultos mayores con pensiones pauperrimas, pero ademas, esto se realizaria con la incomparable ventaja de no representar un costo, sino que por el contrario, mayores ingresos para el fisco por la mayor actividad economica que genera el recambio tecnologico incentivado por el efecto del impuesto al carbono en toda la economia.