Asumiendo la utilidad del SIMCE para elegir escuela: ¿Qué escuela pueden elegir las familias provenientes de los sectores más pobres? Suponiendo que los dos puntos descritos no constituyen un problema, aparece la pregunta: ¿Pueden elegir las familias provenientes de los sectores más pobres una escuela usando el SIMCE? Y de ser así ¿Qué escuela pueden elegir?
Uno de los principales argumentos que se han utilizado en la discusión nacional en torno al SIMCE ha sido la idea de que contar con información del desempeño de la escuela es determinante en el proceso de elección. Así, mientras más y “mejor” información sea entregada a los padres, mejor será el resultado de la elección que éstos realicen. Este es también uno de los supuestos fundacionales de la racionalidad del modelo de mercado que argumenta que los consumidores toman mejores decisiones sobre los productos a consumir, dependiendo de la cantidad y calidad de información que manejen. Existen varios problemas de orden lógico e ideológico al plantear estos argumentos. Aquí discuto tres de ellos.
¿Eligen los padres una escuela usando los datos del SIMCE?
15 años tiene uno de los primeros estudios en Chile que argumentan que “clase social”, “status” y “movilidad social” son los ejes que modulan la elección de escuela que hacen los padres de clase media y alta. Ese estudio de McEwan y Carnoy (1998) señala que los antecedentes socioeconómicos de los otros padres eran más altamente valorados por las familias de clase alta. Elacqua, Schneider y Buckley en 2006 encontraron algo similar, apuntando que la clase social del alumnado es un factor clave en la elección de escuela que hacen las familias en Chile. Y esto es porque la elección de escuela es un proceso estrechamente ligado a la adquisición y mantención de credenciales sociales, las que, en un país tan desigual como el nuestro, adoptan un carácter crucial para la segregación socioeconómica. Los padres pertenecientes a estos grupos escogen una escuela, que real o simbólicamente, les permita ascender de escalafón social o mantener los privilegios de clase que ya tienen. Los datos que el SIMCE u otras mediciones estándar entregan no aparecen como relevantes. Por otro lado, los padres pertenecientes a niveles socioeconómicos bajos, no sopesan de igual forma la información proveniente de mediciones educativas (Elacqua 2004; Mizala & Romaguera, 2000; Mizala, Romaguera & Urquiola, 2007) y en general, privilegian la cercanía con los profesores, la percepción de seguridad y familiaridad, etc. (Córdoba, 2007; Mizala & Romaguera, 2000, Raczynski & Hernández, 2010). Ellos buscan un lugar cercano, donde sus hijos puedan estar seguros mientras ellos trabajan, y/o donde se les acepte y quiera.
¿SIMCE: indicador de la calidad educativa o del nivel de segregación de una escuela?
Un reportaje publicado en Septiembre de este año en el diario El Mercurio comentó los resultados de una encuesta realizada en Santiago a una muestra de padres acerca de los criterios considerados al momento de elegir escuela. El texto ensalza el valor que los padres dan al uso de la información de desempeño de la escuela y del SIMCE para elegir, sustentado en que un 62% de los padres pertenecientes al grupo “ABC1” aludió en primer lugar a la calidad académica de la escuela. De esta forma el documento asume, sin reparos, que los padres al mencionar calidad académica se están refiriendo al SIMCE. Esta interpretación, más que un error metodológico que iguala el instrumento de medición con aquello que pretende medir, debe entenderse como la expresión de la racionalidad de un discurso ideologizado que iguala SIMCE con calidad, anulando una visión más compleja y amplia de lo que entendemos por ésta. De hecho, podríamos afirmar que la relación SIMCE y calidad es al menos controversial, y más que calidad educativa el SIMCE es un ranking de clase social, un indicador para mapear la segregación socioeconómica, así mientras más bajo sea el ingreso familiar, más bajo es el resultado obtenido.
Asumiendo la utilidad del SIMCE para elegir escuela: ¿Qué escuela pueden elegir las familias provenientes de los sectores más pobres? Suponiendo que los dos puntos descritos no constituyen un problema, aparece la pregunta: ¿Pueden elegir las familias provenientes de los sectores más pobres una escuela usando el SIMCE? Y de ser así ¿Qué escuela pueden elegir?
La entrega de mapas con resultados SIMCE por establecimiento se inició el año 2010. Este mapa graficaba la distribución territorial de las escuelas (municipales, particular subvencionadas, y privadas) respecto a tres categorías de resultados SIMCE – en rojo, escuelas con prolongados resultados bajo el promedio nacional; en amarillo, escuelas cercanas al promedio y; en verde, escuelas con resultados sobre el promedio nacional-. Al mirar el mapa correspondiente a la comuna de La Pintana del año 2009, la frustración aparece de inmediato. De 38 escuelas en la comuna, 2 aparecen en verde y 20 en rojo. ¿Cómo se siente un papá o mamá de esta comuna ante las opiniones de ministros y expertos que siguen defendiendo la importancia del SIMCE para la elección de escuelas por parte de los padres? ¿A qué y en qué sirve concretamente este icónico instrumento llamado SIMCE?
La escasa o nula diversidad en la distribución de los resultados del SIMCE asociados al territorio ilustra el hecho de que las mediciones de aprendizaje en nuestro país (SIMCE, PSU) son fundamentalmente un reflejo de la estructura social, más allá de un indicador del “efecto escuela”, y por ende, aun cuando se cuente con información, esta no sirve si la elección por una escuela alternativa simplemente no es viable.
Si la información del SIMCE no es crítica para escoger escuela, restringe la noción de calidad educativa, únicamente da cuenta del nivel de segregación escolar, y no permite tomar decisiones, merece la pena y es más necesario preguntarse por qué el SIMCE ocupa el lugar que ocupa en nuestro sistema educativo y qué estamos dejando de mirar al centrarnos únicamente en completar el círculo de una hoja de respuesta.
* Entrada escrita de Romina Madrid Miranda. Estudiante de Doctorado Política Educativa y Liderazgo, Universidad de Minnesota.
Comentarios
18 de octubre
El comentario anterior me trae a la memoria una situacion personal vivida hace algunos años.Una niña excelente alumna en su colegio de origen postula a un establecimiento de excelencia y alta exigencia ,sin embargo , las pruebas de admisión le impiden el acceso a éste ya que obviamente las brechas de exigencia entre ambos eran infranquables.Muy angustiada frente a esta situacion y a la frustración de la pequeña ,la madre apela a su instinto y pide una cita con la dirección del colegio.En esa reunión exhibe frente a los directivos todo el acopio de diplomas , reconocimientos ,premios etc que la niña había adquirido y junto con eso les hace ver como una batería de pruebas es capaz sólo de medir conocimientos y obviando lo primordial en la formacion de una persona : habilidades sociales , personales , destrezas etc. que no se aprenden en ningún texto escrito. Como último intento desde el alma lanza un desafió : «Dejen a mi niña a prueba durante un trimestre y si no lo hicieren este colegio
perderá la posibilidade tener una alumna excepcional y fuera de serie»
La alumna finalmente fue admitida y antes del plazo solicitado se dio a conocer como una líder extraordinaria ,con alto compromiso .social ,con un espiritu solidario a toda prueba , ganándose la admiracion y respeto de toda la comunidad educativa del colegio Sagrado Corazón de Rancagua.
Esta niña hoy está becada en USA, escribe articulos y opina sobre educación , sobre la «validez» de las pruebas de medición de calidad,en especial las aplicadas en Chile y lo hace con amplio conocimiento de causa pues su experiencia de vida valida y respalda sus asertivos comentarios sobre el tema en cuestión.
No es necesario que todas las madres exhiban los trofeos ,cuadros de honor, premios etcde sus hijos al momento de acceder a un buen colegio , o ser sometidos a una medición standar ,pero sí ,se debiera valorar y validar todo lo concerniente al desarrollo del estudiante, en forma global diseñando instrumentos realizados con rigurosidad y que involucren al ser humano de forma integral equilibrando el SER ,el HACER y el CONOCER.
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