El pasado 11 de abril se llevó a cabo la primera manifestación del año en el ámbito educativo, donde salieron a la calle estudiantes y/o ciudadanos que se ven estremecidos por el actual sistema educativo, el cual presenta bastantes falencias y cuya calidad y universalidad educativa, es decir educación accesible para todas las personas, es sinónimo de gran inquietud tanto para los actuales estudiantes como para generaciones futuras. Asimismo, la erradicación del crédito CAE, el cual cada año perjudica la vida de jóvenes inexpertos con las sorpresivas deudas e impuestos que tendrán que pagar debido a su ignorancia sobre éste. Este problema se produce principalmente por la indiferencia de los gobiernos en la última década, con la poca presentación de resoluciones sobre los problemas concretos que llevamos luchando durante todo este tiempo.
«Si no existe conciencia por lo que se está luchando, no existirá un sentimiento real del porqué nos estamos uniendo todos en esta causa.»
Sin embargo, mi principal objetivo con esta columna es hacer un llamado a la ciudadanía y hacer notar algunas de sus falencias. Una de éstas es que las personas desarrollen un pensamiento crítico sobre su decisión por movilizarse, esto quiere decir, que se realice una evaluación propia sobre el conocimiento que se tiene sobre la movilización en la cual se participará, que aquella persona esté consciente de los problemas sociales que se desarrollan en nuestro contexto nacional, puesto que existiría una negligencia en el movimiento por parte de aquellos que no están conscientes al llamado de estas manifestaciones y que lo único que generaran es ridiculizar la lucha que viven todas las personas que participan. Digo esto porque si no existe conciencia por lo que se está luchando, no existirá un sentimiento real del porqué nos estamos uniendo todos en esta causa. Si vivimos en la indiferencia, nuestra sociedad seguirá permeable a este sistema con el cual la mayoría se siente disconforme y que no es representativa de la necesidad de nuestro país. Principalmente esa gente que no participara o que no es autocrítica no generará el progreso que todos queremos.
El segundo llamado es a que no permitamos que se ensucien nuestras propuestas en esta lucha, debemos ser capaces de demostrar que podemos vencer a través de la paz, no caigamos en la trampa de generar odio como simples víctimas de su burocracia, no caigamos en el juego de la violencia en el que ellos tienen más experiencia, ya que se han dedicado décadas a fomentar el odio y a la proviolencia. Demostrémosles que somos capaces de vencer con la organización democrática y que respondemos a necesidades globales y no a individualidades.
Además, quiero agregar que nosotros como ciudadanos somos capaces de entrar en razón y cuestionar nuestros asuntos, resolverlos a través de un consenso. Esto nos hacer ver y demostrar la superioridad ante entidades como las FFAA que solo acatan órdenes que vienen de sus superiores sin siquiera reflexionar sobre la violencia o los actos cometidos. Si queremos lograr un cambio, no caigamos en su juego y seamos capaces de revolucionar conscientemente. Ese es el peor miedo que tiene la élite, es decir, que nos demos cuenta de que unidos somos más influyentes en nuestra política y en nuestras vidas. No nos sometamos a las respuestas tentadoras que nos da el gobierno con el tema de la represión, demostremos que somos capaces de responder de una manera distinta y atacar al principal problema que es la gestión política chilena que no está respondiendo a los problemas del pueblo chileno.
Comentarios
29 de abril
Wea mala
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