Para lograr una educación de calidad, no hay duda de que los profesores son pieza clave. ¿Cuántos de nosotros no guardamos un recuerdo agradecido por ese “profe” que nos entusiasmó y nos ayudó a aprender?
Cuando se habla de fortalecer la Educación Pública, apostar por poner allí a los mejores profesores es un acierto. Pero se hace necesario tener esta visión para todo el sistema escolar, incluyendo a la educación particular subvencionada.
El proyecto de ley de Carrera Docente, que en estos momentos se discute en el parlamento, propone tener a las personas más talentosas ejerciendo la profesión docente para avanzar en asegurar un sistema escolar de calidad para todos los estudiantes de Chile.
Para este objetivo se sugieren una serie de medidas y un aumento de un 25% de la subvención, tanto para colegios municipales como para particulares subvencionados. No es poca plata y sería un derroche si no logramos los objetivos planteados en la ley. Por eso la gran pregunta es si las propuestas presentadas aseguran realmente mejores profesores para todos nuestros estudiantes.
Sin embargo, el proyecto no incluye a los profesores de los colegios particulares subvencionados, que representan el 57% de la matrícula nacional. De esta manera, se confía, ingenuamente, que cada sostenedor se hará cargo de tener procesos de evaluación y de perfeccionamiento rigurosos para sus profesores. Con esto, miles de docentes seguirán ejerciendo su profesión en las aulas, sin que estemos seguros de su talento para enseñar.
Cuando la ley no “amarra” que el aumento de la subvención que recibirán estos colegios se gaste en desarrollo docente, existe desde el Estado un principio de confianza de que los particulares subvencionados lo hacen bien. Ciertamente, muchos entregan un servicio de calidad, pero los datos nos indican que un aumento de este sector no garantiza calidad para el sistema escolar. Muchos de estos establecimientos han demostrado tener resultados deficientes, incluso peores que los municipales en los estratos socioeconómicos más bajos.
Una de las consecuencias más graves de no resguardar en qué gastarán los establecimientos particulares subvencionados su aumento de subvención es que lo hagan para expandir sus establecimientos en desmedro de la Educación Pública. En un escenario de caída de matrícula municipal, este proyecto podría incluso acelerar la desaparición de la Educación Pública y con ello la desaparición de la nueva Carrera Docente.
Algunos dicen que la Superintendencia de Educación y la Agencia de Calidad (próximas a operar) regularán estas deficiencias. Pero la cosa no es tan así. Legalmente, muchos de estos colegios son corporaciones con fines de lucro y pueden gastar los recursos de la subvención a su arbitrio, no necesariamente para el mejoramiento del aprendizaje de sus estudiantes. Bajo esta forma legal, la Superintendencia poco puede hacer para asegurar que estos recursos sean usados para fines pedagógicos, y no en autos y casas nuevas para los dueños de colegios.
Por su parte, la Agencia de Calidad establece en sus procesos un apoyo de 4 a 5 años antes de cerrar un colegio, por lo que el uso inefectivo de los nuevos recursos y su poco impacto en el aprendizaje sería sancionado a bastante largo plazo. Esto dejaría varias generaciones de estudiantes sin aprender lo que deberían.
Este proyecto podría ser un gran avance en mejorar la calidad del sistema escolar. Sin embargo, es necesario ampliarlo y reformularlo incluyendo al sector particular subvencionado y buscando mecanismos de control en el uso de la subvención. De lo contrario, no se podrá asegurar la calidad de los docentes en todo el sistema escolar y se pondrá en serio riesgo la Educación Pública.
Te invitamos a adherir a la campaña Educación Pública ¡Ahora!, firmando el manifiesto y difundiéndola en tus redes.
* Columna escrita por Mirentxu Anaya, Directora de Políticas Educativas de Educación 2020.
Comentarios
03 de mayo
Excelente archivo… a esto me refiero cuando digo que el dinero NO es la solución a todos los problemas, y que para que el sistema educativo funcione, tiene que funcionar sus tres ejes:
Funcionarios, Academicos y estudiantes.
SI uno de estos falla no importa lo que se haga, seguirá siendo ineficiente … esta es la causa que yo apoyo, de hecho, durante mi vida de los mas de 5 colegios que he estado, 2 han sido subvencionados y en ambos recibi el cariño de mis profesores y su dedicacion que hoy gracias a ellos estoy en la U.
Es momento de fiscalizar a los docentes para que los que realmente posean vocacion esten ahi para los proximas generaciones…
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18 de julio
Eu AMOW o VnF ! Faz pouco tempo que descobri, mas virou LEITURA OBRIGATd3RIA! Grae7as a essas mahloiarvsas pe1ginas eu andei comprando um «arsenal» de beaute9 acessedvel aos meus bolsos e que ne3o me fazem querer morrer de remorso quando chega a famigerada faturado carte3o! Parabe9ns mesmo meninas lindas!BeijokasJfa
03 de mayo
Para evitar el despilfarro en la educación particular subvencionada, los colegios particulares subvencionados deberían convertirse en corporaciones (personas jurídicas sin fines de lucro), fiscalizadas exhaustivamente por la Superintendencia.
Una ley debería obligar a dichas instituciones a modificar su personalidad jurídica, a cambio de seguir recibiendo aportes estatales.
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17 de julio
Las palabras de tu amigo, que ignaimo quien es, le vienen demasiado grandes, pero ya sabes lo que pienso. Te quiero un montf3n y te apoyare9 en lo que haga falta, pero vigila con lo que quema, por que a veces pareces un poco pirf3mana Y te lo digo desde el carif1o, y lo sabes.:***