Es preciso desestabilizar la educación tradicional colonial hegemónica a través de las políticas educativas que imponen curriculum en Latinoamérica y en especial en Chile la visión eurocéntrica, necesitamos instalar otras pedagogías decoloniales que reconozcan la pluralidad y diversidad cultural de formas de vivir, estar, ser, pensar de nuestros estudiantes, para no incurrir en acciones excluyentes cotidianas en las que subyace la colonialidad en sus planes curriculares.
La educación es la estrategia oculta de la colonialidad por antonomasia, de modo tal se sigue consolidando y a veces con las mejores intenciones como son las campañas intensivas de inclusión, alfabetización el funcionamiento de la matriz colonial en la formación de los imaginarios, entendiendo por estos las maneras de percibir y comprender el mundo propio de cada cultura, siempre conflictivas y contradictoria. (Palermo, 2014, p. 45)
Decolonizar la educación significa, reconocer que la diversidad cultural en Latinoamérica es una polifonía multiderversa de saberes, sentires desde sus territorios situados y reales a través de la multiplicidad de pueblos tales como: indígenas, campesinos, afros o sordos, inmigrantes y muchos otros insertos en esta sociedad del siglo XXI. La decolonialidad de la educación se logra en la misma medida en que se reconoce la validez e importancia de los saberes “otros” o ecologías de saberes de estas culturas no oficializadas por la matriz colonial.La implementación de las pedagógicas decoloniales, se debe hacer con la intencionalidad de configurar un pensamiento decolonial y, a su vez, estas pedagogías exige que los profesores desarrollemos nuestro pensamiento desde los bordes y la frontera.
La pedagogía occidental no ha reconocido las diferencias entre los pueblos, por cuanto su intención formativa es homogeneizar y estandarizar, de ahí que sea una pedagogía colonizante. Frente a la diversidad/ diferencia/lo otro/lo distinto/lo heterogéneo, la respuesta fue hacer que todo se parezca al modelo europeo colonial (Palermo, 2014).
Ahora bien, para pensar una pedagogía “otra” -no otra pedagogía- es necesario retar, desafiar, afrontar, hacer frente abiertamente y resistir las diversas colonialidades que limitan nuestra existencia cotidiana: la colonialidad del saber, del poder, del ser y del vivir.
De esta manera, el pensamiento desde el Sur se configura como un “saber localizado” (Walsh, 2009).
Esta colonialidad epistémica y epistemológica ha operado de manera silenciosa y exitosa no solo en los sistemas educativos sino en las teorías pedagógicas, negando otras formas ancestrales, diversas, singulares y/o emergentes de configuración de conocimiento, simplemente por no ser europeas, norteamericanas, blancas, patriarcales y/o “científicas” (desde la epistemología cartesiana-newtoniana).
Lo anterior nos lleva a problematizar la episteme de la razón universal, debemos cuestionar la idea de una verdad global, estableciendo las bases para la configuración de otras racionalidades, verdades “otras” que desafíen y enfrenten el caos ecológico (ambiental, espiritual, humano y social) que vivimos cotidianamente. Esto permite configurar nuevas maneras de convivir. El vivir determina el pensar y no al revés como nos lo hace ver la epistemología eurocéntrica. Esto apunta a una epistemología, pedagogía y razón decoloniales. (Walsh, 2008) de esta manera, la colonialidad desde la decolonial deben ser abordadas por pedagogías “otras” desde el Sur.
Todos los seres humanos que actualmente vivimos en este ámbito convulsionado estamos configurados por el discurso de la colonialidad en todas sus dimensiones: saber, poder, ser, vivir. De ahí que sea necesario reflexionar desde un lugar “otro”, es imperiosa la necesidad de reflexionar desde la exterioridad de la episteme eurocéntrica (Palermo, 2014), para poder generar una pedagogía decolonial que haga frente al pensamiento único y universal, pero ¿cómo?
Recordemos que en el oprimido se oculta también un opresor. “El gran problema radica en cómo podrán los oprimidos, como seres duales, inauténticos, que “alojan” al opresor en sí, participar de la elaboración de la pedagogía para su liberación. Solo en la medida en que se descubran “alojando” al opresor podrán contribuir a la construcción de su pedagogía liberadora” (Freire, 2012, p. 42).
El aprendizaje decolonial es un imperativo desde el Abya-Yala debemos reconfigurar el perfil del profesor colonial, delineando las características desde la formación decolonial, proponer un modelo pedagógico decolonizante, que resignifique el rol del estudiante decolonizado, el rol del profesor decolonizante y reconfigurar la decolonialidad de la epistemología, la metodología de la investigación, la educación, formación, enseñanza, aprendizaje, pedagogía, currículo, didáctica, en fin, es un imperativo decolonizar mente humana, pensamiento, lenguaje, y vida.
Como se aprecia, son inmensos los desafíos que tenemos, el reto de decolonizar la pedagogía, el currículo y la didáctica implica decolonizar la epistemología y la metodología de la investigación eurocéntrica.
Finalmente, la implementación de las pedagógicas decoloniales, se debe hacer con la intencionalidad de configurar un pensamiento decolonial y, a su vez, estas pedagogías exige que los profesores desarrollemos nuestro pensamiento desde los bordes y la frontera, de ahí que una condición sine cuanon para el despliegue de pedagógicas decoloniales es precisamente el desarrollo de un pensamiento fronterizo y un posicionamiento sustentado en la opción decolonial, de ahí que las configuraciones pedagógicas, curriculares y didácticas no pueden ser universales sino diversas, plurales y pluri-versales en nuestro continente latinoamericano.
Referencias.
Freire, P. (1970) Pedagogía del Oprimido. Siglo XXI.
Palermo, Z. (comp.) (2014) Para una pedagogía decolonial. Del Signo.
Walsh, C. (2008) “Interculturalidad Crítica/ pedagogía decolonial”. En: Diversidad, Interculturalidad y construcción de ciudad. Universidad Pedagógica Nacional. Pp.44-63.
Walsh, C. (2009) Interculturalidad, Estado, Sociedad. Luchas (de) coloniales de nuestra época. Abya – Yala
Comentarios
16 de abril
Es necesario descubrir y despertar la interioridad de educadores y educandos para trascender la mirada colonial que mantiene encadenados a las personas. Hacer suyo el mito de la caverna de Platón. Salir a la luz y sentirse iluminados por una nueva forma de pensar, sentir y asombrarse de es otra realidad que permanece oculta. Un artículo interesante de Luis Pincheira que nos hace reflexionar sobre nuestra vida en un sistema patriarcal pero que puede transformarse si tomamos consciencia de ello.
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