Uno de los problemas que plantea el proyecto de “Carrera Docente” presentado por el gobierno de Michelle Bachelet radica en lo que se refiere a devolver el “prestigio social” del que gozaron en algún momento los profesores.
A ese respecto por lo menos se puede vislumbrar la dificultad desde dos ópticas:Es urgente rearticular un movimiento docente, para que toda reforma, todo proyecto docente sea con docentes. Los profesores como intelectuales, también son actores políticos y en esta pasada solo han sido actores pasivos.
1. Si adscribimos al paradigma neoliberal, podríamos pretender que el “status social” docente tendría directa relación con la mejora salarial de los profesores, con incentivos según desempeño académico (en su formación inicial) y laboral (a través de los señalados tramos). En definitiva la idea de la competencia se insertaría en el ADN del recorrido profesional de los maestros.
La dificultad que aquí surge , es que incluso desde esta perspectiva la propuesta es pobre. Sube marginalmente los salarios respecto a los que docentes en la actualidad reciben y medianamente exponencial después de una cantidad de años que no se condice con los incentivos que se otorgan a otros profesionales tanto en el área pública como privada. Sólo a modo de ejercicio se puede comparar con el salario de los médicos recién ingresados a la vida laboral con media jornada. Por tanto, lo rimbombante del anuncio en este aspecto no pasa de ser eso, pirotécnico.
2. Si somos críticos del neoliberalismo, si más encima en nuestra herejía creemos en un estado docente, el problema con este proyecto se acrecienta. Básicamente porque entendemos que el respeto social de los profesores no está ligado esencialmente a sus condiciones salariales (que es importante y una arista) sino que principalmente a su calidad de profesional e intelectual.
¿Podemos en el proyecto encontrar elementos que reconozcan o releven esas cualidades en los profesores? Claramente no.
Si bien es cierto, es importante fortalecer la formación inicial con énfasis en la acreditación de las universidades y programas de pedagogía, monitorear su desempeño y quizás de manera consensuada y técnica confeccionar un instrumento de evaluación externo que acredite la calidad del egresado. La idea de que el profesor se desempeñe durante toda su vida laboral bajo un ojo panóptico (digno de Orwell y/o Foucault) pone sobre la mesa toda la desconfianza con la que van a contar los docentes, que competirán entre ellos, en comunidades educativas que tenderán a la homogeneización para poder acceder a los beneficios económicos, en que la estandarización será norma así como lo monolítico que tenderán a ser los currículum oficiales y explícitos, la constante evaluación (basada no en lo formativo sino que en el principio de castigo-recompensa), justamente va en dirección contraria a lo que debería ser autonomía, intelectualidad y profesionalismo de los docentes que es la quinta esencia de lo que podríamos denominar “estatus social de los profesores”.
Es imperativo no dejarse llevar por titulares. Los medios de comunicación solo repiten sobre este tema, no disciernen ¿Por qué? me aventuro a responder: porque es una reformita que no hace daño, que es reproductiva y funcional al “status quo”.
Es urgente rearticular un movimiento docente, para que toda reforma, todo proyecto docente sea con docentes. Los profesores como intelectuales, también son actores políticos y en esta pasada solo han sido actores pasivos. Necesariamente deben generar discurso y deben impulsar su correlato factual. Es el primer paso para ser reconocidos socialmente que es la columna vertebral de un nuevo “Pacto de Carrera Docente”.
Comentarios
25 de abril
Solamente agregar algo mas. Seria bueno que los alumnos que estudian pedagogias sean los que sienten realmente la vocacion de enseñar, no los que »no quedaron » en otras carreras, como »premio de consuelo» ,y para eso es fundamental que las Universidades sean mas exigentes con sus puntajes de ingreso a esas carreras. No es posible que ingresen con 450-500 puntos y pretendan ser buenos profesores , independiente si la U es privada o pùblica. Ese seria un buen punto de partida para mejorar la problemàtica docente
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13 de marzo
Interesante lo comentado por don Freddy en relación a » La autonomía, intelectualidad y profesionalismo de los docentes que es la quinta esencia de lo que podríamos denominar “estatus social de los profesores”.
Ahora bien: Aquí en este concepto falta lo mas importante, la vocación es decir sentir el llamado a ser un buen educador que va mas allá del dinero a ganar.
Lamentablemente como se expresa, hasta ahora solo se han empeñado tanto el colegio de profesores y las autoridades solo a » la homogenización para poder acceder a los beneficios económicos» dejando de lado lo mas importante dar categoría intelectual a tan importante misión, no nos olvidemos que el futuro de la nación depende de quienes educan a sus juventudes.
La categoría intelectual de los docentes se perdió a partir del año 69 m/m cuando empezaron los movimientos sociales, aumentó la pérdida del sentido intelectual durante la dictadura donde se sometieron a lo dispuesto por quienes se tomaron el poder, nada hicieron para asegurar por lo menos la dignidad de quienes educan, siguieron sometidos por lo que llamo seudo democracia donde solo se han empeñado en buscar mejoras salariales sin siquiera preocuparse de lo mas importante, mejorar el desempeño intelectual de los educadores.
Por eso y es urgente que si todavía quedan formadores de calidad intelectual suficiente puedan iniciar un movimiento destinado a este fin que es mejorar el nivel intelectual del los educadores.
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