Ayer lunes 20 de octubre me desperté con la alegría de saber que Cristián Labbé, ex alcalde de la comuna de Providencia y ex integrante de la DINA, fue puesto en prisión preventiva (si bien no bajo la figura legal de torturas, sí de “asociación ilícita”). Como hace mucho tiempo, esta noticia vino a ser como una bocanada de aire fresco para una institución que hoy está más que cuestionada: la justicia chilena. Creo haber leído y releído la noticia, pensando que era broma.
Tantos años de impunidad daban atisbos de llegar a su fin (Con la detención de Labbé y otros nueve que fueron notificados ese mismo día). Sin embargo no quise cantar victoria apresurada y tenía razón. Hoy 21 de octubre, Labbé estaría a la espera de que el tribunal de San Miguel lo dejara en libertad por el pago de una fianza de $200.000, una cantidad ridícula e incluso menor de lo que sale una matrícula en vuestra casa de estudios, o una mensualidad. Todo sonaba demasiado bueno para ser verdad.
Como ex alumna de esta casa de estudios, no puedo sino expresar mi más profundo repudio a que personas como Cristián Labbé hayan gozado del estatuto de profesor de esta universidad en la que deposité la confianza de mi formación profesional. En un artículo de La Tercera aparecía que, de común acuerdo, uds. Habían congelado la cátedra de “Evolución del pensamiento político de Chile” a cargo del ex agente de la DINA, a la espera de la decisión final del tribunal.
Esto me hace pensar en varias cosas, la primera es en cómo ha sido posible que este señor tenga a su cargo una cátedra dentro de la universidad. Luego ¿Puedo acaso no dudar de la calidad educativa que se les está entregando a los alumnos si el sesgo político de quien hace la cátedra es ineludible? ¿O debo tomarme como chiste que alguien que está siendo cuestionado por atentados contra los DD.HH pueda hacerse cargo de enseñar pensamiento político.
Finalmente deduzco, que solo porque a Labbé se lo llevaron detenido, ustedes congelaron su cátedra, decisión que les llevó demasiado tiempo tomar y que me imagino que será revocable si este señor sale en libertad finalmente. Me parece que el solo hecho de que la universidad haya tenido dentro de sus filas docentes a Cristián Labbé, perjudica enormemente la imagen de la casa de estudios, mancha el trabajo de muchos docentes excelentes e íntegros que hacen clases ahí y finalmente, perjudica y pone en tela de juicio la calidad ético-profesional de nosotros los estudiantes y egresados frente a la opinión pública.
Incluso en términos de marketing (ya que apelar a la moral no siempre es efectivo para estos casos) es una pésima publicidad para aquellos que están decidiéndose por una universidad (¿Ni siquiera lo ven por ese lado?). Una persona como Labbé no debería hacer clases en ninguna parte. Uds. aluden a que los estudiantes del señor Labbé lo han calificado bien como profesor, pero no toda la comunidad de la Finis Terrae piensa que se puede obviar la incidencia pública de este señor.Como ex alumna de esta casa de estudios, no puedo sino expresar mi más profundo repudio a que personas como Cristián Labbé hayan gozado del estatuto de profesor de esta universidad en la que deposité la confianza de mi formación profesional.
Debido a todas las razones expuestas anteriormente, los impugno a ustedes como universidad a hacerse cargo de sus decisiones administrativas y docentes teniendo en cuenta que representan a una comunidad universitaria completa, y que tienen que hacerse responsables de los valores que ustedes mismos han querido impregnar a su casa de estudios:
Nuestra Universidad busca formar estudiantes comprometidos con este principio [interés por los asuntos públicos], conscientes de la responsabilidad social de su quehacer profesional, y despiertos a la participación activa en los asuntos públicos. La participación y responsabilidad social es inherente a la dignidad de la persona humana, por lo que en la medida en que el hombre es capaz de asumir el peso de su responsabilidad frente a las realidades sociales, va construyendo estructuras de solidaridad que reemplazan a las estructuras de pecado, las que se generan cuando se colocan los intereses individuales y las visiones parciales de hombre por sobre la finalidad trascendente de la persona. (Este texto y la misión de la casa de estudios se pueden consultar en http://www.uft.cl/nuestros-valores.html)
¿No es acaso un atentado directo contra la dignidad humana tener de profesor a alguien que estuvo ligado a los vejámenes y torturas contra presos políticos durante la dictadura, y que ha sido interrogado en múltiples ocasiones a causa de ello? Les recuerdo también las sistemáticas descalificaciones, arrebatos de ira y abuso de poder del ex alcalde que le ocasionó perder, democráticamente, la gestión de la Municipalidad de Providencia y de las cuales la opinión pública fue testigo.
¿No es eso acaso una contradicción con los valores de tolerancia, responsabilidad social e incluso cristianos que Uds. sostienen? Mediante esta carta, estoy haciendo valer un mínimo de interés en los asuntos públicos que me atañen directa e indirectamente y que ustedes mismos buscaron entregar en mi formación. Tengo todo el derecho a poner en entredicho la calidad académica del señor Labbé por su siniestro actuar moral a raíz de su participación en la DINA y a pedirles, que sea cual sea la resolución de la Corte de Apelaciones en cuestión, no vuelvan a incorporarlo a sus filas docentes por una mínima consideración ética (ramo al que por cierto, ponen tanto énfasis). Si no es así, solicito que derechamente cambien su misión y sus valores para que las próximas generaciones de estudiantes sepan a quién le están confiando su formación profesional.
También impugno a la federación de estudiantes a pronunciarse en contra de cualquier atisbo de reincorporación del señor Labbé como profesor, pues eso atenta, no solo contra los valores de pluralidad del proyecto educativo de la universidad, sino también contra la calidad ética de los profesionales en preparación y aquellos que formamos parte del ex alumnado del plantel.
Incluso atenta contra los valores cristiano-occidentales que la universidad ostenta. No es en absoluto agradable que por el hecho de indicar la procedencia de mis estudios universitarios, la gente en seguida asocie mi calidad profesional a la calidad ética que se puede desprender de las acciones del señor Labbé en el pasado y presente.
Muchos alumnos y exalumnos tenemos que cargar con un montón de prejuicios que arrastra el provenir de una universidad privada como la Finis Terrae, desde que somos tontos y no nos alcanzó el puntaje para una estatal, hasta que no conocemos la Plaza de Armas porque todos vivimos de Plaza Italia para arriba. Hasta cierto punto es aguantable e incluso gracioso demostrar que no es así y que somos muchos los que llegamos ahí por otras circunstancias, de esos prejuicios no los responsabilizo.
Pero díganme Uds. Qué puedo decir cuando alguien pregunta “¿No es la Finis Terrae esa que tiene a Cristián Labbé como profesor?”
Daniela Pereira Sepúlveda. Licenciada en literatura, Universidad Finis Terrae
Comentarios
25 de octubre
¡Uf! Notable columna estimada, somos muchos quienes empatizamos con tu sentir y compartimos tus preocupaciones.
Hace unos días escribí una columna en torno al tema, te invito a leerla para que nos retroalimentemos.
¡Gracias por escribir desde la experiencia!
Este tema trasciende al estamento estudiantil, es una materia que alerta a funcionarios (docentes y no docentes), egresados, futuros estudiantes y todos quienes componemos la comunidad universitaria.
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