Al reflexionar acerca de las políticas educativas con enfoque intercultural que se han generado en América Latina a lo largo de las tres últimas décadas, sobre “educación intercultural”, en la gran mayoría de los países latinoamericanos en la praxis es algo que atañe únicamente a la población indígena y no como una política general para la población nacional no indígena, el modelo cultural occidental asimilador ha sido el modelo dominante.
[…]No podemos pensar la interculturalidad sin la dominación/sumisión. Hablar de la interculturalidad como de una relación horizontal, no es más que un eufemismo para disfrazar relaciones verticales. La interculturalidad no es algo que hay que crear en el futuro, como algunos teóricos lo asumen, la interculturalidad existe ahora y ha existido en América desde la conquista. Pero la dominación/ sumisión imprime a la relación intercultural, por un lado, condiciones económicas, sociales, políticas y legales, y por el otro, disposiciones, actitudes y valores asimétricos, desiguales pero complementarios y que en su complementariedad se reiteran y refuerzan diariamente a través de las conductas rutinarias, esquemáticas entre sujetos dominados y sujetos sumisos (Gasché 2008, pp. 373-374).
La política educativa actual en Chile (2018- 2022) para estudiantes extranjeros en su propuesta está centrada en la inclusión en todos los niveles de formación que incluye las culturas originales del país de proveniencia, al menos esto señala el discurso oficial en las normativas que orientan hacia su inclusión. Sin embargo, en las praxis formativas, esas propuestas se contradicen, dado que prevalece el modelo educativo mono cultural a través del currículum único para toda la población de estudiantes.El modelo curricular cultural chileno colonizador sigue produciendo las asimetrías culturales y la sumisión de las identidades culturales que se han integrado en la actualidad producto del proceso migratorio
En este contexto, a través de estas dos décadas de la inserción de estudiantes inmigrantes en contextos multiculturales urbanos y el programa intercultural de educación Bilingüe que data desde 1996, el cual reconoce a nuestros pueblos originarios en la praxis, nada ha cambiado en la operatividad, el modelo curricular cultural chileno colonizador sigue produciendo las asimetrías culturales y la sumisión de las identidades culturales que se han integrado en la actualidad producto del proceso migratorio, no cabe duda que hoy la sociedad chilena existe una configuración multicultural aunque la dominancia cultural hegemónica colonizadora nunca ha querido reconocer la multiculturalidad y su riqueza, desde sus albores en la sociedad chilena existe en su ADN un anhelo e impronta eurocéntrica y mira en desmedro nuestras raíces amerindias desde el Sur global.
Frente a la inercia del actual sistema educativo que no logra articular propuestas educativas interculturales críticas y descolonizadora y que desaprovecha la enorme riqueza de diversidad sociocultural, lingüística y cosmovisiones de sus estudiantes, la actual retórica desde los discursos educativos hegemónicos, muestra una falta de voluntad política de producir cambios que implemente un dinamismo de valoración de la Alteridad de las identidades cultural que actualmente coexisten quedando atrapada en el reconocimiento desde una visión superficial folclórica tradicionalmente.
Sin embargo, la actual realidad migratoria conlleva a nuevos retos que atañen al campo educativo en los contextos multiculturales urbano del sistema educativo nacional, se debe dar un salto desde las transitividad multicultural hacia un enfoque intercultural crítico que implica transformar el currículum único por un curriculum que preste la relevancia de las identidades socioculturales, lingüística y cosmovisiones que oriente a caminar hacia nuevas epistemologías con participación activa de todas las identidades en el diseño, implementación, gestión y evaluación de los programas educativos.
[…] dentro del debate sobre la interculturalidad están en juego perspectivas que, por un lado, intentan naturalizar y armonizar las relaciones culturales a partir de la matriz hegemónica y dominante (el centro, la verdad o la esencia universal del Estado nacional globalizado) y, por el otro, perspectivas que denuncian el carácter político, social y conflictivo de estas relaciones” (Walsh 2002, p.116).
La educación intercultural desde esta postura ontológica implica adoptar un paradigma crítico que permita “Desmantelar, deconstruir y descolonizar desde adentro las epistemologías occidentales” (Denzin, 2005) que, en el ámbito educativo formal, han erigido a la categoría de “universales” los conocimientos, habilidades y valores de la modernidad occidental. Según mi parecer, el tema que desarrollo en esta columna es vital en la formación de las nuevas generaciones de estudiantes que conviven en este siglo XXI dado que aceptar la multiplicidad de riquezas socioculturales en la sociedad actual es una apuesta a la convivencia intercultural y la ciudadana desde un modelo inclusivo donde todos y todas juntos podamos cambiar la realidad estructural discriminatoria y xenofóbica que ha llevado a la deshumanización del hombre. Como país tenemos la oportunidad en la nueva Constitución chilena de cambiar el modelo categorizador colonial eurocéntrico e implementar el modelo descolonizador que propone la aceptación y valorización de las diferentes cosmovisiones desde nuestra realidad amerindia.
Luis Enrique Pincheira Muñoz.
Dr. en Educación.
Investigador asociado.
Centro de Estudio Latinoamericano de Educación Inclusiva. CELEI- Chile.
Comentarios
20 de abril
Excelente contribución para visibilizar lo que a diario vivimos las escuelas que recibimos a la población migrante! Dado que recibir a un niño intercultural es un aprendizaje mutuo para las familias y el resto de la comunidad escolar; lo que sin duda es una experiencia muy enriquecedora, no obstante trae los bemoles propios de una tolerancia mal entendida en la cual muchas veces prima el dialogo de sordos y el único que tiene la razón es el «tolerador». Por eso debemos migrar culturalmente desde la tolerancia y avanzar hacia el respeto para todas las singularidades.
-1