En nuestro país, como sabemos, sólo las universidades asociadas al Consejo de Rectores disponen de algunas capacidades para la investigación. El resto, las denominadas «universidades de docencia», son, en el mejor de los casos, fábricas de profesionales.
El gobierno británico destinó 21,5 millones de libras a investigaciones sobre el grafeno en universidades británicas. Cambridge, Imperial Collge London, Duharm, Manchester y otras recibirán fondos para desarrollar capacidades de manipulación y estabilización del grafeno. Como sabemos, este material tiene mayores y mejores capacidades de conducción de electricidad que el cobre. Va a reemplazar al metal rojo durante la próxima década. Alrededor de un 35% de las ventas al exterior de Chile corresponden a ventas cupríferas, de modo que se pueden anticipar impactos de magnitud en la estructura de producción y empleo del país: algo parecido a lo que sucedió en los años veinte del siglo pasado, cuando los alemanes inventaron el nitrato sintético y la industria salitrera chilena quebró, dejando a miles de «pampinos» sin trabajo.
Pues bien. Si ya sufrimos la experiencia ¿es que no se puede hacer algo? Se podría si tuviésemos un sistema que incentivase la investigación y el desarrollo, y si tuviésemos capacidades para generar investigaciones, innovaciones y patentes, muchas patentes. Eso, que es parte fundamental de la misión de las universidades, no lo tenemos. En nuestro país, como sabemos, sólo las universidades asociadas al Consejo de Rectores disponen de algunas capacidades para ello. El resto, las denominadas «universidades de docencia», son en el mejor de los casos fábricas de profesionales.
El lucro fácil y de corto plazo fundado en la venta de matrículas con créditos avalados por el Estado, desvirtúa el sentido y la misión de las universidades. Sostener equipos de investigación de alto nivel es caro, y la obtención de resultados no ocurre de inmediato. Ningún «controlador» va a invertir en ello. Hay universidades de «sociedades espejo» que no merecerían llamarse universidades. En el mejor de los casos, tendrían que denominarse Institutos de Formación de Profesionales, dejando la denominación de «universidad» a aquéllas que cumpliesen con la función de realizar las investigaciones y patentar las innovaciones e inventos que necesitamos para alejarnos de la extrema vulnerabilidad de la venta de commodities. Es más: incluso en los nichos de la alta tecnología se podrían crear mecanismos para la obtención de ganancias legítimas.
Ello requiere superar la mentalidad cortoplacista de la derecha y los empresarios de este país. Requiere una institucionalidad que piense en el desarrollo como un tema-nación de largo plazo.
El punto de partida para tal cosa es la creación de un Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología que incluya a Conicyt, y que encabece la refundación del sistema de educación superior, sacando el debate de los estrechos marcos en los que se ha movido en los últimos años. Los temas no son la Universidad del Mar, las acreditaciones, los montos de los créditos, ni siquiera el lucro. El tema no es cómo mejorar el negocio, sino cómo construir una nación que tenga «cerebro» y visión de largo plazo.
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Comentarios
03 de enero
Sr. Rojas
Toca Ud. varios puntos muy importantes. Hay otro también: la decision de los empresarios chilenos de exportar sólo materias primas de bajo valor agregado. Para ellos es buen negocio pero lo incomprensible es que el Estado chileno renuncie a promover políticas que impulsen el desarrollo de productos manufacturados que generen empleos de mejor calidad y que aseguren mayor competitividad en el futuro.
Atte
Andrés González V.
+16
04 de enero
Independientes de las propiedades del grafeno, que en el mediano plazo difícilmente puedan reemplazar al cobre (ademas del silicio), lo que menciona en el articulo es cierto, como país, históricamente, hemos sido incapaces de producir otros productos, ideas, etc, no por nada nuestros cientificos terminan fuera del pais, nuestro mar esta tecnicamente botado, y el sol no hace otra cosa que quemar la arena en vez de generar por lo menos, auto-consumo electrico, mas allá de la explotacion de otros productos naturales (es cosa de ver como se vende el cobre y luego compramos cables…..). Ahora, puntualmente, esto no creo que sea solo responsabilidad de la derecha politica, lo del grafeno no es algo nuevo, se descubrio cerca de 1930, y las primeras investigaciones reales fueron en los 90´s y la decada del 2000. El día que dejemos de decir «esto es culap de la izquierda» o «esto es culpa de la derecha», empezaremos a ser capaces de echar a andar al pais de verdad, de darle nuevos aires y escapar de una vez por todas de la maldición de los «commodities». El resto es odio, el resto no sirve…
+12
04 de enero
Todo lo que usted expone ciertamente es explicado por el tipo de modelo político y económico que tenemos desde hace muchos años. Fíjese que las potencias siempre nos han tratado como colonia (muchas veces nos ven y tratan como indios) y sólo les interesa nuestra materia prima, el desarrollo científico y tecnológico lo realizan ellos. Ni siquiera somos competitivos en la elaboración de productos, pues China basa su éxito en el muy bajo precio de la mano de obra y cero interés por el medio ambiente. El ciclo económico largo que terminó (o que aun termina) dará paso a un nuevo ciclo económico que incorpore productos desarrollados bajo la perspectiva de la micromáquina o nanotecnología (según dicen los expertos), desde pinturas, medicamentos, productos electrónicos y todo lo imaginable. El desarrollo del Grafeno y la Nanotecnología van de la mano.
¿En el contexto de este nuevo ciclo económico iremos a ser capaces de sobrevivir con el lucro fácil conseguido con la exportación de materias primas y sin necesidad de cerebro o ya no seremos necesarios como exportadores de comóditis?
¿Que futuro decidirán para nosotros las potencias económicas que nos gobiernan?
+5
07 de enero
Señor Alfredo, concuerdo en un par de puntos, en otro quiero sólo complementar. Parto diciendo que sí, es cierto, independiente si el grafeno o no es más útil que nuestro cobre, de alguna manera debe ser debate nacional el tema de los recursos naturales (que pena no poder llamarle »nuestros recursos»), porque claro, en algún momento se acabará si antes no es reemplazado, entonces la historia se repetirá. Sabemos que al empresariado chileno no le importa el futuro de nuestro país mientras vayan bien los negocios, porque en caso de crisis, los que sufren son los pobres y clase media. La prensa monopolizada no hará nada: queda en nosotros generar conciencia con cada conversación, columna o marcha convocada por ciudadanos conscientes.
Por otro lado, paremos un poco con el juego político: sabemos que la derecha es Concertación y Alianza, que la izquierda como clase política no existe, que el PC y PS no son zurdos y que la solución no se encuentra sólo en el Congreso. La Oligarquía en su conjunto trabajan para mantener un país mediocre pero que llene sus bolsillos, no importa el partido político, pues acá hasta la política es un monopolio (y un excelente negocio por lo demás).
+2
27 de febrero
El tema que propones se debatió en los años que precedieron a la creación de CONICYT en 1967. Desde entonces han pasado varios gobiernos de variado color político y siendo 2013 nos hacemos las mismas preguntas. ¿Es culpa de la derecha y la mercantilización de la educación? Pienso que no. El tema central reside en el empantanado vínculo que existe entre Estado y el cuerpo científico nacional.
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