Hace un tiempo escribí que Victoria Camps en su libro “El gobierno de las emociones” señalaba que “no hay razón práctica sin sentimientos” para relevar la contribución de las emociones al bienestar de las personas y la sociedad, aunque también las hay aquellas que provocan deterioro personal e impactan negativamente en la convivencia social, e invitaba a conocerlas y aprender a gobernarlas, lo cual es posible, pues las emociones, en tanto expresiones humanas, se construyen socialmente. Educar las emociones (Victoria Camps)
Las emociones se construyen en la convivencia, por eso educarlas es importante, ese esfuerzo otorga las herramientas para manejar los impulsos y a partir de ello, permite decidir qué conducta es la más apropiada según las circunstancias en las cuales se convive, de manera tal que las mismas contribuyan a una interacción social y personal constructiva, positiva y capaz.El miedo es el virus más grave que puede afectar a los seres humanos. Hace que entremos en pánico y tomemos actitudes irracionales como discriminar a los demás, desarrollar una ansiedad grave y en algunos casos causar depresión
Hoy son la desconfianza y el miedo los sentimientos que embargan a los padres y docentes. La desconfianza a las autoridades y sus medidas erráticas, a destiempo y descontextualizadas, algo de lo cual hay que estar consientes a la hora de abordar las estrategias para construir confianza con las comunidades. Miedo porque hemos sido invadidos por información real que da cuenta de los estragos en la salud de las personas, y nadie quiere ser contagiado, a pesar de los riesgos a los cuales nos vemos sometidos cuando incumplimos con las instrucciones sanitarias o cuando por necesidades laborales se está obligado a tomarlos.
Estas emociones generadas por el temor al contagio se imponen a la razón y hacen muy difícil mantener la calma, lo cual demuestra que el miedo es, comparado con los virus conocidos, el más contagioso e incontrolable y sólo se superará o cambiará por otra emoción más fuerte y positiva que se imponga a la primera razonando sobre el tema o aportando información creíble sobre la reducción del peligro. Así que el miedo a este ya conocido virus en sus características de letalidad, sólo se superará con informaciones que generen emociones positivas, como asumir que esa enfermedad tiene en estos momentos un bajo índice de mortalidad o creer que se trabaja en la dirección correcta para controlar su propagación. Sin embargo, la debilidad está en que no se cree, ni se tiene confianza en la autoridad, pues a las medidas erráticas inicialmente, sumó la falta de verdad en el número de contagiados y fallecidos.
“El miedo es el virus más grave que puede afectar a los seres humanos. Hace que entremos en pánico y tomemos actitudes irracionales como discriminar a los demás, desarrollar una ansiedad grave y en algunos casos causar depresión y perder la habilidad para reinventar y responder inteligentemente en situaciones estresantes. Debemos tomar todas las medidas recomendadas para la prevención y además, trabajar en nuestras herramientas de gestión de emociones para prevenir que nuestra salud psíquica sea infectada por nuestros miedos, desesperaciones y ansiedades”, ha dicho el reconocido psiquiatra, investigador y escritor Augusto Cury, autor de Ansiedad, cómo enfrentar el mal del siglo. Augusto Cury
Hoy mayoritariamente nadie quiere volver a las clases presenciales, pero bien es sabido también que la virtualidad está afectando fuertemente la equidad, mientras más tiempo estén fuera de la escuela los estudiantes más vulnerables, mayores serán las brechas de aprendizaje con aquellos que poseen mejores condiciones para mantener la virtualidad, pero también mayores serán las dificultades para reincorporar a aquellos estudiantes que han visto interrumpidos sus vínculos con sus escuelas y profesores. En algunas comunas cerca de la mitad de los estudiantes no han podido ser conectados o tienen vínculos débiles, una comunicación precaria que no es suficiente para asegurar un piso mínimo de calidad en la trayectoria educativa que se espera para ellos durante este año lectivo.
Por eso, el retorno a clases debe realizarse sobre la base de decisiones bien informadas y para ello los directivos deben asesorarse por los mejores especialistas a su disposición. La autoridad educativa nacional dictará las orientaciones generales, las cuales por muy concretas que sean, nunca serán lo suficientemente ajustadas a las características de cada escuela, he ahí el espacio para la gestión de la autonomía escolar y de la responsabilidad que tienen los liderazgos locales de asesorar y entregar los elementos de seguridad que necesitarán los directivos para ofrecer seguridad a sus comunidades. En los entornos de las escuelas existen recursos valiosos que bien pueden contribuir a que las escuelas y sus líderes puedan elaborar adecuados protocolos que contribuyan a la organización adecuada de la vuelta a clases: el retorno hay que prepararlo bien, la improvisación puede ser fuente de grandes riesgos para las comunidades.
Comentarios
04 de agosto
parece un excelente análisis realizado por el Sr Delgado.
El retorno de los Estudiantes debe ser con el mayor resguardo por todo lo que pudiera significar un rebrote.
No podemos desconocer que está Pandemia ha dado la oportunidad para que las familias, vuelvan a involucrarse en los procesos de Formación de los estudiantes, y recapaciten ya que ellos son el pilar fundamental y lo dejado muy de lado. Toda crisis produce cambios y he de esperarse que este sea perenne.
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04 de agosto
Gracias Mónica por tu comentario. Todas las ideas son buenas para considerar mejoras. Saludos
04 de agosto
Lamentablemente, la desigualdad social en nuestro País, no deja a muchos de nuestros estudiantes participar de las tecnologías que los más ricos poseen.
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04 de agosto
Gracias Hugo por tu comentario, y claro que comparto contigo esas iniquidades existentes. Esta pandemia no es solo sanitaria, también social, y las diferencias se verán incrementadas con las costos para las próximas generaciones. Grandes tareas nos esperan. Saludos
05 de agosto
Es interesante ratificar en los dichos desaforados de la Sra. Mari Carmen, justamente, el planteamiento de C. Delgado; experiencias vivenciadas y conocidas por todos, cómo ella simboliza lo que son las emociones, ella toma la palabra asumiendo a todas y todos, generalizando sin titubeos… conocida reacción… arrasa con furia, pero esa emoción descalifica su consistencia… En fin, dejando a un lado esa particular intervención, quiero compartir el razonamiento de C. Delgado, el miedo ( así como el encono y la odiosidad), nos lleva a conductas extremas, pero el trabajo positivo de un equipo educativo debiera ser la fortaleza que posibilite enfrentar el desafío de regresar al aula ya que son muy fuertes también las razones que impelen a encontrar las formas para hacer posible esa decisión
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06 de agosto
Gracias María Soledad por tu comentario. Efectivamente, esta pandemia, además de viral, como dice Byum-Chul Han, también es neuronal. En ese sentido, también estamos sufriendo la pandemia del odio, peligrosa, que arrastra despierta las peores conductas del ser humano. La historia es testigo. Saludos