Se acumulan más indicios acerca de prácticas autoritarias y maltrato hacia docentes en el sistema escolar chileno. Una docente describe durante la entrevista en duros términos a la sostenedora de un establecimiento privado con subvención pública: «En ese colegio da la sensación que ella es una latifundista muchas veces su respuesta fue ‘el colegio es mío, hago lo que quiero’ «. En esta publicación analizamos solo 3 relatos de los 14 enviados hasta ahora por profesionales de la educación. En estos relatos aparecen ejerciendo autoritarismo y maltrato directivos y sostenedores, con la colaboración de personal asistente de la educación en algunas situaciones.
Esta publicación es un producto del proyecto de investigación Autoritarismo y maltrato contemporáneo en los centros educativos: proyecto de investigación libre y abierto. Participa tú también como investigador o informante. Visita el proyecto haciendo clic en el enlace.
¿Qué situaciones de autoritarismo y maltrato han enfrentado estos/estas profesionales?
Según nuestro análisis inicial de estos 3 relatos y entrevistas, encontramos al menos 5 tipos de prácticas autoritarias y prácticas de maltrato:
1. Autoritarismo mediante imposición de decisiones en cuestiones laborales: contratos, salarios y bonos. (Ver Situación 1 y Situación 2).
2. Maltrato verbal mediante propagación de rumores sin evidencias (Ver Situación 3).
3. Maltrato por hostigamiento y persecución continua (Ver Situación 3).
4. Autoritarismo mediante el uso unilateral del despido contra las víctimas para eliminar el conflicto (Ver Situación 1 y Situación 3).
5. Autoritarismo por vigilancia permanente mediante la imposición unilateral de cámaras de televisión en espacios de trabajo (Ver Situación 3).
¿Qué efectos emocionales asocian los participantes en estas tres situaciones?
Quienes relatan estas situaciones mencionan una serie de efectos emocionales que repercuten en el bienestar de los profesionales. Los participantes mencionan sentimientos de vergüenza, tristeza, miedo, impotencia y rabia. También destacamos el deseo de buscar otra profesión y la aparición de indicios de indefensión aprehendida, que se manifiesta en la falta de motivación de las víctimas de continuar realizando gestiones de reclamos y denuncias en nuevos casos que enfrentan con posterioridad en sus nuevos trabajos. El desgaste por buscar justicia en las actuales condiciones es demasiado alto.
¿Cómo se han resuelto estas situaciones desde el punto de vista de las víctimas?
En estos tres casos, no parecen existir conductos internos eficaces para resolver problemas de autoritarismo y malos tratos de los jefes (directivos o sostenedores). En la Situación 2 la afectada no confía en comunicarlo internamente en la organización, porque la persona que realiza las malas prácticas relacionales tiene relación laboral de confianza con los jefes superiores. En las Situación 1, quienes se han visto afectados recurrieron a conductos externos para denunciar a)Inspección del Trabajo y b) denuncia judicial con abogado, siendo este último medio el más efectivo y que fue fallado a su favor. En la Situación 3, en cambio, solo se recurrió la Inspección del Trabajo y a la Superintendencia de Educación, las cuales realizaron gestiones superficiales.
¿Qué podemos aprender de estas lamentables y dolorosas experiencias de autoritarismo y maltrato?
De estas tres situaciones, podemos aprender que la resolución favoreció a las víctimas de malas prácticas laborales solo cuando esta denunció judicialmente con ayuda de abogado, con apoyo explícito de los colegas y con apoyo explícito del Sindicato. Sin embargo, este tipo de acción tiene un costo adicional en tiempo y dinero que es financiado siempre por las/las víctimas. Sin embargo, al terminar el año, según declara la informante, también el establecimiento despidió a todos los docentes participantes y que dieron apoyo a la denuncia. Esto es otra evidencia del actual desempoderamiento docente en el sistema escolar chileno que permite el despido sin justificación, que puede realizarse bajo el ambiguo y amplio motivo de «necesidades de la empresa». Habría que preguntarse ante esta situación si los establecimientos educativos deben funcionar como empresas o son organizaciones de una naturaleza diferente y específica. Una cuestión que requiere profundizar más.
Puedes leer aquí estos tres relatos en extenso y a sacar tus propias conclusiones
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